28 de noviembre de 2025

3287- EL TIEMPO ES ORO Y VIDA.

 
Se dice siempre que el tiempo es oro, pero no siempre es cierto. Lo que sí es cierto es que el tiempo es vida. Cuando uno es joven, ve a los mayores con envidia, pensando que por el solo hecho de haber dejado atrás la niñez y la juventud, son más libres y capaces de hacer de su vida la bandera de su existencia. Dueños de sí mismos y de sus cosas, es decir, de su vida. Pero las cosas no son blancas o negras. Digamos que cada edad tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Es verdad que llega un momento en el que ya no dependes de nadie y puedes hacer lo que quieras, pero eso no quiere decir que no hayas de dar cuenta de tus actos. Y no solo a los demás, sino a ti mismo.


Acaso cuando te haces mayor, te ves de forma distinta?. ¡Naturalmente no!. La vida es un recorrido variable por este mundo que hemos tenido la suerte o la desgracia de vivir. Todo es relativo. Si no hubiéramos nacido, ¡ni pena ni gloria!. De niños, vivimos en base a los genes y las enseñanzas recibidas de nuestros mayores y, ya mayores, de las vivencias que la vida nos haya aportado. Claro que todo eso va unido siempre a nuestro carácter, o sea, a nuestra herencia genética. Esa herencia nos lleva, de jóvenes, hacia sueños de difícil consecución pero que cuando hay verdaderas ganas de lucha y perseverancia, pueden convertirse en realidad. Que lleguen a lograrse esas metas ya depende de muchas cosas. De nuestro tesón, de nuestra capacidad y de nuestra suerte.


Una vez más, depende de tus cualidades genéticas, porque el camino no es igual de fácil para todos. Normalmente, cuando más difícil es llegar a la meta más tesón se precisa para alcanzarla y más necesario es tener esas cualidades especiales, pero en todo caso, los genes son siempre necesarios. Seguramente a mayor capacidad mas lejos estará la meta y cuando uno sabe hasta donde puede llegar, ya no pretende colocar la meta más lejos de esas posibilidades. Claro que llegar a metas satisfactorias no tiene que ser forzosamente por el camino del estudio. Para estar satisfecho de ti mismo y de las metas alcanzadas, no tienes que ser millonario ni gerente de la empresa en la que trabajas. Al decir "el oro" no significa hacerte rico, sino alcanzar la satisfacción personal.


Hay metas más próximas que te pueden dar esa misma satisfacción. Todo depende de tí. Lo que sí está claro es que a medida que uno va haciéndose mayor, va dándose cuenta de que los sueños de juventud son inalcanzables pero, si el cerebro funciona correctamente, suele decirte que hay que bajar el listón, puesto que los sueños pueden ser igual de satisfactorios con metas más fáciles de alcanzar. Tensar la cuerda más de lo necesario no conduce a nada bueno. Es verdad que las capacidades no son solo de aprendizaje ya que ciertas personas, siéndoles imposible llegar, a través de su capacidad intelectual, son capaces de llegar a esas mismas metas por otros caminos. A todo gran médico le resultan imprescindibles unas buenas enfermeras. La vida es demasiado corta para soñar en metas inalcanzables...


Simplemente se trata de mirar siempre hacia adelante y ser bueno en lo que hagas. La juventud está ahí para soñar y para aprender a que ese sueño se haga realidad, pero la capacidad está también para soñar en metas admisibles. Ser todos millonarios sería un sinsentido. Si te gusta, todo es agradable de realizar. El tiempo pasa rápido y, al que te das cuenta, has pasado la mitad del camino y hasta incluso el camino entero, motivo por el cual se trata de ser feliz con lo que hayas conseguido. Realmente lo frustrante es haber perdido el tiempo, porque haber perdido la oportunidad de conseguir el oro no tiene mayor importancia; lo importante es no perder la vida, es decir, la felicidad que significa llegar a la satisfacción personal. ¡Esa es la cosecha y el premio!.

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