18 de septiembre de 2025

3224- HISTORIA DEL RELOJ DE BOLSILLO.

Se dice que el primer reloj de bolsillo se inventó en 1.380, pero muy pronto me parece. Lo cierto es que así figura en todos los datos históricos pero, ¡muy grande tenía que ser el bolsillo o muy gruesa la cadera. Personalmente, paso de ese dato y del reloj de la foto de arriba, como reloj de bolsillo y mejor me voy al de la foto de abajo como primer reloj de este tipo. Por cierto, con fecha de fabricación en 1.520 y autor Peter Henlein de Nurenberg, ciudad alemana a orillas del río Pegnitz y región de Baviera. Se cuenta que este señor fue el inventor del reloj de bolsillo, pero también esta afirmación es controvertida...


Este es efectivamente el primer reloj de Peter Heinley, de 1.510 y diría que era demasiado grande y pesado para llamarlo de bolsillo. Documentalmente cierto es que este tipo de relojes vieron la luz por primera vez en 1462 y así lo atestigua una carta del relojero italiano Bartolomeo Manfredi, dirigida al Marqués de Mantúa don Federico Gonzaga, cuando le ofertó un modelo de reloj de bolsillo "mucho mejor que el del Duque de Módena", -le decía. Lo cual quiere decir que este tipo de relojes ya estaban en el mercado mucho antes, pero de carácter muy rudimentario. El primer reloj llamado "de Nurenberg" y fabricado por Peter Heinley fue el "reloj huevo".


Como pueden ver en la foto de arriba se trata de un reloj ciertamente elegante y sofisticado, pero no es de bolsillo. En realidad se trata de un colgante que las mujeres de la nobleza lucían como joya y novedad para la época. Todos estos primeros relojes eran exclusivos para las gentes más adineradas, motivo por el cual solían ser de oro, incluso con incrustaciones de piedras preciosas. También había modelos más achatados, menos voluminosos y cómodos de llevar, pero tratándose de una joya no había problema de tamaño. 
Lo cierto es que todos estos primeros relojes eran muy imprecisos, motivo por el cual se llevaban más como adorno que para conocer la hora. Los primeros relojeros fueron herreros, cerrajeros y hasta fundidores de cañones; todo un arte demasiado reñido con la precisión que debe tener un reloj. Pero al tratarse de un artículo de lujo, solo al alcance de los más ricos y poderosos, más que la precisión se buscaba la suntuosidad de la orfebrería y los metales preciosos. 

Reloj astronómico de Praga. 1410.
Fue entonces cuando surgió también la distinción entre constructores de grandes relojes públicos y los de pequeños relojes de pared o de bolsillo. En las grandes capitales europeas se puso entonces de moda instalar grandes relojes astronómicos, con personajes que al dar las horas salen a salufar a los transeuntes. Uno de los más famosos es el del Ayuntamiento de Praga. Nadie que visite esta iudad falta a la cita con los personajes que nos muestra este reloj al dar las 12 del mediodía, cuando se activan las ventanitas superiores y, uno tras otro desfilan los 12 apóstoles, al tiempo que las cuatro alegorías que hay a los lados se mueven para destacar su presencia: La muerte, la vanidad, la avaricia y la lujuria.


Pero volviendo al reloj de bolsillo venimos a decir que el mayor invento de este reloj fue el "conoide" que garantizó uniformidad al muelle, cuya energía disminuye al ir descargándose. Es una especie de cono en espiral y un cordoncillo atado al tambor del muelle, que va bajando según se pierde la fuerza del muelle, por lo que la fuerza ejercida resulta uniforme. Con los grandes descubrimientos astronómicos del siglo XVII y XVIII, la expansión de la navegación hizo necesario el uso de relojes pequeños y precisos que determinaran la posición exacta de los astros para asegurar una navegación precisa. Pero también en la vida diaria. ¿Para qué pensaban ustedes que se incorporó a los pantalones de caballero el pequeño bolsillito que hay junto al cinturón?.
Pues sí, sí... ¡Para el reloj de bolsillo!.

RAFAEL FABREGAT

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