Primer edificio de Radio Tirana (1939) ya en desuso. |
Pero hoy no toca hablar de este asunto radiofónico, sino de la capital de este país anclado en la pobreza más absoluta, al que no podemos envidiar a pesar de nuestras limitaciones. España, con la muerte del dictador, evolucionó hacia la Democracia mientras que Albania, aunque finalizó su dependencia de Rusia al acabar la etapa soviética de la URSS, siguió debatiéndose en la pobreza de unas gentes acostumbradas a no trabajar para su propio beneficio.
Acceso al Castillo de Justiniano I. (520 d.C.) |
Castillo de Kruja. |
En 1912 aprovechando las sucesivas derrotas otomanas, los albaneses pidieron la independencia y la obtuvieron gracias al apoyo italiano y austriaco. Las potencias colocaron en el poder al rey Guillermo de Wied pero, con la llegada de la I Guerra Mundial, Albania quedó convertida en campo de batalla entre los diferentes combatientes y posteriormente controlada por ellos. En 1918 Albania proclamó nuevamente la independencia, pero también con suerte escasa pues quedaría como protectorado italiano. Desde 1.928 hasta 1.939 se convirtió en monarquía, gobernando Ahmed Zogu I de Albania, pero el 8 de Abril de 1.939 el ejército italiano de Emmanuel III invadió el país y lo hizo propio hasta 1.943 cuando la coalición germano-italiana (Hitler/Mussolini) perdió la II Guerra Mundial.
Lo que siguió no fue una etapa de bienestar para el pueblo. Liberado por los comunistas, con el apoyo de la URSS, el país siguió con este estilo de vida. Proliferó, eso si, la creación de fábricas de todo tipo y de pisos para dotar a los trabajadores de viviendas. Barrios enteros del centro histórico fueron derribados, incluida la Catedral de la Iglesia Ortodoxa Autónoma, para construir la gran plaza de Skanderbeg la más grande de Tirana. Si el periodo comunista fue difícil, el postcomunista aún fue peor. El caos prevaleció en esta década de transición. Numerosos edificios se levantaron fuera de ordenación urbana, incluso en vías públicas y zonas sin urbanizar. A medida que nuevos emigrantes llegaban a la ciudad se levantaban grandes barrios carentes de servicios básicos. Con la llegada del siglo XX el Ayuntamiento de Tirana puso freno a estos despropósitos y con el nombre de "Regreso a la identidad" recuperó las riberas del río Lana y otras zonas ajardinadas, fomentando la construcción reglamentada.
Albania es hoy un interesante país para visitar. Numerosas iglesias, mezquitas, interesantes ruinas romanas y monumentos de toda índole salpican esta tierra de economía mal repartida. Cientos de coches de alta gama recorren calles salpicadas de puestos callejeros con gentes que ofrecen diferentes productos, a cambio de unas míseras monedas que apenas les permiten subsistir, pero eso sucede en otras muchas partes del mundo. Actualmente es una república parlamentaria pero su reciente pasado comunista mantiene una economía centralizada. El escaso comercio exterior y unas infraestructuras insuficientes y obsoletas, hacen difícil su despegue. El crimen organizado que prolifera en el país ayuda poco a que las cosas cambien pues los empresarios escapan de esta lacra albanesa. Sin embargo las cosas están cambiando y actualmente Albania es candidata a formar parte de la Comunidad Europea, lo que sin duda favorecería notablemente su atractivo turístico. Claro que, no sé si habrá playa para todos...
RAFAEL FABREGAT
Lo que siguió no fue una etapa de bienestar para el pueblo. Liberado por los comunistas, con el apoyo de la URSS, el país siguió con este estilo de vida. Proliferó, eso si, la creación de fábricas de todo tipo y de pisos para dotar a los trabajadores de viviendas. Barrios enteros del centro histórico fueron derribados, incluida la Catedral de la Iglesia Ortodoxa Autónoma, para construir la gran plaza de Skanderbeg la más grande de Tirana. Si el periodo comunista fue difícil, el postcomunista aún fue peor. El caos prevaleció en esta década de transición. Numerosos edificios se levantaron fuera de ordenación urbana, incluso en vías públicas y zonas sin urbanizar. A medida que nuevos emigrantes llegaban a la ciudad se levantaban grandes barrios carentes de servicios básicos. Con la llegada del siglo XX el Ayuntamiento de Tirana puso freno a estos despropósitos y con el nombre de "Regreso a la identidad" recuperó las riberas del río Lana y otras zonas ajardinadas, fomentando la construcción reglamentada.
Albania es hoy un interesante país para visitar. Numerosas iglesias, mezquitas, interesantes ruinas romanas y monumentos de toda índole salpican esta tierra de economía mal repartida. Cientos de coches de alta gama recorren calles salpicadas de puestos callejeros con gentes que ofrecen diferentes productos, a cambio de unas míseras monedas que apenas les permiten subsistir, pero eso sucede en otras muchas partes del mundo. Actualmente es una república parlamentaria pero su reciente pasado comunista mantiene una economía centralizada. El escaso comercio exterior y unas infraestructuras insuficientes y obsoletas, hacen difícil su despegue. El crimen organizado que prolifera en el país ayuda poco a que las cosas cambien pues los empresarios escapan de esta lacra albanesa. Sin embargo las cosas están cambiando y actualmente Albania es candidata a formar parte de la Comunidad Europea, lo que sin duda favorecería notablemente su atractivo turístico. Claro que, no sé si habrá playa para todos...
RAFAEL FABREGAT
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