8 de noviembre de 2016

2246- ¿CLINTON O TRUMP...?

Hilary Clinton, Trump... ¿Qué más da? ¡Tanto monta, monta tanto!. ¿Acaso creen ustedes que hay tanta diferencia?. Lobo disfrazado de oveja y cerdito en corral de diamantes y zafiros. Mande quien mande, ninguno hará lo que dice. Ni el cerdito podrá comportarse como tal, ni el lobo podrá morder con la intensidad pretendida. Estados Unidos es una Democracia muy bien representada. Los presidentes mandan, claro que sí, pero menos de lo que quisieran. Y si no que se lo pregunten a Obama.

Caso de ganar, el lobo disfrazado de oveja tendrá que luchar a brazo partido con amigos y enemigos antes de aprobar una sola ley y lo mismo sucederá si las gana 'el cerdito diamantífero'. Además, mucho me temo que el superlativo Trump puede convertirse en 'osito de peluche' en según qué circunstancias. En este mundo nada es lo que parece. El que nos parece bueno es mucho peor de lo que pensamos y viceversa. 
Está claro que uno no se convierte en magnate de la noche a la mañana y no se mantiene dentro de ese estatus siendo cordero en el redil, pero me da la impresión que Trump es un 'niño malcriado' que, en determinadas circunstancias puede ser mejor de lo que aparenta y muy especialmente si está atado corto. 
Veremos qué pasa... 
La Hillary Clinton tampoco es la muñeca Barby que quiere aparentar. Sin duda serán muchos los platos que ya tiene rotos... El diablo sabe más por viejo que por diablo.

¿Yo que quieren que les diga?. A mi los dos me parecen peligrosos. Sin duda la Hilary guarda tres ases en la manga, pero Trump... ¿Qué no se guarda Trump?. Creo que 'la cosa' ya está bastante jodida para que venga un loco forrado de dinero y la joda un poquito más. En fin, no sé... Que sea lo que Dios (o los americanos) quieran. No se puede torear el todo antes de soltarlo. Solo hay que esperar hasta mañana. Está claro que el personaje es polémico de narices, pero esto no quiere decir absolutamente nada. 435 congresistas y especialmente 100 senadores están en el Congreso de los Estados Unidos para discutir y hasta incluso para rechazar propuestas presentadas por el propio Presidente. En este mundo nadie, ni siquiera el Papa, hace lo que quiere. Naturalmente influyen y mucho, pero hace falta más de un dedo para 'apretar el botón'...

RAFAEL FABREGAT

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