14 de octubre de 2016

2223- EL ORIGEN DE ESPAÑA.

Aunque tardó mucho en generalizarse, el nombre de nuestro país (España) viene de muy atrás. Tan atrás que se presume dado por los fenicios que llegaron a la Península Ibérica entre el siglo XI y el V a.C. buscando la riqueza metalúrgica de los tartesos aquí asentados en aquellos tiempos. Lo que puede parecernos una palabra sin sentido, tiene una interpretación simple y válida para la época de que se trata. Los fenicios llamaron a esta región I-SPAN-YA (Tierra de metales) porque para ellos no había otra cosa de interés con la que comerciar. La Península Ibérica era rica en minerales (cobre, plata y oro) y como todos sabemos los Tartesos eran buenos mineros y mejores metalúrgicos.

Para los fenicios, más adelantados en el comercio y la navegación, el negocio era redondo. A cambio de productos elaborados, de mínimo valor (cristal, telas, etc.), cargaban sus barcos de mineral multiplicando por mil el valor de lo entregado a los Tartesos y todos contentos. A la llegada de los romanos y ya convertida la península en provincia romana, éstos rescataron la denominación inicial bajo el nombre de 'Hispania', porque para ellos tenía otro significado igualmente válido. Según los escritores latinos Plinio el Viejo, Catón o Cátulo, HISPANIA significaba "Tierra de conejos" y dada la profusión de estos roedores en la totalidad de la Península Ibérica, así decidieron llamarla. 

Una tercera hipótesis es que, ya que los fenicios llegaron bordeando las costas africanas y divisaron la Península Ibérica al norte de su posición, en 1767 el escritor y traductor hebraico Cándido María Trigueros apuntó la idea de que los fenicios la llamaran 'Tierra del norte', que en hebreo y arameo se escribe SPAN. Sea como fuere la teoría mayormente aceptada, sobre el origen del nombre de España, por la situación de los tartesos en el sur peninsular, es la de I-SPAN-YA (Tierra de los metales). Tras esta hipótesis de reciente creación, se encuentran expertos en filología semítica del CSIC que determinaron que su origen se encuentra en la fama que desde antiguo tenían en el Mediterráneo Oriental las minas de la Península Ibérica.

RAFAEL FABREGAT

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