El famoso "Caminito del Rey" ubicado en la provincia de Málaga (España) es actualmente una autopista de seis carriles. Aunque algunos aventureros digan que ha perdido todo su encanto e interés, lo cierto es que su remodelación ha permitido el acceso a muchos miles de visitantes que, sin esa restauración e instalación de elementos de seguridad, habría estado "prohibido" para la mayoría de los mortales. Bien está lo que bien acaba, pues son varias las personas que habían perdido la vida por las difíciles condiciones en las que se encontraba este sendero.
El recorrido no tiene es este momento peligro alguno, puesto que su anchura permite cruzarse dos o más personas, pero sigue siendo más que suficiente para que muchos disfruten de ese subidón de adrenalina que supone el casi volar entre riscos más propios de buitres. El aumento de la frecuencia cardíaca está asegurado y bien está que cada día sean más los que puedan "disfrutar" esa sensación producida por un sendero tan español y de nombre tan real. Actualmente el "Caminito del Rey" no es peligroso, pero siguen siendo muchos los que, por simple cuestión de vértigo, son incapaces de recorrerlo en sus tres impresionantes kilómetros de longitud.
Más peligro tiene sin duda el llamado "Camino de Tablas" del Monte Hua, instalado en una de las cinco Montañas Sagradas del taoísmo chino. Por cierto, no busquen la barandilla porque no existe. ¡Eso si que es "caminar sobre las nubes"!. No voy a negar que hacer ese recorrido es de valientes pero, desde mi punto de vista, arriesgar la vida para nada es más bien una temeridad, por no decir tontería. Buen lugar sin duda para que las parejas instalen en sus cadenas de seguridad los típicos candados que otros enamorados enganchan en los puentes parisinos, más seguros para su integridad física. Dicha montaña es lugar de peregrinaje puesto que en su recorrido hay varios templos y santuarios taoístas.
Si les gusta eso que algunos llaman aventura, ¡ya lo saben!. Como pueden ver en la foto adjunta, todo no es tan vertical y hay algunos tramos que son aptos para ¿todo? el mundo.
Yo, ¿qué quieren que les diga?. Imagino que aquellos monjes que abrieron el primer camino para instalar en estas montañas sus lugares de culto, lo harían tan a conciencia para no ser jamás molestados, lo que pasa es que la gente somos ¡muy pesados y entrometidos!, cosa que me parece muy fea. Por cierto... ¿Irán también parejas a casarse allí?. ¿Y el carnicero o el del butano?. Yo, la verdad, no pienso molestarles con mi presencia...
RAFAEL FABREGAT
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