Ostenta un récord Guiness, pero no se trata de un famoso deportista o cantante, no. Además la noticia no es ni mucho menos nueva, pero me apetecía incluirla en el Blog. En 1945, ya hace por tanto más de 70 años, en la ciudad estadounidense de Fruita (Colorado) nació un tal 'Mike' su más famoso ciudadano, cuya fama le llegó por conseguir sobrevivir 18 meses sin cabeza.
El 10 de Septiembre de aquel año de 1945 el granjero Lloyd Olsen recibió la 'grata' visita de su suegra y para celebrar el evento fue al corral y eligió para la cena uno de sus pollos más bien cebados. Tal como tenía por costumbre preparó el tronco que tenía para tal menester y poniendo el cuello del pollo sobre el mismo le asestó un imponente hachazo.
Era su sistema preferido. El animalito no se enteraba y ya sin cabeza, solo se requería quitarle las plumas y previa eliminación de las vísceras preparar un estupendo asado. Sin embargo aquel día las cosas no salieron según lo esperado. Queriendo preservar la práctica totalidad del cuello, que era la tajada preferida de su suegra y sumado esto a un leve movimiento del animal, hizo que Olsen errara el golpe. El hachazo le seccionó la práctica totalidad de la cabeza, sí, pero se salvó la yugular, un oído y buena parte del cerebro. El pollo salió corriendo, pero Lloyd no hizo caso. Con este tipo de corte tan rápido suele suceder que, por inercia, el animal no caiga redondo y tarde unos minutos en morir, pudiendo incluso correr algunos pasos.
Ya sin cabeza Mike dió unos pasos indecisos pero, lejos de caer, marchó a reunirse con sus congéneres. Sin poder encontrarlo Olsen eligió otro pollo y repitió la operación, esta vez con mayor acierto. A la mañana siguiente de la visita de su estimada suegra, el granjero fue directamente al corral con el fin de localizar al pollo. No fue difícil encontrarlo pues Mike estaba vivo con el resto de sus compañeros aunque, eso sí, algo cabizbajo. Dolorido y quizás avergonzado de su discapacidad, intentaba esconder lo poco que le quedaba de su cabeza debajo del ala. Maravillado de que siguiera vivo, Olsen pensó que aquel animal podía valer más vivo que muerto así que empezó a alimentarlo con harina especial y leche que le daba a beber con una pipeta.
Después de unos días difíciles Mike empezó a ganar peso, pasando del kilo y medio a los casi cuatro kilos. Alguien convenció a Olsen que aquello era toda una atracción y comenzó a exhibirlo en ferias y mercados cobrando 25 centavos por cada entrada. Había nacido una estrella. Olsen no podía creerlo, pues llegó a superar los 4.500 dólares mensuales de recaudación. Ante el éxito de Mike, muchos granjeros intentaron emular su éxito sin conseguirlo y con más asiduidad que nunca las gentes de Colorado tenían pollo para cenar. La vida de Mike se apagó en Marzo de 1947, con dos años de edad y dieciocho meses sin cabeza. Los Olsen venían de una de aquellas giras triunfales y ya en el motel le dieron unos granos de maíz machacado, pues habían olvidado su comida.
Mike se atragantó y murió asfixiado. No sabiendo qué decir, sus dueños alegaron haberlo vendido, pero lo cierto es que había muerto por la desidia de sus cuidadores. Extraño final para un animal que tan pingües beneficios les aportaba. Surgieron por todo el país miles de historias al respecto de su desaparición pero al final el tiempo 'todo lo cura' y Mike fue olvidado por sus propietarios, aunque no por sus vecinos. Post Mortem se certificó que la herida sufrida 18 meses atrás no alcanzó la arteria carótida y un coágulo impidió que muriera desagrado. Aunque la mayor parte de la cabeza había sido cortada, gran parte del tallo cerebral había quedado intacto, manteniendo sus constantes vitales. El tercer domingo de Mayo de cada año se celebra en Fruita una fiesta en su honor.
RAFAEL FABREGAT
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