PARA ESCRIBIR SOLO HAY DOS REGLAS, TENER ALGO QUE DECIR Y QUE TE DEJEN DECIRLO. (Rafael F. Condill)
6 de septiembre de 2016
2186- ¡LAS CUARENTA EN BASTOS!.
En la baraja española, los 'bastos' son leños pero no, no es el popular juego de cartas del "tute o guiñote" de lo que vamos a hablar en el día de hoy, pero si de 'leños'. ¡Y vaya leños!. Se trata de un árbol que tiene hasta cuarenta ramas de distintos frutales y que viven en perfecta armonía, floreciendo y fructificando con una asombrosa normalidad.
¿Cómo se consigue eso?. Pues con mucha paciencia y no pocos fracasos. La cuestión es que en la Universidad de Suyracusa, en Nueva York lo han conseguido. Más de cuarenta frutales de hueso diferentes han sido injertados en un mismo árbol y han sido aceptados por éste, provocando una floración multicolor. No menos espectaculares son sus frutos, no todos coincidentes en el tiempo pero consiguiendo todos llegar a su madurez de forma natural. De todas formas, repito, lo más espectacular puede que sea su floración, por los diferentes tonos de las flores de tan diversos frutales sobre un mismo tronco.
También en la naturaleza se dan extraños fenómenos y si no, observen la foto de la izquierda. De forma natural y sin intervención alguna de la mano del hombre, sobre la copa de una morera ha crecido un cerezo. Extraño, desde luego pero los más extraño es que el cerezo mantiene un vigor espectacular, como si estuviera plantado en el mejor de los jardines, y sin que la morera haya visto mermadas sus facultades. Como puede verse ambas variedades, totalmente diferentes, viven y conviven como si fuera la cosa más natural del mundo. Quizás en determinado momento un pájaro arrojó una semilla en un tocón reseco o putrefacto y ¡ahí están ambos!, viendo pasar el tiempo...
Claro que la belleza del árbol de las cuarenta frutas diferentes... ¡es otra cosa!, al menos desde el punto de vista cromático. Naturalmente en este caso ha intervenido la mano del hombre. ¡Y tanto!. Pero es que conseguir cuarenta frutos distintos de un mismo tronco común... ¡es seguramente digno de la mayor admiración y sin duda todo un récord Guinness.
RAFAEL FABREGAT
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