| Date Masamune, Señor de la isla Kyushu. (1567-1636) |
Es bastante frecuente oir a unos y otros expresando sus ansias de ir a Japón. ¿Será posible?.¿Que piensan encontrar allí, que no esté en españa?. Y más teniendo en cuenta que una buena parte de Japón se encuentra aquí, a tiro de piedra. ¿Que no?. Leed lo que sigue y lo comprobaréis...
A partir de 1.540 monjes franciscanos establecieron misiones en Japón y para sufragar sus gastos se dedicaron también al tráfico comercial con los señores feudales de la isla de Kyushu, al suroeste del país. A principios del siglo XVII, uno de estos señores, Date Masamune, mostró interés en llevar a cabo esta actividad con los españoles y ofreció a los monjes sufragar los gastos del siguiente viaje a fin de pedirle permiso a Felipe III para establecer relaciones comerciales con España y en su nombre mandó al samurai Hasekura Tsunenaga.
En octubre de 1.613 partió de Japón un grupo de franciscanos con Fray Luís Sotelo al frente y una delegación de 140 japoneses con Hasekura al mando, todos a bordo de la nave San Juan Bautista. El viaje se dirigió hacia el Este, haciendo escala en Acapulco. Dirigiéndose hacía la ciudad de México se enteraron que el gobierno japonés había lanzado una feroz persecución contra los monjes y el cristianismo en general. Para demostrar su buena fé, los japoneses embarcados se convirtieron al cristianismo, pero la misión del viaje estaba fracasada. De todas formas, Fray Luís Sotelo insistió en que la expedición japonesa continuara con 30 de ellos y Hasekura al mando de sus hombres. Cruzado el Atlántico los viajeros llegaron a Sevilla y la embajada japonesa marchó hacia Madrid en varios coches de caballos, acompañándoles Fray Luís.
El viaje a Madrid resultó infructuoso puesto que allí ya tenían noticia de lo sucedido en Japón y el Consejo de Indias recomendó al rey no aceptar relación alguna con los recién llegados. Siemre acompañados de Fray Luís siguieron viaje hasta Roma para pedir el amparo del Papa pero éste tampoco les dió mejor atención. A su regreso a España el rey ordenó que se dirigiesen a Sevilla y desde allí embarcasen hasta Japón pero el monje fingiéndose enfermo pasó más de un año sin que embarcasen. Finalmente en 1.617 embarcaron hacia Japón y arribaron a Filipinas, donde continuaron viaje sin el monje, que llegaría meses más tarde con un barco chino. La represión contra los cristianos continuaba y Fray Luís fue detenido y quemado vivo en 1.624. El resto de españoles que habitaban Japón fueron expulsados.
Este episodio no había caído en el olvido y a finales del siglo XIX, abiertas nuevamente las fronteras, un grupo de japoneses se interesaron por conocer el periplo de sus antecesores, pues resultó que seguían en España. No todos volvieron a Japón en 1.617. Un grupo de japoneses se escondieron en el pueblo de Coria del Río, muy cerca de Sevilla, ante el temor de que si regresaban fueran castigados por su fracaso. Todos ellos, como un solo hombre, se inscribieron en el registro civil y la iglesia de Santa María de la Estrella como cristianos, por su nombre de pila y con un apellido apellido común: "Japón". Después de más de tres siglos, en el registro bautismal de esta iglesia andaluza se cuentan más de 650 personas apellidadas así y aunque ya muy cruzados con los autóctonos, sus rasgos japoneses todavía siguen reflejándose en sus caras.
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