Esto de las ferias es grato porque, por difícil que parezca habida cuenta los miles de visitantes, siempre te encuentras con caras conocidas, gente que apenas ves cuatro veces al año y muchas veces ni eso. En esos encuentros fortuitos, tras los saludos de rigor, muchas veces se entablan conversaciones amenas que te hacen rejuvenecer.
Ayer, tras una comida y larga sobremesa con los amigos, dimos una breve vuelta por el recinto comprando algunas cosas. Hay de todo en todas partes y todos los días del año, pero hay que colaborar un poco con los feriantes para que sigan viniendo y haciendo la feria más grande cada año. Sin ellos no habría feria... Sin embargo la visita de ayer fue corta puesto que hace unos días que tenía dolor en la espalda y no caminaba demasiado bien. Hoy la mujer tenía ganas de volver y allá que nos hemos ido. Esta vez no hemos comprado nada, pero de la visita se ha confirmado una comida para el próximo sábado de 25 comensales y porque no hemos querido más, pues nos han propuesto otra. En fin, que la gente tiene ganas de fiesta lo cual está muy bien. Buena señal.
Una de esas personas que te encuentras inevitablemente durante el recorrido me dice:
- Tu y yo Rafael tuvimos una conexión muy buena de niños.
- ¿Ah sí? -le digo por decir algo.
- ¡Hombre, pues claro! -me dice- ¿No me dirás que no te acuerdas?.
- Hombre pues sí, pero no sé a qué te refieres -respondo.
- Ahora te diré una sola palabra y con ella sabrás enseguida de qué te hablo.
- Bien, pues tu dirás. ¿Que palabra es esa? -le digo.
- ¡¡¡ Sansón !!! -exclama él entusiasmado.
Yo me quedo a cuadros sin entender nada, sin saber qué responder y él lo nota en mi cara.
- ¿No me dirás que no sabes de qué te hablo?. ¡Sansón! -repite.
- Pues chico - le digo- (el 'chico' tiene 72 años) no sé a que te refieres. A mi la palabra Sansón no me dice nada.
- Pues si que tienes poca memoria oye... -responde- ¿Tu no te acuerdas que cuando éramos jóvenes hicimos un curso de culturismo por correspondencia?. Estábamos en el bar y tú me convenciste para que también yo me inscribiera.
- Pues hombre -respondo- Ahora que lo dices recuerdo que efectivamente me apunté a ese curso pero yo lo dejé de inmediato tras recibir la primera lección. No me acuerdo de que tú también estuvieras implicado en aquello. Era una estafa y yo, un mocoso de 14 años, caí como un pajarito. ¿Cómo tenía que llegar a buen puerto, hacer un curso de culturismo por correspondencia?.
Yo es que era muy inquieto y de joven probé cientos de cosas y efectivamente esa fue una de ellas. Bueno todo esto ha venido a cuento de los personajes que puedes encontrarte en esta feria. Personajes que puedes no volver a ver en todo el año o jamás en la vida...
RAFAEL FABREGAT
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