Su formación fue muy rica y variada pues ya en Roma había destacado en gramática y retórica, además de filosofía. El año 31 Séneca volvió a Roma donde fue nombrado magistrado romano, dando comienzo a su carrera política. El año 37, a la muerte de Tiberio y ascenso al trono de Calígula, nuestro Séneca ya era el orador principal del Senado y contaba con no pocas envidias del mismo emperador que llegó a ordenar su ejecución. Según el historiador Dión Casio fue una mujer próxima a Calígula la que consiguió que el emperador revocara la sentencia al segurarle que Séneca padecía tuberculosis y que pronto moriría por sí mismo. Viendo el peligro que le acechaba, Séneca se retiró de la vida pública. Sin embargo el año 41, al morir Calígula y ser entronizado el emperador Claudio, éste consideró peligrosa para sus intereses la sabiduría de Séneca.
Siendo todavía figura política relevante, decidió atajar la posibilidad de un indeseado retorno y ordenó nuevamente su ejecución pero, sin causas que la justificaran, la conmutó por un destierro perpetuo a Córcega. Oficialmente se hizo constar adulterio con Julia Livilla, hermana de Calígula, pero al parecer influyó en esta decisión la esposa de Claudio (Valeria Mesalina) que le hizo ver a su esposo el peligro que representaba mantener cerca del estamento político a tan insigne personaje. Como buen orador y diplomático buscó el perdón que no llegaría hasta 8 años después cuando, a la muerte de Mesalina, la nueva esposa de Claudio (Agripina la Menor) consiguió del emperador que fuera llamado a Roma y que fuera nombrado prétor de la ciudad. El año 51 Séneca fue nombrado tutor de Lucio Domicio (futuro Nerón) hijo de un matrimonio anterior de Agripina.
El emperador Claudio murió el año 54, envenenado al parecer por su propia esposa. El joven Nerón ascendió al trono de Roma con apenas 17 años, motivo por el cual Séneca fue nombrado consejero y ministro, junto al oficial militar Sexto Afranio. Ambos gobernaron de facto el Imperio Romano durante los ocho años siguiente. El año 59 Agripina, la gran valedora de Séneca, fue asesinada por su propio hijo. Séneca mandó un escrito al Senado intentando justificar el asesinato y atribuyéndolo a una posible conspiración de la madre lo cual le hizo perder el prestigio ganado a lo largo de su vida. La campaña de desprestigio le privó del favor del emperador y los trepas rodearon al monarca intentando desembarazarse del viejo tutor. Ante la peligrosidad de la vida pública romana, el año 62 Séneca pidió a Nerón apartarse, a la vez que puso a disposición de éste toda su fortuna.
RAFAEL FABREGAT
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