11 de septiembre de 2013

1125- LA DERROTA DE RAFAEL CASANOVA.

REEDICIÓN.
Decenas de miles de personas murieron defendiendo los intereses particulares de este sujeto, hoy icono de "algunos" catalanes que no de la mayoría. Los conozco bien y los catalanes auténticos no pierden el tiempo en tonterías, ni hacen nada de balde, ni porque sí. Cuando hay un dinero a ganar si que hay "comunión general" y todos van cogidos de la mano, como hoy lo ha hecho una parte de ellos en la creación de una cadena humana que cruce el país de norte a sur, como símbolo de su afán de separatismo. Sin embargo difícil será que se concentre una cuarta parte de la población catalana porque, repito, los catalanes tienen poco de tontos y el restante 75% tendrá cosas mejores que hacer. La celebración con apasionamiento de su derrota en 1.714 no tiene sentido para quien observa de fuera pero sí para esa minoría que, acuciados por la crisis, ven en España el yugo opresor culpable de todos sus males, sin pararse a pensar que una gran parte de esta "enfermedad nacional y nacionalista" la tienen en sus pocas ganas de trabajar y muchas de medrar. Eso sin contar que sus gobernantes no dudan en aliarse (churros y merinos) al solo objetivo de medrar (ellos) a costa de todos. ¡Ay, Cataluña!. Resulta increíble tu situación, pero ahí estás. Dividida, politizada y entretenida en buscar fantasmas donde no los hay mientras el dinero viaja por entre las carteras de tus antiguos y nuevos gobernantes, al tiempo que se recorta en Educación, en Sanidad y en Prestaciones Sociales. ¿Donde ha ido a parar aquella gente a la que conocí 40 años atrás, trabajadores incansables, solo interesados en aportar una peseta más a su economía familiar y desvinculados de una política que ellos mismos tachaban de inútil?. 

Ahora, de repente, el trabajo pasa a ser algo secundario y solo se piensa en política, o sea, en medrar sin trabajar. Eso amigos, es justamente lo que antes se criticaba en esa comunidad. ¿Qué ha pasado?. ¿Como se ha olvidado de pronto lo que desde siempre ha sido fundamental para este pueblo tan laborioso?. ¿Acaso los foráneos han conquistado el poder?. Parece que sí. 
Yo, la verdad, ya no les conozco. Esta gente no es aquella gente. Quienes salen a la calle, bailando la música que los políticos actuales les ponen, saben o deberían saber que esta conmemoración que hacen de la Historia en el día de hoy, cada 11 de Septiembre, es la de una derrota y el símbolo de la burguesía más radical. Un tiro político que les salió por la culata a los ricachones de entonces. En la creencia de situarse en el bando más fuerte apoyaron la opción de colocar en el trono de España al archiduque Carlos III de Austria pero, cuando los aliados austracistas (Austria, Holanda, Inglaterra y Portugal) les retiraron su apoyo, perdieron su oportunidad de hacerse con más riqueza y poderes. En un acto de patriotismo mal entendido Barcelona resistió 13 meses más el bloqueo pero finalmente quedó derrotada. 

Rafael Casanova, abanderado de aquel conflicto de intereses, se convirtió en icono del catalanismo de izquierdas cuando en realidad fue un capitalista que no hizo más que defender sus prebendas. Propietario de fincas y comerciante de lana y grano era un acaudalado político que vio en la figura de Carlos III las libertades que convenían a sus intereses.
Cercada Barcelona por las tropas de Felipe V y retirados los países anteriormente indicados en virtud del Tratado de Utrech, el nuevo rey otorgó amnistía general a los catalanes y "se les concede exactamente los mismos derechos, libertades y privilegios que gozan los habitantes de las dos Castillas, que son los pueblos más amados del Rey Católico". La oferta no fue suficiente para los dirigentes catalanes, que veían en la otra opción la independencia y el dominio de un poder con posibilidades de expansión. Los partidarios de Felipe V y los austracistas contrarios a la prolongación de la guerra, abandonaron Barcelona. Otros como Rafael Casanova se quedaron y planificaron la resistencia. A finales de Julio de 1.713 Barcelona tenía 4.000 combatientes a sueldo de fondo público, contratados por los Comunes de Cataluña (uno de ellos Casanova) y cuando Carlos III ya no tenía posibilidad alguna de gobernar. 

Las tropas castellanas rodearon la ciudad y conminaron a la rendición que fue rechazada. Las carencias del ejército de Felipe V aconsejaron el corte de suministros como forma de lucha. En el interior de la ciudad las tensiones políticas no tardaron en producirse. A pesar del cerco, el 30 de Noviembre hubo de procederse a la renovación consistorial y Rafael Casanova fue elegido "conseller en cap", forma de designar a la máxima autoridad municipal lo cual, en este caso, llevaba aparejada la jefatura de las fuerzas militares hasta entonces en manos del Teniente Mariscal Villarroel. La situación cambió drásticamente. Mientras Villarroel mantuvo una defensa conservadora a la espera de ayuda exterior, Casanova ordenó ataques nocturnos de desgaste al cordón de bloqueo y desautorizó cualquier orden militar que no pasara antes por sus manos. El enfrentamiento entre Casanova y sus militares era total. Transcurrido casi un año del bloqueo, la falta de resultados desesperaba a Felipe V, ignorante de que las cuatro galeras de la débil Armada Española nunca habían podido bloquear el puerto de Barcelona por completo y Carlos III no paraba de enviar convoyes desde Cerdeña y Mallorca. 

En Mayo de 1.714 el Duque de Pópolí, al mando del asedio, fue destituido y a la espera de su relevo a cargo del francés Duque de BerwikcLos resultados no se hicieron esperar con el consiguiente fallo de suministros a la ciudad condal. Subieron los precios y Casanova estalló culpando a sus delegados de intereses particulares en el suministro y fijó precios obligatorios. El 6 de Julio de 1.714 se llevó a cabo la toma de posesión en el mando borbónico a cargo del Duque de Berwick que había llegado acompañado de 10 batallones de veteranos franceses y que, unidos a los llegados diez días antes a la zona, totalizaban 40 batallones de franceses rodeando Barcelona. Las tropas al mando de Felipe V totalizaban pues 39.000 hombres, 87 cañones y 33 morteros para el asedio y otros 40.000 hombres armados controlando el principado. Desde las murallas Casanova y su gobierno concluían que la aventura llegaba a su fin. A fin de mantener la moral se organizaron misas, rosarios colectivos y procesiones que rogaban al cielo. El fanatismo religioso hacía votos de fe implorando la ayuda Divina. El escritor y filósofo Voltaire escribió al respecto: "...los capellanes corrían con las armas y hacia las brechas, como si se tratara de una guerra de religión".

La noche del 12 al 13 de Julio se cavaron las primeras trincheras frente a la muralla de levante y tres días después un segunda en la que situaron la artillería. El 12 de Agosto en Duque de Berwick lanzó el primer asalto a Barcelona, rompieron las defensas y tomaron el baluarte de Santa Clara y el del Portal Nou. Sin embargo ante un fuego insostenible tuvieron que retirarse. Berwick se vio obligado a informar al rey que a pesar de las numerosas bajas infringidas habían tenido que retroceder, pero que extremarían su vigilancia en la llegada de pertrechos. El siguiente convoy de armas y alimentos ya no llegó a la ciudad y provocó una situación humanitaria catastrófica. Las deserciones eran masivas y la defensa se hacía insostenible. El 1 de septiembre Antonio de Villarroel reunió en secreto a sus generales y coroneles exponiéndoles la necesidad de buscar una capitulación honrosa. Alertados los consellers le convocaron para exponer sus acciones ante la Junta Secreta, reiterando Villarroel la imposibilidad de hacer frente al enemigo y lo inminente del asalto final. El 4 de Septiembre Berwick pidió la capitulación que no fue aceptada.

Ante tal temeridad Villarroel pidió la dimisión que le fue aceptada el 6 de Septiembre. Agradecidos los servicios prestados le conminaron a que abandonase la ciudad al día siguiente en un convoy procedente de Mallorca que tenían por seguro rompería el cerco marítimo. Villarroel preguntó quien le sustituía, respondiéndole el síndico que la Virgen de la Merced. Efectivamente aquel mismo día la citada imagen había sido retirada del templo e instalada en la silla del general esperando que, por inspiración divina, transmitiría a consellers y comandantes las órdenes oportunas a través de Casanova (?). Fuertes chubascos impidieron el inminente ataque pero finalmente el día 11 de Septiembre los cuarenta batallones en masa llevaron a cabo el ataque final por tres frentes simultáneos. A las cinco de la madrugada y en medio de una brutal carnicería los atacantes consiguieron traspasar las murallas apenas ya defendidas por los escasos supervivientes barceloneses. El colapso de la defensa se precipitó y los defensores de otros frentes fueron cogidos por la espalda.

Viendo que la caída de la ciudad era inevitable, Casanova ordenó el que sería su último Bando como conseller, ordenando -bajo pena de muerte- que todos los varones mayores de 14 años y sin excepción, tomaran las armas en defensa de la ciudad. Mientras comandaba el contraataque Casanova cayó herido de un balazo en el muslo y el avance quedó detenido. Los Comunes intentaron una capitulación en la que se mantuvieran los fueros de Cataluña y Mallorca pero Berwick no aceptó condición alguna. A las tres de la tarde del día 12 de Septiembre de 1.714, ante la falta de gente y hambre extrema se llevó a cabo la capitulación de Barcelona de forma incondicional. A pesar de un primer intento de Francia de quedarse Barcelona para sí, el día 20 de Septiembre la plaza fue transferida al gobierno español. Los bienes de Casanova fueron embargados y él, curado ya de sus heridas, pasó a residir en la casa de su hijo en San Baudilio de Llobregat. Amnistiado en 1.719 regresó a Barcelona y trabajó de abogado hasta 1.737 cuando se retiró. Murió seis años más tarde. (1743)

La figura de Casanova fue recuperada por intelectuales y políticos de mediados del siglo XIX y a finales del mismo dedicada una estatua a su persona que se convirtió en destino de la manifestación contra Madrid al unificarse el Código Civil en todo el territorio español, pues Cataluña había conseguido evitar la supresión del derecho público catalán en aquel fatídico año de 1.714. En fin, hoy día 11 de Septiembre del año 2013 las autoridades catalanas han convocado como pieza cumbre de su "diada" una cadena humana que recorra los 380 Km. costeros de esta comunidad, desde la frontera francesa hasta su límite con la Comunidad Valenciana. Según los convocantes se han manifestado 1.600.000 personas.  El informe de Interior dice que 400.000. Como siempre las cifras son dispares. Para redondear yo quiero creer que han sido 1.000.000 lo que indica una participación aproximada del 30% pero, ¿donde estaba el 70% restante?. En democracia la mayoría manda y la minoría obedece. Yo deseo lo mejor para los catalanes pero ese bienestar, ¿no podría ser en unidad y armonía con todos los españoles...?

RAFAEL FABREGAT

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