Contrariamente a lo que se ha pensado siempre, a pesar de que los musulmanes conquistaron prácticamente toda la Península Ibérica, habitándola durante casi 800 años, los españoles tienen muy poco legado genético de aquellas gentes. Ni siquiera la actual Andalucía (Al-Andalus), donde quedó una gigantesca herencia cultural, tiene aumento porcentual de su presencia. Andalucía fue el último reducto de los musulmanes, pero tampoco en esa región española quedó apenas herencia genética, lo que indica su escasa predisposición a la mezcla de razas. Tal como hacen actualmente los migrantes de Marruecos o de la cornisa africana, fieles a su religión, estas gentes se unen entre ellos y son muy pocos los que se casan con españolas, mezclando así sangre y religión.
Su herencia en nuestras tierras fueron miles de arabismos, castillos por doquier y monumentos tan emblemáticos como la Alhambra de Granada o la Mezquita de Córdoba. También su gusto por las aceitunas y el aceite de oliva, así como el escabeche al estilo del califato de Córdoba y otros muchos guisos. Son miles los monumentos y ruinas de todo tipo dejados en España por aquellas gentes, pero mínima su presencia genética. Así lo atestiguan investigadores de la Universidad de Granada tras un completo estudio llevado a cabo nos solo en España, sino también en otros países como Portugal o Italia que también ocuparon estos pueblos norteafricanos durante largo tiempo. Lo que resulta más curioso aún es que la presencia genética de aquellas gentes está dispersada en igual proporción, o con diferencias mínimas, en Andalucía o en regiones del norte como Cataluña o Cantabria.
Los investigadores tomaron muestras del cromosoma Y en varones de las diferentes zonas, resultando que los varones andaluces tienen una escasísima proporción del ADN del norte de África y en similar proporción al que tiene un catalán o un madrileño. Solamente la población vasca, quizás más aislada, tiene un porcentaje de herencia árabe ligeramente inferior. Aunque el legado patrimonial es muy superior en Andalucía que en otras partes de España, está comprobado que los gallegos tienen más genes árabes que los andaluces. Lo dice un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Oxford y de Santiago de Compostela, que analizaron muestras de 1.413 varones procedentes del Banco de ADN de la Universidad Carlos III de Salamanca. Se considera que esta diseminación genética fue motivada por movimientos de migración histórica en franjas verticales y no en horizontales, provocadas sin dura por la propia Reconquista.
Por este motivo y a modo de ejemplo los gaditanos tienen más similitud genética con los leoneses que con los que viven en la provincia de Almería. De esta manera y tal como se muestra en la foto adjunta, el clúster de genes islámicos, como herencia de los casi ocho siglos de presencia musulmana en España, se distribuyen en seis grandes agrupaciones que son:
- La gallega,
- La occidental,
- La central,
- La valenciano-aragonesa,
- La catalano-balear y
- La vasco-navarra.
Los análisis también revelaron aportaciones vascas a las zonas colindantes, e incluso a otras regiones españolas, lo que demuestra que su aislamiento nunca fue tan categórico como se suele pensar. Otra curiosa conclusión es que la herencia genética musulmana no guarda relación con la proximidad geográfica al Magreb, ya que el porcentaje más alto de genes islámicos (11%) se da en Galicia.
RAFAEL FABREGAT
No hay comentarios:
Publicar un comentario