Se acabó. Sí amigos. Se acabó, casi antes de empezar... Era lo normal, habiendo comenzado la campaña a finales de Octubre y no a finales de Agosto, como es lo normal para esta parte del mundo. La semana pasada, después de 8-10 días lloviznando (que no lloviendo) el monte estaba de maravilla y mi mujer y yo llenamos las cestas sin problema alguno. Solo cabía desear, como así lo dije, que esta situación de mantuviera dos o tres semanas más, como así se mantuvo un verano impenitente que no tenía razón de ser. Pero ¡ay! las cosas buenas duran poco... Vaya mierda de mundo, que solo va bien para cuatro, mientras cuatro mil millones se mueren de asco. Los del 'Puente de Todos los Santos' están de enhorabuena. Ya tenemos aquí (otra vez) el Anticiclón...
Ayer volvimos al Maestrazgo y de lo que había una semana antes, no quedaba nada. La depresión que había sobre las Islas Canarias se ha disuelto en el espacio-tiempo y sobre la Península Ibérica reina el 'anticiclón', goloso dulce para los amantes de la playa y ponzoña insidiosa para los que, unas semanas al año, gozamos del amor de la montaña y de sus frutos. Si hay Dios a Él le digo que no hay derecho que, por cuatro sinvergüenzas que se benefician, el resto de la humanidad hayamos de pagar las consecuencias de un calentamiento global que puede incluso acabar con la humanidad. También con ellos, a no ser que se marchen a otro planeta, que no me extrañaría en absoluto. Desde luego, cuando eso sea posible, ellos serán los primeros en marchar. Y gracias al dinero de todos, que esa es otra...
No madrugamos. Los viejos ya estamos dispensados de ello. Con el sol en lo alto tomamos camino hacia Mosqueruela, aunque la vieja carretera (ya era hora) está cerrada por obras y tuvimos que dar un rodeo por Cantavieja. Como no podía ser de otra forma, allá en lo alto estaban los cobradores del 'Coto Micológico del Maestrazgo' que aglutina varios pueblos pero no el de Mosqueruela. Nos dan el alto y yo, que por lo general aprieto el acelerador y paso de largo, paré y bajé el cristal de la ventanilla.
- Buenos días -nos dice una simpática moza.
- Buenos días -le respondo cortes. (Ya me ha desarmado)
- ¿Van ustedes a buscar setas? -nos pregunta.
- Pues sí -respondo sin titubear.
- ¿Llevan pase? -indaga la moza.
- Pues no, no llevamos ningún pase, ni creo que haga falta.
- Perdone pero, si van a buscar setas, han de llevar pase.
- Perdone usted -le digo- pero no me cabe en la cabeza que pretendan que la gente les pague por buscar setas, sin haberlas.
- Sí las hay caballero. Ayer mismo fui yo a buscarlas y encontré. Bien es verdad que robellones hay muy pocos, pero hay otras setas que también son comestibles.
- Perdone. Y esas setas que también son comestibles y que usted dice que hay, ¿donde están?. Porque me consta que en toda esta semana no ha caído una sola gota de agua y por lo tanto no ha salido ya nada.
- ¡Pues por ahí! -dice evasiva- La verdad es que de la semana pasada a esta la cosas ha cambiado mucho, pues el monte se ha secado bastante y ya no salen de nuevas.
- Pues si señorita. Así es. Tenemos anticiclón y por tanto sequía y heladas. No creo yo que ninguna persona, en su sano juicio, les compre hoy ningún pase. Es más, repito otra vez que, si quienes les contratan fueran gente sería como deberían de ser, ustedes hoy no estarían aquí helándose de frío. En cuanto a lo del pase, no hay problema alguno en pagar. Deme dos para Puertomingalvo. (Naturalmente yo ya sé que este pueblo no está incluido en el coto)
- ¡Ah, no!. Si van a buscar setas a ese pueblo no tienen que pagarnos.
- ¿Ah, no?. Pues nada, que pasen un buen día.
Marchamos hacia Mosqueruela, pueblo pionero en esto de cobrar por la búsqueda de robellones pero que, sin embargo, este año no ha situado a sus cobradores a pie de carretera como tienen por costumbre. La gente ya los tiene bautizados como 'los cobradores del frac', una compañía de cobro a morosos que tiene ese nombre como titulación de la empresa, pero gente mucho más justa que los cobradores del Maestrazgo. Ojo pues al tema de ir por allí a comer o a pernoctar. Los del Maestrazgo solo quieren dinero.
La verdad es que he quedado gratamente sorprendido, pues tenía mal catalogado al Ayuntamiento de Mosqueruela, al nunca haberme convencido sus argumentos recaudatorios. Sin embargo han resultado ser mucho más ecuánimes que quienes dirigen los destinos de los pueblos del Maestrazgo que, de forma injusta y engañosa, pretenden cobrar ¡y cobran! por buscar robellones a todo aquel que se avenga a pagarles, sabiendo que no los hay. En fin, que corra el aire...
Como he dicho antes, mi mujer y yo marchamos a Mosqueruela. Todavía no habíamos recorrido cuatro kilómetros desde el puesto de 'cobro a los inocentes', cuando vimos cunetas y campos manchados de blanco. El coche dió un pitido y vi que marcaba -2ºC (dos grados bajo cero).
- No hay problema -le dije a mi mujer- a donde vamos no habrá helado pues es una zona bastante elevada. A las diez y media de la mañana llegamos al único lugar que este año nos ha dado alguna alegría y efectivamente allí la escarcha no había cuajado. A la llegada, tres coches parados a la entrada del monte en cuestión.
- Tenemos competencia -le digo a mi mujer- ¡Buena señal!.
Sin embargo, apenas pusimos los pies en el suelo vi que la tierra estaba falta de humedad. Cogiendo las cestas nos adentramos en el pinar. Había setas de todos los tamaños y colores, pero apenas encontramos una docena de robellones cada uno, media de llanegas y dos puñados de setas comestibles de diferentes tipos, además de algunos champiñones silvestres. En total, entre los dos no pudimos llenar una de las cestas y no muy colmada. Lo siento amigos pero, la temporada del Maestrazgo 2016, está finiquitada. Murió, antes de nacer. A ver si más adelante, en cotas más bajas...
RAFAEL FABREGAT
Buenos pero tristes comentarios sobre la patética temporada 2016. Yo no me he comido una rosca. Es tremendo como año a año se va notando el cambio climático con sucesivos nuevos récord de temperatura. Bueno Rafael esperaremos a la primavera. Un saludo afectuoso. Y por favor no dejes de compartir tus crónicas con nosotros. Javier (Valencia)4
ResponderEliminarBuenos días Javier. Un buen aficionado no tiene que perder nunca la esperanza. Mi padre y mi suegro encontraron robellones decenas de veces en fechas próximas a la Navidad. Algún día lloverá y allí donde no haya heladas saldrán robellones y muchas cosas más. El año pasado, también de pocas lluvias fue para mí el mejor de mi 'carrera' micológica. Hay que bajar de cota y nada más. Ya en la segunda quincena de Noviembre me cansé de recoger Setas de Cardo y Trompetas Amarillas. Yo aquí abajo no busco robellón pues hay demasiada maleza y no quiero ir a la 'guerra'. No lo había visto jamás, ni creo que vuelva a verlo. Cesta grande y a tope en media hora, tanto de lo uno como de lo otro. Llené el arcón-congelador que tengo en el garaje, no te digo más. Después de todo un año, todavía me quedan una docena de bolsas congeladas. ¿Por qué no se ha de repetir eso este año?. Un abrazo y gracias por leerme.
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