5 de noviembre de 2016

2242- ESPAÑA YA TIENE GOBIERNO.


Curiosamente no he notado nada. Me he levantado a la misma hora de todos los días, he llevado a mis nietos al colegio y estoy pasando la mañana haciendo lo que más me gusta: escribir. Me he enterado ¿cómo no? de que en España tenemos nuevo Gobierno pero las únicas novedades son que el IBEX-35 ha bajado más del 4% en una sola semana y el paro aumentó en mes pasado en 44.685 personas. 



La noticias sobre la subida de mi pensión para el próximo año tampoco son halagüeñas ya que si los Socialistas las congelaron dos años, los Populares las han enfriado a perpetuidad al no subirlas más que un 0,25% anual mientras que el IPC sobrepasa el 1,25% y subiendo. Mi única alegría con respecto a que haya nuevo gobierno del PP es que se pueda mantener la unidad de una España demasiado dividida. Todo lo demás agua de borrajas. Aquí, como en Birmania, cada cual va a lo suyo. Predicando con la izquierda y amasando con la derecha. ¡Tonto el último!. Caras nuevas con antiguas políticas. Seis nuevos ministros y cambio de tercio para algunos de los que ya estaban en la pasada legislatura. Al final, lo dicho, más de lo mismo. Látigo en mano, el presidente Rajoy mantiene la disciplina entre sus colaboradores, como debe ser, pero ¿quien controla al presidente?. 


Porque las políticas internas del 'y tú más' no son las que al pueblo le interesan. La gente necesita y pide mejoras que no sabemos hasta que punto pueden ser conseguidas y otorgadas. Los políticos dicen muchas veces que es mejor que el pueblo llano no se entere de ciertas cosas pero soy de la opinión que, si conociéramos más, no hablaríamos tanto. En esta ocasión el pueblo tiene en la oposición al aliado perfecto, pues el Gobierno está en minoría. Rajoy, que nadie lo dude, intentará hacer valer sus ideas e intereses, pero en esta (corta) legislatura la oposición estará siempre vigilante. Que tenga bien presente que nadie tendrá piedad alguna y se aprovecharán los más pequeños resquicios para hundirle en el fango a las primeras de cambio. ¿Solución?. Pues la verdad es que no creo que haya ninguna, pero la moderación puede ser el freno de sus opositores. 


El sentir mayoritario, es que se le presione al máximo posible en lo que sea de derecho e interés general, así como en lo referente a la unidad de España y no en chorradas que busquen justificar intereses partidistas inaceptables.
El gobierno de España se prevé complejo. Como era previsible, para la creación del nuevo gabinete no se ha contado con la oposición que ha favorecido la gobernabilidad. La lista la hizo Rajoy y no la comunicó, ni siquiera a los suyos, hasta apenas unas horas antes del nombramiento oficial. En eso y en mucho más Rajoy no cambiará un ápice. Él va a lo suyo y solo cogerá la muleta cuando haya cambio de tercio. Lo que parece olvidar es que los presidentes de la corrida, los que sacarán el pañuelo para que se lleva a cabo un posible cambio de tercio, serán otros y mucho más pronto de lo que él pueda pensar. 


España entera está pendiente de lo que pueda suceder en la primera votación que se realice, quizás los presupuestos del próximo ejercicio, porque el país necesitaba un gobierno, naturalmente que sí, pero no un gobierno tan débil como el actual. A poco que suba la marea, el barco puede zozobrar e incluso hundirse sin remisión. Para bien o para mal, habremos de asistir a unas docilidades nunca vistas en Rajoy o al hundimiento del barco que está capitaneando a barlovento. Los oficiales son suyos pero los marineros, los que en verdad han de llevar a cabo las maniobras de gobernabilidad del buque, son otros y de muy distinto criterio. No, no le envidiamos. Navegar contra viento y marea no es justamente lo más apetecible. Y, en este caso, hasta para arriar las velas tendrá que ir contra el criterio los demás. No parece que vaya eso con su carácter pero, lo veremos muy pronto.

RAFAEL FABREGAT

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