11 de mayo de 2014

1370- EL SEMEN, PANACEA DE LA BELLEZA FEMENINA.

No es nada nuevo y menos todavía una aberración. Las propiedades del semen como mascarilla de belleza vienen de muy antiguo, tanto que ya las mujeres egipcias distinguidas lo empleaban con asiduidad. 
Producto de una rigurosa investigación, el semen ha demostrado ser el antioxidante más eficaz contra el envejecimiento. La consecuencia de mantener por más tiempo la tersura de la piel, es porque penetra con facilidad en la epidermis y estimula el proceso de reparación del ADN de las células. Hoy el esperma masculino llega al mercado con todas las garantías y complementos que lo convierten en panacea de la belleza femenina. Hasta 27 componentes esenciales para una perfecta salud cutánea tiene esta interesante sustancia, tantas veces desaprovechada por la humanidad. 


Desde los antígenos protectores del sistema inmunitario, hasta los minerales y aminoácidos esenciales; enzimas catalizadoras, agentes anticancerígenos, vitaminas y enzimas protectoras de la piel, antioxidantes y un largo etcétera de elementos reconstituyentes para la perfecta salud de la piel y del cuerpo humano en general. No en vano se dice que la hembra de cualquier especie está incompleta en tanto no tenga relaciones plenas y reciba en su cuerpo las eyaculaciones pertinentes del macho, que le aportan la salud y belleza propias de la plenitud.


Las modernas tecnologías han puesto al descubierto las múltiples propiedades beneficiosas del semen masculino, siempre que se tomen las debidas medidas de seguridad. Como es de conocimiento general, el semen es agente transmisor de numerosas enfermedades y por lo tanto debe tenerse el máximo cuidado de la procedencia del material. Herpes, papiloma, hepatitis B, gonorrea y hasta el propio Sida, son enfermedades de la que el semen es portador. 

Caso de aplicación en estado puro es fundamental extremar la precaución. Para ello es necesario conocer al donante y asegurarse de su perfecta salud al respecto.
La famosa Cleopatra, faraona de Egipto, ya lo usaba como regenerador y vitalizante de la piel. Sin embargo no era invento de su época pues ya de muy atrás eran conocidas sus propiedades y efectos vigorizantes y otras muchas funciones benefactoras. Ya desde muy antiguo los egipcios lo consideraban un elemento de propiedades casi sagradas. No sabemos si sería el secreto de su belleza pero, según la leyenda, la última faraona de Egipto, tenía a un esclavo cuya función casi exclusiva era la de proveerle del preciado líquido que ella se aplicaba todas las noches como crema de belleza. El antiguo secreto de la belleza femenina, vuelve pues a instaurarse más perfeccionado que nunca gracias a las modernas tecnologías. 


Sus excelentes propiedades astringentes, rehabilitadoras y antioxidantes la convierten en un óptimo elixir para la piel. Naturalmente ya no se aplica en estado puro, sino que se comercializa en cremas que contienen las proteínas del semen masculino, junto a otros ingredientes complementarios. La empresa noruega Bioforskning AS Norway ha sintetizado el componente (Spermine) y lo comercializa como ingrediente esencial de su más famosa (y cara) crema facial.

RAFAEL FABREGAT

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