1372- EL PRIMER REY DE ISRAEL.

Las doce tribus de Israel, hijos de Jacob.

La amenaza militar de los filisteos y la escasa firmeza de la Confederación de tribus de Israel obligó al cambio de estructuras de poder. Los carismáticos jueces ya no eran líderes adecuados para gobernar y proteger los intereses del pueblo israelita en aquellos tiempos convulsos. Interesaba unirse mediante un vínculo más fuerte y se creyó conveniente hacerlo en la figura de un rey que unificara las doce tribus de Israel. El profeta Samuel, perteneciente a la tribu de Leví, fue el último juez de Israel y quien eligió por tanto al que sería primer rey de Israel. Tal designación cayó en la figura de Saul (1030-1010 a.C.), hijo de Qish de Gabaa, de la tribu de Benjamín, hombre de gran valor que derrotó en varias ocasiones a los filisteos y estableció su capital en la ciudad de Jabes de Galaad.

Años después los filisteos reúnen un gran ejército y se aprestan a atacar a los israelitas de Saul. Samuel le dice a Saul que no ataque hasta que él regrese y haga un sacrificio a Jehová pero pasa el tiempo y Samuel no regresa. Temiendo que los filisteos se adelanten en el ataque decide Saul hacer él mismo dicho sacrificio y cuando llega Samuel éste le afrenta por su desobediencia y le vaticina que no tendrá un largo futuro como rey. El ataque fue victorioso pero, desobedeciendo una vez más a Dios que le había ordenado no guardar botín alguno, guardó para sí el mejor ganado y tesoro de los vencidos. Entonces Dios lo rechazó definitivamente y ordenó a Samuel que consagrara secretamente a David como nuevo rey de Israel.

Para entonces David estaba en la corte de Saul como arpista pero la victoria obtenida en su lucha personal con Goliat y otros triunfos militares, provocaron los celos del rey que intentó matarlo al verle como culpable del alejamiento de su protección divina. Gracias a la ayuda de los hijos de Saul, David pudo escapar de la persecución del rey. La Biblia cuenta que, poseído por la ira ante la admiración del pueblo por David, Saul perdió la razón. Fuera de sí, evocó el espectro de Samuel que profetizó la derrota de su ejército y su propia muerte. 

Al día siguiente les atacaron los filisteos en la llamada Batalla del monte Gilboa. El ejército israelita fue aniquilado y Saul, para evitar su captura, se mató junto a sus hijos. En realidad Saul había sido cercado junto a sus hijos por los filisteos. Acorralados por sus enemigos murieron allí mismo sus tres hijos y también él fue herido por las flechas de los filisteos. Gimiendo le dijo a su escudero que lo rematara para que los enemigos no lo cogieran herido y le torturasen, pero el escudero no tuvo coraje de hacer lo que le mandaba su señor y el propio Saul tomó la espada e incorporándose se echó sobre ella. Allí murieron pues Saul y sus hijos dando fin a su dinastía. Viendo los israelitas supervivientes que el rey y sus hijos estaban muertos, huyeron abandonándolo todo. Ante tan clara victoria los filisteos entraron en sus ciudades y las ocuparon.

Al día siguiente salieron los filisteos a despojar a los muertos de todo aquello que pudiera tener algún valor material. Encontraron el cuerpo del rey y tras quitarle su armadura le cortaron la cabeza. Acto seguido ofrendaron la armadura a sus dioses y colgaron la cabeza de Saul en el templo de Dagón. Cuando el pueblo de Jabes de Galaad se enteró de lo sucedido rescataron los cuerpos de Saul y de sus hijos y les dieron sepultura, ayunando durante siete días. Terminaba de este modo la historia de Saul primer rey de Israel y daba comienzo el reinado de David. 
Los Libros de Samuel son la crónica de Saul y David como primeros reyes de Israel.

RAFAEL FABREGAT