2224- LIBERIA.

La República de Liberia está situada al oeste del continente africano. Como podemos ver en el mapa adjunto, linda al Norte con Guinea, al Este con Costa de Marfil, al Oeste con Sierra Leona y al Suroeste con el océano Atlántico. El país tiene una superficie total de 111.370 Km2. y una población aproximada de 4,5 millones de habitantes. 
Entre 1989-96 y 1999-2003 ha sufrido dos guerras civiles que han arruinado su economía, al desplazarse cientos de miles de ciudadanos a países vecinos intentando escapar de la muerte. A esto se sumó la epidemia de 'ébola' que supuso la pérdida de 4.500 vidas.
Con la abolición de la esclavitud, en 1822 los Estados Unidos mandaron a su colonia en Liberia gran cantidad de esclavos liberados que se sabían procedentes de esta parte del mundo. Estos antiguos esclavos no se integraron en la sociedad africana de Liberia pues, frente a ella, se consideraban superiores, 'americanos' con mayores derechos que aquellos que habían quedado a salvo del exilio esclavista.

La desconfianza entre los recién llegados a la colonia estadounidense y los nacidos en ella no se hicieron esperar. A pesar de haber vivido siempre en esclavitud, o quizás por eso mismo, las enseñanzas recibidas de sus antiguos amos había calado en su forma de ser y viéndose libres sembraron en tierra propia lo que aprendieron en tierras ajenas. Con un claro trasfondo estadounidense, los hijos de aquellos primeros esclavos llegados desde el continente americano fueron a Estados Unidos para formarse a fin de implantar en la nueva Liberia prácticas religiosas, costumbres sociales y normas de los americanos anteriores a la guerra civil. Esta vez ellos serían los colonos y sus 'hermanos' africanos quienes trabajarían para ellos. Así funciona Liberia desde mediados del siglo XIX y hasta hoy.

En 1847 declararon la independencia de Liberia y su cambio a República Presidencialista. El nombre de Liberia vino dado por los recién llegados, siendo su significado 'Tierra de los Libres'. La dominación por parte de éstos, con respecto a los nativos ubicados en el interior del país, fue una constante pues los consideraban inferiores. Los primeros problemas surgieron con los países vecinos, entonces colonias del Reino Unido y Francia, lo que provocó el aislamiento político y comercial de Liberia y el consiguiente empobrecimiento. Sin embargo en 1926 la empresa Firestone obtuvo la concesión del gobierno liberiano para una gran plantación de caucho que dio oxígeno y alas a la economía liberiana. 

De todas formas los conflictos y las guerras internas no cesarían hasta bien entrado el siglo XXI cuando, en 2003, se puso fin a la segunda Guerra Civil. Desde entonces un primer gobierno de transición y unas elecciones libres en 2005 que resultaron pacíficas y en orden aunque, a pesar de los grandes esfuerzos por normalizar el país, se cree que fueron fraudulentas y con el apoyo manifiesto de los EEUU. Una década después el país vive todavía en la transición a una democracia que no acaba de llegar ya que, aunque el gobierno se basa en el modelo estadounidense, su presidente juega un papel predominante. Es una verdadera lástima que un territorio con grandes riquezas naturales tenga que vivir permanentemente en la pobreza por su mala gobernación.

Clima tropical, cálido y húmedo. Llanuras costeras con fértiles tierras y agua abundante, con grandes plantaciones de caucho e importantes minas de hierro. Buena parte de esas infraestructuras fueron destruidas en la última guerra civil, al mismo tiempo que el país se convertía en autopista para la salida de los diamantes de Sierra Leona y de la cocaína producida en los países africanos próximos. Europa y Norteamérica se abastece del tráfico ilegal que pasa por esas tierras. No amigos, el rumbo de Liberia no va en la buena dirección. Resulta increíble que 150 años después de su llegada a estas tierras, los descendientes de los esclavos libertos americanos, que solo suman el 5% de la población, todavía sean los que dominen la política del país. ¿Hasta cuando el abuso de poder, el caos, la pobreza, la destrucción y la muerte...?

RAFAEL FABREGAT