5 de febrero de 2014

1252- LA CUEVA DE LOS GIGANTES.

Todo empezó a finales del siglo XIX en el estado de Nevada (EEUU)... Desde muy atrás, las leyendas de los indios Payute hablaban de unos gigantes pelirrojos exterminados por los guerreros de su tribu. Nada se sabe de donde procedían ni cuanto tiempo haría que habitaban aquella cueva que había en su territorio. Quizás más tiempo que ellos mismos... De hecho, hasta los mismos aztecas hablaron de una tribu de gigantes que se encontraron hacia el norte, en sus viajes de exploración... Las leyendas de los Payute cuentan que mucho tiempo atrás aquellos gigantes fueron diezmados por sus guerreros y los supervivientes acorralados en la cueva, a cuya entrada se encendieron grandes fuegos para acabar con ellos. 

Tiempo después la cueva quedó prácticamente cerrada por los desprendimientos de un terremoto que sufrió la región y solo los murciélagos penetraban por una estrecha abertura. La actualmente denominada "Cueva Lovelock" fue descubierta a finales del siglo XIX por gentes de la zona, cuando buscaban guano de murciélago para sus campos. No necesitaron trabajar mucho para despejar una parte de la entrada y ver con asombro que, lo que pensaban sería una pequeña cavidad, era una gran cueva de 12x43 metros y con 6 pies (1,83 m.) de grosor de guano acumulado durante siglos. Tanto era el material almacenado y el valor que dicho guano podía tener para la fabricación de pólvora, que se creó una empresa en las proximidades al solo fin de extraer y procesar el contenido de la cavidad. 

Lo que no estaba previsto es que, además del guano, salieran esqueletos y herramientas en cantidad considerable. Ante el temor de que la explotación fuera paralizada, los mineros nada dijeron de aquellos hallazgos. Al finalizar los trabajos de extracción, cuando habían pasado casi 12 años desde el comienzo de los trabajos y ya dentro del siglo XX, los arqueólogos fueron informados de lo allí encontrado. Los huesos de unas sesenta personas, armas, herramientas (más de mil piezas) y las momias casi intactas de dos gigantes de pelo rojo. Un varón de 8 pies de altura (2,44 m.) y una hembra de 6,5 pies (1,98 m.). Estas medidas son actualmente muy grandes, casi imposibles de encontrar en el siglo XXI, pero para los Payutes de tres mil años atrás (1000-500 a.C.), sin duda serían auténticos gigantes.  

Dos arqueólogos, uno de California y otro de Nueva York, se personaron en la cueva el año 1911. Por extraño que parezca no tenían interés alguno en los restos humanos y de hecho incluso intentaron enterrar de nuevo uno de los esqueletos encontrados. Solo los estratos quemados a la entrada de la cueva y los restos de cerámica les interesaban, motivo por el cual la mayor parte de aquellos huesos humanos quedaron por allí esparcidos hasta su total desaparición. En cuanto al resultado de sus ridículas investigaciones, nada menos que 17 años tardaron en hacerlas públicas, cuando ya nada podía hacerse por esclarecerlas en profundidad. Entre los muchos artefactos encontrados destaca una piedra redonda que, por las muescas que presenta, parece ser un calendario solar. 

Buena parte de estos restos (la citada piedra-calendario, mocasines y sandalias de tamaño considerable, flechas, herramientas, cerámica y el cráneo de uno de esos gigantes) pueden contemplarse en el museo de Winnemucca (Nevada) no así las momias de los gigantes pelirrojos que, como se ha dicho antes, no interesaron a los investigadores y fueron rotas y diseminadas entre los demás huesos de la cueva. 
Está claro que los citados arqueólogos aprobarían sus estudios por la amistad de sus padres con el tribunal examinador y no por sus aptitudes para la investigación. 
En fin... 
Mientras buscaba una vieja mina abandonada, para el rodaje de un documental sobre la antigua actividad minera de las regiones de Utha y Nevada, el investigador Stan Nielsen exploró esta cueva y quedó sorprendido por la historia de los gigantes pelirrojos. 



Interesado por cuanto le contaron al respecto Stan Nielsen visitó el museo de Winnemucca (Nevada) quedando asombrado por las medidas de los diferentes artefactos que allí se muestran.

Todo era espectacularmente grande. 
Entre otras cosas una sandalia de 38 cm. o mazas y otras herramientas gigantes.



El cráneo allí expuesto mide exactamente 31 cm. de largo, casi doblando las medidas habituales de cualquier ser humano actual, pero los investigadores siguen sin creer la historia de los gigantes y sin interés por tanto sobre los hallazgos de la Cueva Lovelock. ¿Por qué?. 

Múltiples objetos de cestería y señuelos para la caza de patos llenan las estanterías del museo, que tiene interés para cualquier visitante, a excepción de quienes se supone que mayor interés deberían manifestar.



En un viaje posterior Nielsen traía un molde dental que le había prestado un amigo suyo dentista y, con el permiso del encargado del museo, lo comparó con la mandíbula del cráneo allí expuesto. 
El molde dental que llevaba Nielsen (persona adulta actual) era, más o menos, la mitad del que allí se exponía. 
¿No tiene eso ningún interés para la ciencia?. Pues no, no lo tiene. Parece ser que eso deja poco dinero...

RAFAEL FABREGAT



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