4 de noviembre de 2016

2241- HISTORIAS DE MADRID.

En 1611 Jesuítas venidos de Flandes instalaron un colegio para ingleses en Madrid y lo hicieron concretamente en un tramo de calle que llegaba de la Gran Vía hasta Santo Domingo. 
Los madrileños, que siempre le sacaban punta a todo, por tratarse de monjes procedentes de la zona alemana de Sajonia les llamaron 'los tudescos'
Estos monjes y algún que otro alemán llegaron a Madrid acompañando a la esposa de Carlos II, aunque ya antes fueron muchos alemanes los que llegaron a España de la mano de los Austrias. 
A raíz de todo esto, pronto se dió el nombre de Tudescos a esta calle, conglomerado de vida nocturna en el Madrid noctámbulo y peligroso del siglo XVII.

La calle de Tudescos pertenece pues a ese grupo de calles que lindan con la Gran Vía madrileña y que en aquellos tiempos eran conglomerado de tabernas y lugar de cita y oficio para las más famosas prostitutas de la ciudad. Al amparo y cobijo de sus famosas tabernas y prostíbulos fueron no pocos los personajes ilustres que deambularon por aquellas calles faltas de luz y vigilancia policial. Una de las más famosas tabernas de la calle Tudescos fue la Taberna de Traganiños, en cuya trastienda había una 'escuela de carteristas' donde se impartían enseñanzas teóricas y prácticas con un maniquí; el Café de la Luna y el Mesón de la Tinaja eran también establecimientos relevantes con buen vino y mejores mujeres.

Por allí deambulaban las gentes de Luís Candelas y el famoso bandido Luís Álvares de Cobos, llegado desde las Indias de Perú buscando contactos con la élite madrileña. 
Por la proximidad de los teatros, también se daban cita, famosos bohemios y dramaturgos como Cervantes, en aquellos tiempos inmerso en el mundo del teatro con obras como 'El trato del Ángel' y 'El cerco de Numancia'. 
Buena parte de la clientela del Mesón de la Tinaja pertenecía pues a esta clase de personajes. El más famoso escritor de todos los tiempos y 'padre' de Don Quijote de la Mancha, era uno de los clientes asiduos del Mesón de la Tinaja. No le faltaban motivos de peso... 

El citado mesón estaba regentado por su amante Ana de Villafranca y Rojas, una de las bellezas más relevantes del Madrid de Carlos II el Hechizado y madre de su única hija, Isabel de Saavedra. 
Por aquel entonces Ana estaba casada con el asturiano Alonso Rodríguez, que regentaba el citado Mesón de la Tinaja
Era Febrero de 1584 cuando Cervantes, apenas un año casado con Catalina de Salazar, conoció a la guapa mesonera en una de sus citas con el mundillo de la farándula y por circunstancias de la vida y, a pesar de que él contaba ya 37 años y ella tan solo 20, nació entre ellos una encendida pasión que desembocó en el nacimiento de la citada Isabel, única hija natural del escritor, reconocida con su apellido a la edad de 14 años. Un año después de la muerte de su madre, en 1598, Isabel fue adoptada por la familia Cervantes a través de su hermana Magdalena, monja de la Orden Tercera de San Francisco, en Madrid, que la contrató por un periodo inicial de dos años y 20 ducados de plata. 

Es entonces cuando, bajo la protección de su 'tía', Cervantes la reconoce y le da su apellido. 
Catalina de Salazar, esposa legítima de Miguel de Cervantes era liberal y fiel amante de su esposo, por lo que no dió demasiada importancia al reconocimiento de aquella criatura que no era culpable de los devaneos de sus progenitores. 
Cuando murió Cervantes en 1616, Catalina se hizo monja de la Venerable Orden Tercera de los Trinitarios y a su muerte en 1626, fue enterrada a petición propia con su esposo en el Convento de las Trinitarias Desclazas.

RAFAEL FABREGAT

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