El Monasterio de San Ginés de la Jara, actualmente abandonado y en ruínas, está ubicado en la ladera del cabezo de San Ginés, en las inmediaciones del Mar Menor y término municipal de Cartagena.
La antigua abadía fue fundada el año 877 por un tal Adelardo, de origen francés y sobrino de Carlomagno, al que aquí siempre llamaron Ginés. Bondadoso ermitaño, el monje favoreció tanto a moros como a cristianos hasta el punto de que los primeros llegaron a considerarlo de origen musulmán, motivo por el cual aquel edificio fue siempre respetado por ellos. A su muerte su hermano Roldán pidió que los restos fueran repatriados a Francia pero la caja llegó vacía y aunque viajó a Murcia y mandó que se abriera la caja en la que estaba enterrado, un papel en sus manos y firmado por el difunto dejaba claro que quería quedarse para siempre en tierras de Cartagena. En el siglo XIII el rey Alfonso X el Sabio mandó construir una ermita que ocuparon monjes Agustinos de Conflent, al tiempo que el rey nombraba a su confesor y amigo fray Pedro Gallego como obispo de la Diócesis.
En el año 1541 el Papa Pablo III proclamó santo a Ginés de la Jara y empezaron tiempos de prosperidad y gran devoción en la celebración del día de aniversario de su muerte que fue el 25 de Agosto. El año 1835, con la llegada de la desamortización de Mendizábal el monasterio pasó a manos privadas que nada hicieron por mantenerlo en pie. Actualmente y a pesar de que el monasterio está prácticamente en ruinas, todavía se celebra esta festividad puesto que San Ginés se convirtió con el tiempo en uno más de los patrones de Cartagena. Todavía a día de hoy se realiza todos los años una romería hasta su monasterio o lo que queda del mismo. Y es que, aunque nadie se hace cargo de su mantenimiento, la iglesia y la fiesta siempre van unidos...
RAFAEL FABREGAT
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