San Pedro de Roda es un monasterio benedictino ubicado en la provincia de Gerona (España). El conjunto monacal fue construido en la falda de la montaña Verdera a 500 metros por debajo del castillo del mismo nombre, que le sirvió de protección. Lugar con un bello panorama de la Bahía de Llansá. No hay documentos de la fecha de construcción, pero sí los hay de una posible restauración del año 878 indicando que desde muchos años atrás ya había allí un convento consagrado a San Pedro.
La leyenda dice que el año 610 un grupo de monjes, procedentes de Roma y llegados por mar, habían escapado de los bárbaros con una pequeña caja en la que había huesos de San Pedro Apóstol y de otros santos, que se habían venerado hasta entonces en la cripta de la Antigua Iglesia de San Pedro en Roma. Del mismo modo se dice que fue el propio papa Bonifacio IV quien mandó construir aquella primera iglesia y que aquellos huesos llegados a costas catalanas jamás volvieron a Roma. La cajita en cuestión, decorada con láminas de hueso, contenía los citados huesos y un ara portátil (hoy en el Museo de Arte de Gerona). Su importancia creciente llega a convertir este enclave en centro de peregrinación y es a partir del año 945 cuando San Pedro de Roda amplía el recinto y se convierte en monasterio independiente regido por un abad.
Este monasterio llega a su máximo esplendor durante los siglos XI y XII, aunque siguen celebrándose jubileos hasta el siglo XVII cuando ya cae en decadencia. El motivo son los diferentes saqueos que finalmente obligan incluso al traslado de la comunidad benedictina en 1793. En 1930 es declarado Monumento Nacional y en 1935 se llevan a cabo las primeras restauraciones que quedan en suspenso por la Guerra Civil. Es en 1990 y 1991 cuando, ya totalmente en ruinas, se reemprenden excavaciones que ponen al descubierto la necrópolis del siglo X y los restos del claustro del siglo XI. El claustro es la parte central del conjunto y adjunta al mismo la iglesia consagrada en 1022, todo en estilo románico.
Sin embargo el verdadero interés en la reconstrucción de este histórico monumento llegó con el hallazgo del citado 'maletín' (ya sin tapa y envuelto en unas telas) que accidentalmente fue encontrado, durante estas excavaciones, en el muro de la cripta subterránea, bajo el altar mayor de la iglesia del monasterio de San Pedro de Roda. Habían pasado muchos siglos desde su ocultación, tapiada la caja en el muro de la cripta. Posteriormente se encontraron piezas cerámicas antiguas, pinturas, monedas de oro y plata, e incluso un claustro inferior del que no se conocía su existencia. En la foto de la derecha vemos en detalle el campanario de la Iglesia del monasterio. No haría falta señalar que este conjunto arquitectónico, ahora recuperado, bien merece una visita. Claro que, como se ha dicho anteriormente, para ver los elementos básicos que han propiciado esta restauración, habrá de irse al Museo de Arte de Gerona. En el mundo actual pocas joyas están en su lugar de origen.
RAFAEL FABREGAT
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