2209- EL GOBIERNO FRANKENSTEIN.

El Partido Socialista Español (PSOE) atraviesa malos momentos. Por muy legítimo que sea aferrarse a la presidencia, Pedro Sánchez ha perdido el autobús. Ante las circunstancias que se están viviendo en Ferraz, con 17 miembros de la Ejecutiva dimitidos, Verónica Pérez, presidenta del Comité Federal del PSOE y persona de absoluta confianza de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, afirma ser en este momento la máxima autoridad al ser la Comisión de Garatías que ella preside un órgano de arbitraje en caso de problemas internos. Pues bien, siguiendo las órdenes recibidas del presidente, al presentarse Verónica Pérez en la sede de Ferraz, los guardias de seguridad le han prohibido el acceso.

Entre otras muchas cosas, siempre derivadas de la oligárquica forma de actuar de Pedro Sánchez, esta ruptura se ha producido al buscar el presidente del PSOE la alianza con comunistas y separatistas catalanes y vascos, como única forma de impedir el acceso del PP al gobierno de la nación. Como todos sabemos, solo uniéndose todas las fuerzas contrarias al Partido Popular y Ciudadanos, se podría alcanzar la mayoría suficiente para poder desbancarles, teniendo como tienen 169 escaños en total y siendo la mayoría absoluta de 176. A pesar de todos los escollos que tenía en el camino, Pedro Sánchez prefirió aliarse incluso con los enemigos de España, alejándose de la moderación en la que el socialismo español ha estado siempre presente.

El resultado, a la vista está, ha sido la división y la debacle del partido. A excepción de cuatro descerebrados, toda España está rezando por la pronta solución de un problema que concierne a todos, puesto que de la resolución del mismo depende la gobernabilidad. Ahora, ante la debilidad de la nación, es el tiempo de populistas y separatistas, gente irresponsable y mediática que medra gracias a la inconsistencia de los valores actuales. ¡Ay amigos...! Nada es como antes. Nos quejamos, pero cada día son menos los que se mantienen al pie del cañón y luchan con uñas y dientes por mantener las espadas en alto. En momentos problemáticos todos se esconden. Yo no sé si somos más listos o más tontos. No lo sé. Pero veo a demasiada gente pasando de todo y la justicia ayuda más bien poco.

En este momento Pedro Sánchez y los suyos ocupan la sede de Ferraz como si fuera suya, abriendo puertas o cerrándolas según sea quien llame al timbre. Todos sabemos lo que sucede cuando alguien ocupa tu casa, que te la deja destrozada y marcha cuando le da la gana. Claro que esto puede cambiar en cuestión de horas. Suceda lo que suceda, está claro que Pedro Sánchez es cadáver a falta de sepultura. Le creíamos más inteligente, que no sería necesario sacarle a rastras. Con tantos enemigos cerca, ¿para qué seguir?. Está claro que se siente legitimado para ello pero, visto lo visto, no tiene sentido estar un minuto más. Máxime cuando 'el gobierno Frankenstein', que pretendía formar con Podemos y nacionalistas, es imposible.

No hay otra solución que no pase por un gobierno del PP, corto e inestable, que permita mientras tanto la regeneración del Partido Socialista. Un mal menor si tienen en cuenta que el 'enemigo' estará atado de pies y manos a la hora de imponer criterios contrarios a la opinión socialista. Con un poco de suerte Podemos irá perdiendo fuelle y la socialdemocracia podrá reinventarse. Yo no lo escuché, pero parece ser que ayer mismo la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, decía que ella "no había montado todo este batiburrillo para que tuviera que irse a unas terceras elecciones", con lo cual es de esperar que, salvo grave terremoto de todo punto impensable, las aguas se calmarán y habrá gobierno del PP porque a ellos también les interesa más esa opción que la de estar supeditados a la voluntad de sus oponentes políticos. Aunque no faltarán empujones, los 'rebeldes' confían en salvar los muebles... ¡Roguemos al Señor!.

RAFAEL FABREGAT