Son muchos, cada día más, los que quieren vivir sin dar un palo al agua, multiplicando por 17 los cargos y por consiguiente los gastos de hacer 17 veces el mismo trabajo.
De todas formas, este no es el motivo de esta entrada.
Cuando todas las comunidades autónomas de España tienen el nombre histórico que las ha reconocido desde siempre, parece ser que para la nuestra no había nombre más apropiado que llamarnos "comunidad", comuna de apestosos que carecen de reconocimiento histórico alguno. Todo es política amigos lectores.
Una región que fue conquistada a los moros por Jaime I de Aragón y que, aunque dentro de la corona de Aragón, fue elevada al rango de Reino independiente de Valencia y sede del mismo rey, ¿no lo merece?.
Si esto es así, ¿por qué no se la pudo llamar Reino de Valencia o, al menos, Región Valenciana como se hizo con Murcia?.
El Estado Español está formado por la unión de diferentes reinos y no veo razón alguna para que, si las diferentes autonomías han sido llamadas por su nombre, no pudiera haberse hecho lo mismo con Valencia.
A la hora de darle nomenclatura poco faltaría sin duda para ser llamado "País Valencià ó, quizás mejor, Català". Sin duda habrían sumado muchos adeptos.
Ya sabemos que los catalanes no solo piensan independizarse de España, sino que incluso pretender anexionarse Baleares y la Región Valenciana, con el beneplácito de cuatro truhanes que están bien "engrasados" por el sistema independentista catalán. Pues me parece que no lo verán mis ojos, ni tampoco los de aquellos que así pretenden que sea. Valdría más que se dedicaran a trabajar en cosas más necesarias y provechosas para la comunidad, que no para ellos mismos. ¡Pedazo de gandules...! Como se ha dicho antes el Reino de Valencia fue creado a partir de la conquista de la Taifa de Valencia por Jaime I de Aragón, el año 1238 y hasta 1707, fecha esta última en la que Felipe V, vencedor de la Guerra de Sucesión, promulgó los Decretos de Nueva Planta anulando los Fueros, leyes e instituciones propias de la corona de Aragón y por extensión los del Reino de Valencia, los de Baleares y Cataluña.
Jaime I de Aragón, el Conquistador. |
Viéndolas venir Ibn Hud al-Dawla, emir de Murcia, aceptó en 1243 la protección de Fernando III de Castilla y León a fin de pararle los pies al ambicioso Jaime I, que ya había conquistado Villena, y a los de la Orden de Santiago que habían hecho lo propio con Chinchilla y Yeste. En 1266 la rebelión musulmana contra Castilla pilló a Fernando III atendiendo otra en Andalucía, motivo por el cual Violante de Aragón, esposa de Alfonso X, pidió ayuda a su padre Jaime I que acudió a sofocar la revuelta, dejando un buen número de aragoneses en el Reino de Murcia como garantía de paz. De todas formas, de acuerdo con el Tratado de Almizra, se establecieron los límites y la titularidad de Murcia seguió siendo para Castilla.
Felipe V cabeza abajo. Museo de Arte de Xátiva. |
La Batalla de Almansa marcó un antes y un después en la historia de estas tierras. Durante el conflicto de la Sucesión Española, el 25 de Abril de 1707 las tropas de Felipe de Francia y Carlos de Austria querían hacerse con el trono de España, ante la muerte de Carlos II de España sin descendencia. Con el triunfo de Felipe en esta batalla, el camino hacia Valencia quedó expedito hasta llegar a la ciudad de Xátiva que, favorables a los austracistas, se metieron en su castillo poniendo en serios apuros a las tropas del francés. Tras serias dificultades una de las murallas fue derribada y las tropas de Felipe V entraron en la ciudad causando una masacre sin precedentes. Los supervivientes fueron desterrados y la ciudad incendiada, ardiendo durante siete días. Para mayor burla, obligatoriamente, la nueva ciudad se llamaría San Felipe, el nombre del rey. No fue hasta 1812 cuando la ciudad pudo recuperar su nombre original. Como venganza el retrato de este rey fue colgado al revés, lo que se mantiene a día de hoy. Especialmente totalitario, uno de los primeros Decretos del nuevo rey fue la abolición de los Fueros de Valencia, Baleares y Cataluña, dependientes de la Corona de Aragón, con todas sus leyes e instituciones. Con esta nueva normativa desaparecía el Reino de Valencia y todos los demás.
RAFAEL FABREGAT
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