Es una de las advocaciones a la Virgen María (de la Soledad), pero lamentablemente no es ese el tema de esta entrada al Blog. Es increíble que en un planeta con más de siete mil millones de habitantes, (7.000.000.000 que se dice pronto) se pueda decir que estamos solos, pero así es. Por muy rodeados de gente que nos encontremos, nacemos solos, vivimos solos y morimos solos. Bien es verdad que, en mayor o menor medida, todos tenemos familiares; la mayoría pareja sentimental y unos hijos, cuyos padres quieren más que ha nada en el mundo, aunque alguno de ellos no se entere de ello. Muchos incluso dicen tener amigos, cosa que tristemente yo no digo jamás, porque faltaría a la verdad. A no ser claro está que la palabra amigo signifique algo distinto a lo que yo entiendo por amistad verdadera.
Los padres te lo dan todo, primero la vida, después el alimento y los cuidados, más tarde los estudios y los medios para que puedas emanciparte, desarrollar los conocimientos adquiridos y crear con una cierta facilidad tu propia familia. Ningún padre hará por ti menos de lo que pueda hacer, es más, muchos de ellos incluso se meterán en deudas para que puedas 'despegar' con mayor facilidad de lo que ellos lo hicieron. Que tu lo agradezcas o no ya es harina de otro costal. Algunos son olvidadizos y como los pájaros, olvidan donde tuvieron el nido una vez que pueden volar. No pasa nada. Solos viven los padres y solos vivirán más pronto que tarde esos hijos, porque así es la vida de muchos, por no decir de todos. Hay quien piensa que esto no va con ellos, pero es lotería que suele tocar en la mayoría de los casos.
La soledad es compañera de piso para miles de personas que no la merecen. Claro que hay diferentes tipos de soledad. Para muchos 'vivir solo', es incluso una forma de vida, una manera de conseguir la máxima independencia. ¿Se han preguntado alguna vez el por qué algunas parejas, casadas o no, optan por no tener hijos?. Yo no puedo responder porque con tres hijas no es mi caso, pero mucho me temo que es por egoísmo. Tener hijos es un arduo trabajo y una seria obligación que no todos están dispuestos a afrontar. Razón no les falta porque, especialmente en los tiempos que estamos atravesando, los padres no pueden esperar que los hijos paguen con la misma moneda. Y si no es así, ¿qué sentido tiene tener hijos?. Complementan el amor y dan sentido a la vida, pero también más disgustos que alegrías.
Ya que se trata de una lotería, la verdad es que no puedo quejarme. Yo diría que el 66,66% de mis hijas me quiere y el 75% de mis nietos también. Mi mujer, aunque todos tengamos algún día malo... es para mojar pan. Entonces, ¿donde está el problema?. Pues en ninguna parte, no hay problema, pero los problemas existen, como existe el sol y las estrellas. La vida podría ser mil veces mejor, si todos fuéramos mejores. Dios, la naturaleza, o vete a saber quien es el culpable de que estemos en este mundo, podría haberlo hecho mejor. Hacernos mejores, que fuéramos menos egoístas, que todos nos quisiéramos un poco más. Que levantáramos al caído, en lugar de reírnos de él. ¿Utopía?. Pues sí utopía porque, con hombro en el que apoyarte, no habría nadie solo.
La mitad de los hogares españoles son unifamiliares o una pareja sin hijos. Afortunadamente, al menos en las ciudades y últimamente también en los pueblos, hay gente que se gana la vida dando apoyo a quienes no tienen en quien apoyarse. Es pagando, no hay amor, pero al menos esas personas no se sienten solas. Algunos, sin poder pagar ese servicio o incluso pagándolo, ofrecen su casa y hasta incluso la dejan en testamento como agradecimiento a ese apoyo que les prestan en sus últimos días de vida. No pasa nada. Cuando te mueres la casa ya no la necesitas para nada y tus hijos (si los tienes) tampoco puesto que, sin duda, ya tienen la suya y mejor de la que tú puedas darles. El amor es sin duda lo más barato y sin embargo lo que más escasea, pero así es este mundo...
RAFAEL FABREGAT
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