El día 27 de Junio de 1957 se produjo en España, y concretamente en Barcelona, la venta del primer SEAT-600, un vehículo de cuatro cilindros, 633 cc. y 21,5 CV con velocidad máxima de 95 Km/h. familiar asequible para la clase media, por su bajo precio, bajo consumo y fácil maniobrabilidad. El coche lo tenía todo: Cuatro marchas, relativamente barato, familiar (4 plazas), dos puertas, bonito y con muy pocas averías. Al no tener ninguna de las "pijadas" que tienen todos los coches del siglo XXI, poco o nada se averiaba. En los 15 años que estuvo en mi poder y otros tantos del dueño anterior, jamás se abrió el motor. A mí me lo compraron mis padres en 1970, de segunda mano. Costó 30.000 pesetas (180 euros) El vehículo estaba impecable y con un motor ¡casi nuevo!. Recuerdo que no llegaba a los 30.000 Km. y había estado muy bién cuidado por su dueño anterior, que era de Castellón. La "prueba de fuego" que le exigimos al vendedor, fue que nos llevara al ermitorio del Desierto de las Palmas en la marcha más larga (4ª) y sin cambiar. La mayoría conocéis esa carreterita, empinada y llena de curvas... con un vehículo de 25 CV y 767 cc. ¡No fué fácil!.
Lo llamaban "la pelotilla" pero, aún así, causaba envidia. El vendedor no quería perder la venta, pero esa carretera no era para subirla como le pedimos. Y menos con ese coche. ¡Sudaba!. Alguna curva cerrada tenía que cogerla por el lado contrario, pero arriba que fué. En aquellos tiempos el tráfico era escaso, por no decir nulo y la compra se llevó a cabo. El nuevo vehículo (CS-47375) se compró para poder hacer la "mili" con una cierta comodidad. Yo, al que jamás le habían comprado ni una simple bicicleta, no me lo podía creer. También yo lo cuidé con cariño y admiración. Ninguno de mis amigos tenía coche y, como es natural, yo "fardaba" llevándolos aquí y allá, aunque sin un duro en el bolsillo. Bueno, sin un duro no, pero pocos, puesto que trabajaba en casa. Fue el primer coche de este tipo que entró en Cabanes.
El tan admirado "600" no es que sirviera para ir de aquí para allá con los amigotes, pues yo hacía ya dos años que tenía novia y la paseaba a ella, más que a nadie. De hecho, incluso nos sirvió para llevar a cabo nuestro "viaje de novios" por toda Andalucía. Rompiendo la bomba del agua... ¡pero volvimos a Cabanes con él!. Tras la consiguiente boda y banquete, en el Bar de la Cooperativa (único allí celebrado) ya con las doce de la noche pasadas, puesto que fue boda de tarde y cena para los invitados, nos despedimos y, sin tener hotel reservado, la una de la madrugada marchamos a la aventura pues mi mujer no quería dormir en Castellón. En fin, no voy a contar aquí toda nuestra "aventura", puesto que ya fue escrita en otra entrada de este mismo Blog años atrás. ¡De risa...!
En Cabanes algunas motos había pero, en aquellos tiempos, tener coche no era algo habitual. Las familias humildes habían pasado una larga posguerra y vivían una economía muy ajustada. Para la mayoría de los españoles no solo fue su primer coche, sino que era una señal de que las cosas iban mejorando. La llegada del "600" abrió las puertas a visitar parientes que vivían alejados y a pasar algún fin de semana fuera, incluso las tan soñadas vacaciones. La libertad de movimiento, hasta entonces prerrogativa de los ricos, fue accesible para (casi) todos. En aquellas fechas, el médico titular de Cabanes (don Enrique Sanz) tenía un Goggomóvil de 1955, con limpiaparabrisas para el conductor y en la puerta cristales correderos; 250 cc. y 13,6 CV, cuatro marchas y dos cilindros con una velocidad máxima de 74 Km/h. y frenos de tambor.
El del alcalde (José Carceller) no era mejor, sino todo lo contrario. Se trataba de un Biscuter de 1953, con 125 cc. y 9 CV de potencia, carrocería de aluminio y cubierta de lona, sin puertas; motor monocilíndrico, tres marchas adelante y sin marcha atrás. Si lo aparcabas "en batería" tenías que tirar de él de la parte trasera, para iniciar la marcha. Arranque con tirador y transmisión a la rueda delantera derecha. Frenos de tambor a las ruedas traseras. La velocidad máxima era de 70 Km/h. El asiento era corrido para dos plazas. Coloquilmente lo llamaban "zapatilla" por su perfil similar. Con la llegada del "600" todas las fábricas de microcoches tuvieron que cerrar. En aquella época los jóvenes casi todos compraban motos de las marcas Montesa y Bultaco, pero los coches brillaban por su ausencia.
En fin, así transcurría la vida en el Cabanes de posguerra...
RAFAEL FABREGAT
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