13 de mayo de 2014

1373- SITIO DEL ALCAZAR DE TOLEDO.

Foto antigua del Alcázar de Toledo.
Como respuesta a la victoria del Frente Popular (coalición de izquierdas) en las Elecciones Generales de Febrero de 1936 y acusando la derecha la manipulación de resultados, se producen una serie de desórdenes y asesinatos que culminan el 17 de Julio de 1936 con un Golpe de Estado, perpetrado por una parte del ejército español, que inicialmente fracasa. Sin embargo la rápida intervención de Alemania e Italia propicia el traslado inmediato (18 de Julio) de las tropas rebeldes de África y comienza en España una Guerra Civil que acabaría con la vida de centenares de miles de españoles y que no concluiría hasta el 1 de Abril de 1939. Finalmente, derrotada la II República Española, queda establecida la dictadura del general Franco que gobernaría España hasta su muerte el 20 de Noviembre de 1975 y posterior transición en la figura del príncipe Juan Carlos I, con renuncia de su padre Don Juan de Borbón a sus derechos dinásticos. 


Emilio Mola Vidal. (General Mola)
El Golpe de Estado del 17 de Julio de 1936 lo había perpetrado el General Mola. No hubo pues una sublevación militar de las fuerzas españolas en Marruecos, sino que lo que hizo Franco fue adherirse a esa sublevación. Consecuencia de esos apoyos, lo que inicialmente se consideró un fracaso, dio luz verde a una Guerra Civil que se preveía corta pero que duró casi tres años. El 18 de Julio de 1936 el gobernador militar de la provincia de Toledo, el General Moscardó (entonces coronel) se puso al frente de la Guardia Civil de la provincia. Los días 19 y 20 el Ministerio de la Guerra (republicano) intentó hacerse con la munición de la Fábrica de Armas de Toledo con resultado negativo puesto que Moscardó se negó a entregarla.


José Moscardó Ituarte. (General Moscardó)
El 21 de Julio los sublevados de Toledo declararon el Estado de Guerra, distribuyeron diferentes fuerzas por la ciudad y llenaron varios camiones de munición en la Fábrica de Armas con destino al Alcazar. Enterado el Ministerio de la Guerra ordenó el inmediato bombardeo de los sublevados que se refugiaron en el Alcázar. A las seis de la tarde el último de los camiones cargados de munición fue alcanzado cuando estaba llegando a su destino. Los defensores del Alcázar eran 800 hombres de la Guardia Civil y algo más de 100 civiles, pero con gran cantidad de armas y munición suficiente. También se refugiaban en el Alcázar alrededor de 650 civiles más, la mayor parte familiares de los Guardias y otros refugiados huidos de los milicianos y socialistas que temían por su vida. 


Milicianos del Frente Popular asedian el Alcázar de Toledo.
Las fuerzas republicanas eran 2500 milicianos, con algunas piezas de artillería y media docena de vehículos blindados. Las Fuerzas Aéreas republicanas sobrevolaron el Alcázar y apoyados por la artillería lo bombardearon en 35 ocasiones. La llegada de las tropas republicanas propicia diferentes enfrentamientos en varios puntos de la ciudad y mucho más numerosas obligan a los sublevados a refugiarse también en el Alcázar. La lucha es encarnizada pero la carencia de instrucción militar hace que los milicianos desperdicien fuerzas y municiones disparando vanamente fusiles y artillería contra los gruesos muros del Alcázar. Hubiera sido necesaria artillería pesada e importantes explosivos de los cuales los milicianos carecían. 
Moscardó saluda al general Varela.

En Agosto y ya escaseando los víveres, el gobierno republicano traslada a Toledo piezas de artillería de gran calibre a fin de acabar con la resistencia, pero no hay forma humana de conseguirlo. El cerco se mantiene hasta el día 27 de Septiembre, algo más de dos meses, cuando la milicia republicana se retira empujada por el ejército africano al mando del General Varela que había llegado a los suburbios de Toledo dos días antes. Ningún interés militar tenía Toledo ni su Alcázar para los bandos contendientes pero Franco se empecinó en liberar a los sitiados aún a costa de perder efectivos. A la llegada del general Varela a los pies del derruido edificio el coronel Moscardó pronunció una frase que ha quedado para la Historia: "Sin novedad en el Alcázar, mi general".

RAFAEL FABREGAT

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