En la Comunidad Valenciana (España) éramos pocos y parió la abuela. Es lo que pasa en tiempos de crisis, que la gente buscamos la solución de nuestros males hasta debajo de las piedras, metiéndonos muchas veces en berengenales mayores de los que hemos sufrido hasta ahora. Ninguna crisis de esta envergadura se ha podido solucionar sin una guerra. Bastante hacemos pues si, en esta ocasión, podemos soslayarla con otros métodos que, sin ser tampoco ortodoxos, vayan dando claridad al horizonte. Los políticos de derechas, ahora se ha visto claramente, han engordado sus cuentas y las de sus amiguetes a base de contratos claramente desfavorables para la comunidad, pero el veneno no puede ser medicina.
La solución adoptada ha sido confiar en nuevos partidos que, como los anteriores y los que vendrán después, tienen esas mismas intenciones. Prometer, instalarse, medrar y aprovecharse del cargo. Tal manera de actuar es tan 'normal' en política que los ciudadanos ya lo tenemos asumido. Con eso nacimos y con eso vamos a abandonar este mundo miserable que nos ha tocado en suerte.
Ya no vamos pues a entrar en valoraciones de si estos hacen esto y los otros hacen aquello. ¡Son todos iguales!. Y que nadie se sienta insultado por tal afirmación. ¿Qué es la política si no una forma de ganarse la vida gracias a la ignorancia de los demás?. Lo que ocurre en este momento es que la gente está más informada y, aunque puedas engañarla igualmente, el mandar ya no es para siempre.
Hace cuatro días mal contados un partido que se llama 'de izquierdas' entró en el poder valenciano como panacea contra la corrupción y el buen hacer político sin embargo, hasta ahora, no hemos visto más que intereses con el catalanismo y muy especialmente en la Universidades donde se forjan las mentes del futuro.
Bien saben ellos cuando, cómo y donde deben construir el establo donde meter su 'Caballo de Troya'. Yo no quiero decir que los valencianos seamos tontos, pero sí afirmo que estamos faltos de información y de conocimientos. ¿En qué se basan los catalanes para pretender que la Comunidad Valenciana pertenezca a Cataluña?. Como buen valenciano, simple y llanamente mandaría a la mierda a todos los que tienen tales pretensiones. Y quienes predican tales imbecilidades no lo hacen porque crean en ellas, sino por dinero y por alcanzar mayores cotas de poder político. Están convencidos de que más pronto o más tarde seremos absorbidos por Cataluña y mejor estar bien posicionados.
Los de allá tienen derecho legítimo a intentarlo, aunque no les corresponda. Una conquista sin armas siempre mejor que a machetazos, pero los de aquí no son más que miserables cucarachas que cuando se apaga la luz de la cocina salen en busca de las migas que caen de la mesa catalana.
Los valencianos... ¿qué les importan a ellos los valencianos?.
Yo solo espero que algún día no muy lejano esos valencianos, que ellos tratan como si fueran tontos, sean capaces de darse cuenta de que, sin pretenderlo, han metido al Caballo de Troya dentro de su muralla y como todos sabemos tal caballo va lleno de traidores ávidos de poder y de dinero.
Para el 9 de Octubre de 2016, día de la Comunidad Valenciana, celebraciones catalanas por doquier y hasta una bandera catalana de 135 m2. ya desplegada en Benicadell. Esos son los que se llaman nacionalistas valencianos y son en realidad acólitos subvencionados del poder catalán. Esa es su forma de actuar. Una auténtica tomadura de pelo. Por los altavoces se dirigen a la ciudadanía con consignas de reafirmación valencianista y después extienden banderas catalanas en las montañas próximas. Ya sabemos que el Partido Popular gastó lo que no tenía y alguno de sus dirigentes se enriqueció con ello, eso está claro, pero al menos con ellos el "Caballo de Troya" nunca hubiera entrado en el castillo.
RAFAEL FABREGAT
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