27 de septiembre de 2025

3184- EL AGUA ES LA VIDA. (13ª entrega)

CENTENARIO DE LA TRAÍDA DE AGUA A CABANES. (1925-2025) 
Edición 13ª. Resumen para el día del Centenario,27 de Septiembre de 2025.

------

HISTORIAS DE CABANES. (13/13)
Este es el primero y único relato que algunos de vosotros hubierais querido recibir pero, para poder opinar con criterio, a mi entender hay que contarlo todo. Yo prometí "la verdad y toda la verdad" y la realidad tenía que conocerse ya que, incluso los descendientes de los dueños del manantial, carecíamos de esa información. Por error u omisión puede haber notas discordantes y se han empleado fotos antiguas para ilustrar el relato, que no siempre corresponden a la familia. 
En fin, vamos allá...


Así era antiguamente (+/-) el Arco Romano de Cabanes.

Todas las grandes ciudades nacieron a la vera de un río o en cruce de caminos que, con la riqueza que ello aporta, garantizara la subsistencia de sus fundadores y de todos aquellos que se unieran en tiempos futuros. No fue el caso de nuestro querido pueblo de Cabanes, a lo que al agua respecta ya que, aunque con un término municipal extenso, el casco urbano solo linda con una riera de corto recorrido y por tanto de escasa cuenca hidrográfica. Se trata de "el Ravatxol", un cauce seco que a su paso por Cabanes apenas reúne las aguas pluviales de, más ó menos, 10 Km2. 
Mejor es su antiguo enclave urbanístico por ser cruce de caminos: "Camí de Castelló, con el camí de la Fusta". El primero que va de Castellón a Zaragoza y el segundo que trasladaba la madera del Maestrazgo turolense hasta la costa y el ferrocarril, con cruce en la "Caseta del advogad", cuyas ruínas todavía siguen visibles. Hasta cinco carreteras confluyen hoy en el casco urbano actual. (A L'Arc Romá y Vall d'Alba; a Benlloch y norte provincial; A la Ribera y el mar; a Oropesa; y a La Pobla Tornesa y Castelló. además de las que atraviesan su término municipal: La N-340, la AP-7, la CV-10, el Ferrocarril y a tan solo 6 Km. un Aeropuerto internacional en Autovía, a pesar de todas las trabas, que un político local y su partido, pusieron para que no se construyera. En fin, a pesar de las trabas, estamos bien comunicados. De todas formas, volviendo al asunto de las aguas, un siglo atrás el clima era muy diferente al de ahora. Mucho más lluvioso que en la actualidad, hacía que nuestro "Ravatxol" siempre fuera portador de agua, aunque solo fuera un exiguo hilillo, escorrentía de lluvias mucho más frecuentes que en la actualidad y a las que, tras la traída del agua del manantial "dels Pardos" desde la sierra de "les Santes", se sumaron las aguas sobrantes, excedente de los lavaderos públicos y del regadío de los bancales adjuntos a los mismos.

Pivotes para cruzar el "Ravatxol".

A tal efecto y a falta de puente, al final de la calle del Calvario y a todo lo ancho de la riera, entonces extensa por no haber sido nunca rebajada, se construyó una larga hilera de pivotes de hormigón para que, lloviera o no, los vecinos del barrio extramuros de "el Calvari" pudieran acceder al pueblo para realizar sus compras o gestiones sin mojarse los pies. 
Si nos remontamos a tiempos históricos, también nuestros castillos de Miravet y Sufera tenían importantes fuentes a los pies de sus cerros que, a pesar del actual cambio climático, todavía existen: Font de Miravet, Perelló, Font de Roc, Font Tallá, etc. Manantiales que unidos a las grandes cisternas que en dichos castillos fueron construidas, garantizaban las necesidades de aquellas gentes. 

Abrevadero en el Pou de la Roca. Camí de l'Arc.

Pozos, a menos de 2 Km. de Cabanes... ¡Un montón!, pero el más famoso era el "Pou de la Roca", no por características especiales del pozo o del agua, sino por su abrevadero, vaciado en una de las piedras del Arco Romano. ¡Increíble pero cierto!. 
¿Quién debió ser el "artista picapedrero" que, despreció el Arco de Cabanes y no la piedra elegida para su tan logrado abrevadero?. En fin, ¡cosas que pasan!
Afortunadamente, tras casi 1000 años de historia, el Ayuntamiento ha tenido a bién levantarlo de su lugar milenario y trasladarlo al almacén municipal. 
De hecho son muchas las piedras que le faltan al Arco Romano puesto que, siendo un Arco Triunfal, le falta todo el entablamento. ¡Por una más o menos...!

Iglesia de Sant Francesc del siglo XIV. Torreblanca.

Se cree que, por ser Cabanes un pueblo relativamente "nuevo", como Torreblanca o Benlloch, ambos de la Tinença de Miravet, tiene poco que contar pero no es así, puesto que por nuestras tierras pasaron personajes que figuran en la Historia como forjadores de numerosas y relevantes hazañas. Téngase en cuenta que nuestro término municipal va, de norte a sur desde la "Vía Augusta" hasta el mar Mediterráneo. En la Hispania romana, esta vía fue principal camino de comunicaciones desde Roma a Cádiz y lo siguió siendo durante muchos siglos más, debido a los peligros de la vía más próxima a la costa, plagada de ataques berberiscos en los siglos XIV y XV. El 23 de Agosto de 1397, Torreblanca fue saqueada. Mataron a mucha gente y se llevaron todas las pertenencias de sus moradores, incluídas las Sagradas Formas y la Custodia de la iglesia parroquial de Sant Francesc y a 108 prisioneros, para venderlos como esclavos. Esta iglesia quedó integrada al Calvario actual en 1721.

Imagen actual del Arco Romano, sin entablamento.

El rey Martín I el Humano y Benedicto XIII (el Papa Luna) mediante la correspondiente Bula 
aprobaron una Cruzada que obtuvo el dinero necesario para fletar 70 naves y conseguir 7.500 hombres para atacar Tedelis (Argelia), procedencia de los piratas berberiscos. 
Lamentablemente los 108 torreblanquinos no fueron encontrados, pero mataron a más de 1000 moros e hicieron 300 prisineros, que sirvieron como contrapartida para rescatar la Custodia Sagrada torreblanquina.
En otro orden de cosas, como todos ya saben, nuestro Arco Romano seguía y sigue marcando el punto norte de nuestro término municipal y está situado a tan solo 2 Km. de nuestra villa. Varios emperadores romanos y relevantes miembros de la iglesia Católica, incluídos santos y papas, pasaron por esta histórica vía de comunicación. También Aníbal, con sus tropas y elefantes, camino de Roma, aunque últimamente se cree más probable que lo hicieran por la Ribera de Cabanes, siguiendo la costa. Todo queda en casa...

L'Hostalot de Vilanova.

Según la tradición, apoyada por grandes escritores y viajeros de todas las épocas, nuestro pueblo debe su enclave a una antigua villa romana que, con el nombre de "Ildum", ofrecía comida, descanso y cambio de animales a quienes transitaban por la "Vía Augusta", algo que actualmente pretenden para sí las autoridades del 
vecino pueblo de Vilanova d'Alcolea, que persiguen que dicha "Ildum" sean las ruinas de su "Hostalot", Una antigua "venta de carretera" que daba comida y descanso a los arrieros del norte provincial. Una leyenda más que ha dado a esa villa romana otra nueva ubicación, pero los cabanenses estamos tranquilos. Cada cual en su casa y Dios en la de todos... En cuanto al nombre de Cabanes, parece ser que es el apelativo (Cabañes) otorgado por los pobladores traídos de Tortosa por el Baron de Miravet, tras la conquista definitiva por las tropas de Jaume I y del obispo tortosino Ponç de Torrella. Los primeros pobladores de su enclave actual, eran sin duda alguna musulmanes que habían sido los que se instalaron en aquellas ruínas, romanas o no, tras su primera expulsión de los castillos de Miravet y Sufera, en el año 1091 por Pedro I, el Cid Campeador y Bacallá de Luna, pero esos no dieron nombre al "lugar".

Castell de Miravet. Cabanes.

Estos castillos fueron conquistados 
en la fecha citada por las tropas del rey Sancho Ramírez de Aragón, aunque no presente en la batalla. Al mando de la expedición estaba su hijo Pedro, todavía príncipe, que tres años después reinaría como Pedro I de Aragón a la muerte de su padre, por un flechazo moro en el sitio de Huesca,. A Pedro le acompañaba el Cid Campeador y Bacalla Ferrench, primer Señor de Luna y fundador de una dinastía con nombres tan ilustres como el Papa Luna (Benedicto XIII) o el Condestable de Castilla (Álvaro de Luna). Bacalla Ferrench estaba casado con una hija bastarda de Sancho Ramírez (Sancha) por lo que era yerno y lugarteniente del rey, al que acompañaba en todas sus conquistas. Sin embargo, tras la conquista de diferentes castillos por tierras valencianas y habiendo dejado escasas fuerzas que custodiaran las plazas conquistadas, doce años después (1103) los moros reconquistaron el castillo de Miravet y volvieron a dominarlo durante más de un siglo. Para entonces Zufera ya estaba deshabitado.

CABAÑES. Cabañas, escrito en lengua catalana.

Parece ser que Sufera data de la "Edad del bronce" , al igual que Mortorum, puesto que en sus ruinas han sido encontradas puntas de flecha, hachas y trozos de hoces (todo ello de sílex) así como restos de cerámica hecha a mano, sin torno.
Con respecto al nombre de Cabanes, una posibilidad que se baraja y parece más plausible es que, conquistado nuevamente el castillo de Miravet por Jaume I en 1223 y cedido al obispo de Tortosa don Poncio Torrella en 1224, por la ayuda prestada a ésta y otras conquistas valencianas, éste lo pobló con familias catalanas cediéndoles también las tierras que lo acompañaban y que, además de Sufera, incluía los "lugares" de Benlloch y Torreblanca, así como el Castillo de Albalat dels Ànecs. 
Llegados en exploración los nuevos pobladores de Miravet al enclave del Cabanes actual, entonces un simple "lugar", divisaron unas pobres chozas y exclamaron en su lengua vernácula: ¡¡Cabanyes!! (Cabañas), lo que posteriormente fue castellanizado, quedando definitivamente como Cabanes. Sus pobladores eran musulmanes, fugados de Miravet.

Pozo artesano antiguo.

Aún a falta de río que diera agua y vida a la nueva población, los recién llegados y sus descendientes, con los años, dieron gran empuje a Cabanes abriendo varios pozos; llegados hasta mediados del pasado siglo XX los del Povet d'Amunt, Povet d'Avall, Pou de les Grases y Pou de la Cava, este último con conducción subterránea y fuente junto a los Lavaderos Públicos actuales (Font Vella) y posteriormente otra en la placita de confluencia del "carrer de Castelló, el de la Font" y el de Les Eres".
 Poco o nada queda ya de estos pozos, en este siglo XXI, a excepción de el de ·Les Grases", cuyo brocal sigue en pié. Materializada la Reconquista cristiana, en el siglo XIV Cabanes ya contaba con más de doscientos fuegos, mientras que en Benlloch tenían ochenta y en Miravet apenas quedaban unos quince. 
Volviendo al tema del agua, nuestros castillos (Albalat, Miravet y Sufera) tenían fuentes próximas que abastecían a sus pobladores pero, aún así, debido a las graves enfermedades sobrevenidas en el siglo XVI, por la peste y los provocados por los humedales del "Prat dels Ànecs", acabaron despoblándose de forma definitiva, anexionándose sus gentes al pueblo de Cabanes en 1575. Algunas familias del castillo de Miravet se resistieron a marchar, pero a finales del siglo XVI también este castillo quedaba despoblado por completo.


Aunque con escasez de agua, debido a su privilegiada situación dentro de la Tinença de Miravet, Cabanes seguía creciendo con los exiguos pozos antes aludidos, que apenas daban abasto a la población, y apoyados por varios pozos a tan solo unos 2 Km. y alguna noria que se excavó en la partida "dels Horts" en un área próxima a "L'Arc Romá". Sin apenas caudal, en los pozos del recinto urbano los vecinos "pescaban" el agua con latas y un cordel de esparto o palmito silvestre que no lograban satisfacer las necesidades más elementales. Afortunadamente llovía a menudo y la gente con posibles construyeron cisternas en sus casas, mientras las más necesitadas llenaban todo tipo de cacharros en cada día de lluvia. De esta guisa llegaron los cabanenses a principios del siglo XX, cuando la presión ciudadana y las autoridades decidieron poner fin a tanto infortunio, por la escasez de tan preciado y necesario elemento.


Se sabía desde muchos años antes que en el Barranc de Ritxer, 1 Km. al noroeste de la actual ermita de "les Santes" que da cobijo a nuestra patrona la Virgen del Buensuceso, vivía la familia "dels Pardos", constituida por Manuel Bellés Gauchía y María Cubedo Falomir que, a pesar de contar con ocho hijos, vivían holgadamente debido a un manantial de
 excelente agua que tenían dentro de la finca familiar, heredada por Manuel de sus padres Francisco y Vicenta, ambos difuntos. Masía y tierras circundantes están situadas en el paraje que históricamente ha sido llamado "El Racó dels Pardos", lindando con "el collet de Carlos" y "finca dels Santeros" que son encabezamiento del "Barranc de Ritxer o de Les Santes"  contando la propiedad con el citado manantial  que utilizaban para almacenar y dotar de regadío aquellas tierras. No solo las de la familia, sino también las de sus vecinos que colaboraron y mucho en la adecuación y explotación del manantial. Canalizada debidamente el agua, aquel entorno se convirtió en un auténtico vergel, que les permitía incluso producir fruta y verduras de todo tipo, cuyos excedentes subían a vender al pueblo. 


Tan boyante era su situación que,
 según consta en el Testamento otorgado por Manuel Bellés Gauchía en fecha 22 de Enero de 1914, éste ya cita como casas de su propiedad la ubicada en el número 7 de la Calle de las Eras y otra posterior en el número 5 del "carrer de Castelló". Fue en la calle de Las Eras donde fallecería Manuel Bellés seis años después (1920) de otorgar dicho testamento. Para esa fecha también su hija primogénita (Teresa) volvía a ser viuda (1918) de su segundo marido José Condill Pitarch. El matrimonio de José Condill y Teresa Bellés vivíeron en principio en la finca y masía de la partida de La Cova y más tarde en la casa familiar "dels Pardos" en la calle de las Eras,nº7. Tuvieron tres hijos: Buensuceso, Ángeles y José, siendo Buensuceso Condill Bellés madre de quien suscribe el presente relato. Con ellos vivía Vicente, el hermano soltero de Teresa. El tal Vicente murió quemado unos años después al dormirse junto a la chimenea y prenderse su ropa, sin poder apagarla ni llegar a la calle para pedir auxilio.
Se hace constar en este momento que los ascendientes paternos de José Condill Pitarch 
habían recalado en estas tierras procedentes de Irlanda debido a la "Hambruna de la patata", registrada en dicho país a mediados del siglo XIX y que costó la vida a un tercio de la población. Más de dos millones de personas murieron de hambre o enfermedades derivadas de sus privaciones. Los más atrevidos y con algunos posibles se embarcaron hacia América 
mientras otros se extendieron por Europa. En Norteamérica todavía quedan algunas personas con el apellido Condill, pero en Europa no se conoce más que al autor de este escrito como portador de dicho apellido.  


Volviendo al asunto que nos ocupa, hay que destacar que el alcalde de la época Francisco Segarra aleccionado por el militar, Comandante y Delegado Gubernativo del distrito de Castellón, en plena Dictadura del general Primo de Rivera (1924) y reinado de Alfonso XIII, 
citó a María Cubedo Falomir viuda desde cinco años atrás y a todos sus vecinos (regantes del mismo manantial) a personarse en el Ayuntamiento de Cabanes, a fin de informarles que se había decidido utilizar su manantial para subirlo al pueblo y que, según el peritaje contratado, habían estimado indemnizar a todos ellos de acuerdo con las horas de riego a que tenían derecho ya que, como tal y por escasa, (20-25 litros por minuto) el agua nada valía. María Cubedo no podía creerlo...
- Pero ¿En qué cabeza cabe, decir que el agua no vale nada, si riegan 11 vecinos y es el objeto de deseo para todos los cabanenses?. 
Los regantes, no siendo propietarios, firmaron y aceptaron la cifra ofertada, pero María Cubedo Falomir no estaba conforme con el criterio del Ayuntamiento puesto que, aparte de la indemnización por pérdida de cultivos, ella era la única dueña del manantial y quería cobrar el agua, que nadie había tenido en cuenta. El alcalde no aceptó su petición y María marchó sin firmar. Dando el silencio por respuesta se iniciaron los trabajos de canalización del manantial hacia el pueblo y el día 27 de Septiembre de 1925 el Ayuntamiento cerró el caudal hacia las fincas y dió luz verde a la apertura de la Fuente del Buensuceso de Cabanes, sin previo aviso y sin que hubiera acuerdo sobre las demandas de la propietaria del manantial; hasta el punto de que los productos de su huerta se secaron por falta de regadío.


Previamente, el Ayuntamiento, teniendo claro que a buenas o a malas conseguiría el manantial, había gestionado 
ayudas estatales que atendió el mismo personaje militar, comandante Valera, Jefe provincial de Castellón, con el fin de adquirir los 8 Km. de tubería especial (acero interior y forro de alquitrán granulado) que el Ayuntamiento se comprometió a pagar en un largo plazo de tiempo. Los trabajos de montaje y adecuación del terreno se llevaron a cabo por vecinos voluntarios de la localidad que trabajaron a "jornal de Vila", como era habitual en aquellos tiemposTerminadas las obras, el día 27 de Septiembre de 1925 fue jornada de júbilo para todos los vecinos de Cabanes, que asistieron a la inauguración de la fuente instalada en la "plaça dels Hostals"; abriendo la llave de paso que, invitado por las autoridades locales, llevó a cabo el propio Sr. Valera, que también descubrió la placa que daba su nombre a la calle principal de la localidad, que pasó a llamarse calle Delegado Valera, en sustitución de la denominación anterior: "carrer de Castelló"


La propietaria del manantial buscó como perito a un ingeniero de Castellón para que determinara el valor del agua y, conocido éste y llegados al mes de Diciembre de ese mismo año 1925, ante las amenazas de la propietaria de llevar sus quejas al Juzgado Provincial de Castellón, el Alcalde y concejales reconocieron que no se había obrado con equidad y justicia, por lo que acordaron citar a la demandante y a sus hijos, para ofertarles una bonificación por el valor del agua, equivalente a la cantidad informada por los perjuicios de pasar su finca a secano. Fueron 360 pesetas que, sobre las ofertadas en su día, por perder el regadío, sumaban 720 pesetas. María Cubedo Falomir, ya cansada de luchar, y a fin de no buscarse la enemistad de los vecinos del pueblo, aceptó el precio ofrecido y el pago en cuestión. En cuanto a la familia de María Cubedo Falomir y sus hijos, convertidas sus tierras en secano y ya no pudiendo seguir alimentándose de ellas, se trasladaron definitivamente al pueblo, trabajando como jornaleros y habitando la casa de Las Eras, nº 7. 


Enterados de la dura negociación que llevó a la firma de cesión de las aguas, a los herederos no nos extraña que nunca se hablara de la forma en que fueron conseguidas. Este año 2025 es el Centenario de este logro sin parangón. Por si el Ayuntamiento sigue con su silencio, un servidor ha querido aprovechar tan histórica fecha para dar a conocer los datos que llevaron a que los vecinos de Cabanes pudieran disfrutar de un bien tan necesario. L
os tiempos cambian y lo que antiguamente fue un logro sin precedentes y motivo de júbilo para esta villa, puede que haya perdido relevancia. Y no es por falta de ganas de fiesta, sino porque actualmente el agua potable llega directamente a nuestras casas y el agua de nuestra fuente se consume poco y solo para beber. Ni a los lavaderos públicos acude ya casi nadie, pues modernas lavadoras hacen el duro trabajo de limpiar la ropa.
Definitivamente...  ¡Los tiempos cambian!.

Rafael Fabregat Condill

NOTA DEL AUTOR.- Bien amigos, espero que os haya gustado. No es una novela de Ágatha Christie, sino el relato de unos acontecimientos que los cabanenses, y hasta incluso los herederos de la familia "dels Pardos", desconocíamos. Para ellos y todo el pueblo en general, he querido plasmarlos en este relato que no tiene otra pretensión que la de dar a conocer la historia de nuestro pueblo y el tema más celebrado este año 2025: 
¡La llegada del agua a Cabanes!
Perdonad faltas y algún que otro dato erróneo que se haya podido colar, pero el autor carece de estudios y en tiempos franquistas la Enseñanza Primaria, distaba mucho de ser ejemplar: 
Gracias por vuestro interés y hasta siempre.

P.D.-
En 1956, todos los hijos vivos de la familia Bellés-Cubedo se citaron en el ermitorio de Les Santes para visitar la finca y delimitar la propiedad de cada uno de ellos. LLegaron los que vivian en Francia y Barcelona y junto a los de Cabanes, fijaron un día de asueto en la finca. Yo, con siete años de edad también fuí invitado a ese día, en representación de mi abuela y de mi madre, las dos difuntas. Con mi corta edad, pasé la mañana en la masía, jugando con el barro y las piedrecitas del lugar. Tras el almuerzo, los mayores marcharon a delimitar las parcelas de cada cual. A mediodía, volvieron llenos de arañazos y heridas más serias, diciendo que la mucha maleza no les había dejado señalar mas que las parcelas de dos de ellos. El resto quedó como una masa, aparentemente indivisible que, posteriormente y para no dejarla en situación de propietario desconocido se puso a nombre Manuel Bellés Cubedo (el tío Nelo). La "Finca dels Pardos" sigue pues en la familia, aunque ignoro a quién pertenece catastralmente en la actualidad. 
Aprovechando que el día de mañana también es de Celebración Centenaria, tengo un epílogo que publicaré mañana día 28/9 como contraportada. RFC

No hay comentarios:

Publicar un comentario