Malas fotos, pero buena historia.
El 19 de Agosto de 1906, en una cabaña de Indians Sprins, Utah (EEUU) alejada de la civilización, nacía Philo Taylor Farnsworth, para muchos todavía hoy un perfecto desconocido.
Cuando cumplió 11 años la familia se mudó a Idaho, quedándose sorprendido el muchacho al ver que las casas estaban unidas unas a otras por medio de cables. Era la electricidad. El ya lo había leído en los libros, pero no lo había visto nunca.
Ya con este adelanto en la casa familiar, el inquieto muchacho empezó a experimentar con viejos motores inservibles encontrados en la basura del extrarradio y con uno de ellos reparó la lavadora de su madre. Con libros prestados desarrolló su afición por la electrónica y todavía adolescente se dedicó a la reparación de aparatos de radio. En las revistas científicas se especulaba sobre la posibilidad de que en el futuro se unieran la voz y las imágenes y poderlas llevar a los hogares en tiempo real. Todo un sueño, claro. En los últimos cincuenta años fueron muchos los que intentaron hacerlo realidad sin conseguirlo. Las ideas científicas del momento eran mecánicas, discos giratorios capaces de transformar la luz de las imágenes en electricidad pero no dieron resultado. Con solo 14 años Farnsworth pensó que había que transmitir las imágenes a la velocidad de la luz, una solución que parece fácil pero que nadie antes pensó.
Solo faltaba ver cómo hacerlo. Mientras conducía la cosechadora de patatas de la granja familiar, Philo dio con la solución... Había que barrer las imágenes sobre un haz de electrones y desviarlos magnéticamente. La tecnología para probar la idea existía, pero naturalmente valía un dinero con el que no contaba. Tuvo posibilidad de entrar en la Universidad, donde habría podido llevar a cabo su experimento, pero la muerte de su padre y la necesidad de buscar trabajo para sacar adelante a su familia se lo impidieron. Su proyecto quedada relegado a un segundo plano y la oportunidad surgió cuando ya tenía 21 años. Su cuñado le presentó a Everson, un promotor que se mostró reticente a facilitar fondos para un proyecto tan novedoso, que compañías como Edison, Bell, etc. no habían siquiera imaginado.
Finalmente Everson puso 6.000 dólares a disposición de Farnswordh y adquiridos los diferentes materiales, éste trabajó durante más de un año en la construcción de un prototipo en el que plasmar sus ideas. El 7 de Septiembre de 1927 fue el día de la prueba. Aquel día Everson y la mujer de Farnswordh se sentaron delante del aparato receptor y en otra habitación el joven pintó un cristal negro, cruzado por una línea blanca. Accionado el mecanismo, Everson y Pem vieron la línea blanca en la pantalla del receptor. Nada demostraba que aquello funcionaba, pero entonces Farnswordh giró el cristal y los espectadores pudieron ver en vivo y en directo que la línea blanca giraba. Se había inventado la televisión, pero ser pobre es un gran obstáculo...
RCA abrió su primera estación de radio (WEAF-Nueva York) y había puesto en marcha la primera red nacional. En 1930 el ruso David Sarnof se había convertido en presidente de la compañía y estaba decidido a que RCA fuera la pionera en crear la primera red de televisión. Reunido con el científico ruso Vladimir Zworykin, que había desarrollado también un sistema electrónico, decidió financiar su desarrollo y en 1936 mostraron a la prensa los resultados. Claro que en el camino se encontraron con Philo Taylor Farnswordh que había patentado el invento en 1930. Sarnoff fue condenado a pagarle 1.000.000 de dólares en concepto de royaltis como cesión de uso.
En 1939 nació la televisión americana, transmitiéndose la Feria Mundial de Nueva York presentada por el propio Sarnoff. En España la primera emisión tuvo lugar a las 18:15 h. del 28 de Octubre de 1956. La producción de televisores era tan grande como la lucha por conseguir que se vieran en color. De la mano de Sarnoff, la RCA consiguió revocar las patentes y sus ingenieros perfeccionaron el sistema de TV en color para 1953. En 1959 Sarnoff era miembro de la Fundación Rockefeller Brothers. Se retiró en 1970, a los 79 años de edad, muriendo al año siguiente. Esa fue la meteórica carrera de un extraordinario empresario estadounidense, nacido en Bielorrusia. En su larga y exitosa vida nunca inventó nada, pero fue el mayor pionero de la radio y televisión mundial.
Los primeros televisores comercializados, con sistema mecánico, eran de 30 líneas a 12 cuadros. Una imagen borrosa, apenas perceptible, que fue desestimada cuando la electrónica comenzó su andadura.
Por cierto, ¿qué fue de Philo T. Farnswordh, el verdadero inventor de la televisión?. La respuesta es triste, muy triste...
Sumido en una crisis nerviosa, en 1949 dejó de trabajar en proyectos televisivos. Al final de su vida era un perfecto desconocido, inmerso en la depresión y el alcoholismo.
Murió en 1971 con más de 300 patentes en su haber, pero aprovechadas por otros.
RAFAEL FABREGAT
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