6 de junio de 2019

2786- EL PAPA CLEMENTE DE ROMA.

Según la lista compilada por Ireneo de Lyón (130-202) Clemente I, originalmente llamado Clemente de Roma, fue el tercero de los "obispos de Roma" tras los apóstoles San Pedro y San Pablo. 
Su elección se llevó a cabo el año 88, tras el pontificado de Lino y Anacleto, muriendo en el año 97, para la época nueve años eran un largo papado. Más todavía según otros historiadores, que sitúan el final de su vida y pontificado en el año 101. 
Clemente llegó a disfrutar del trato con San Pedro y recibidos los elogios de San Pablo por su colaboración a los filipenses de Macedonia. 
La Iglesia Católica lo venera como santo y mártir. A día de hoy, en Roma existe una antiquísima basílica denominada "...de San Clemente de Letrán", levantada sobre su tumba. 
El obispo y escritor bizantino Epifanio de Salamina escribió que San Pedro renunció al pontificado en favor de Lino y Anacleto, pero a la muerte de éstos recuperó el cargo. También escribió que el papa Clemente I llegó a conocer personalmente a Pedro y a Pablo.

San Clemente es el único papa cuyos restos descansan fuera del continente europeo, ya que el papa Pío XI las hizo llegar a la ciudad de Linares, en Chile. 
Sus reliquias, guardadas hasta 1934 por la Confraternidad de los Ángeles Custodios, en la Sacristía de la Capilla Paulina del Vaticano, fueron solicitadas por el rector del Seminario Pontificio de Santiago de Chile al papa Pío XI ,a cambio de levantar la catedral diocesana de San Ambrosio. Las sagradas reliquias llegaron a Valparaíso en 1936 quedando bajo la custodia de las Hermanas de la Providencia. A la llegada los restos del papa fueron recompuestos, recuperándose el esqueleto completo que se revistió con los ornamentos que tiene a día de hoy. 
El 1 de enero de 1937 los restos de San Clemente  siguieron viaje en un tren especial hasta la iglesia-catedral de San Ambrosio en Linares con grandes demostraciones de fe a su llegada, siendo todavía pieza fundamental de esta catedral..

Epístola de San Clemente de Roma a los Corintios. (Siglo I)
El único escrito que se conserva de Clemente de Roma (original muy deteriorado) es la Epístola a los Corintios. Fuera del Nuevo Testamento, es la primera obra de la literatura cristiana de la que se conservan el nombre de su autor, lugar y época en la que se escribió. Esta obra llegó hasta nuestros días en griego original y en dos traducciones coptas, una siríaca y otra latina. Durante el reinado del emperador Domiciano hubo disputas en el seno de la iglesia católica de Corinto que obligaron a Clemente I a tomar cartas en el asunto. Con esta epístola Clemente de Roma logró unificar las diferencias que habían surgido y reparar el escándalo que estaba dándose entre los paganos. La obra es una exhortación a la humildad y sus ansias de que se llegue a un feliz desenlace, todo ello como primado de Roma y reivindicando su autoridad sobre las demás iglesias.

Naturalmente no hay seguridad ninguna de que las cartas fueran escritas realmente por el papa Clemente I pero a él han sido atribuidas tradicionalmente, ya que están datadas en la época de las persecuciones de Domiciano, alrededor del año 96, fecha coincidente con su papado. La epístola de Clemente fue leída públicamente en Corinto en varias ocasiones y en el siglo IV su lectura ya se había extendido a otras muchas iglesias. Incluso fue incluida en el Codex Alexsandrinus del siglo V, que contiene el Antiguo y Nuevo Testamento. La obra fue traducida al menos a tres lenguas de la antigüedad: una traducción de finales del siglo II o primeros del III fue encontrada en un manuscrito del siglo XI. Un manuscrito siríaco, actualmente en la Universidad de Cambridge, fue encontrado en 1876. Su traducción al copto ha sobrevivido en dos copias en papiro. Una de 1908 y otra de 1910.

RAFAEL FABREGAT

No hay comentarios:

Publicar un comentario