Todo viene a cuento del robo del cadáver de Charles Chaplín. El eminente actor y director fallecido a la edad de 88 años (Navidad de 1.977) en la localidad suiza de Corsier-sur-Vevey.
Tal como ya había sucedido anteriormente con otros cadáveres de famosos, el ataúd fue sacado de la fosa dos meses después de su muerte y quedó en paradero desconocido durante un tiempo.
En la noche del 1 al 2 de Marzo de 1.978 dos ladrones entraron en el cementerio de la citada localidad y desenterraron la caja que contenía sus restos.
De hecho ni siquiera se había colocado aún la correspondiente lápida. La policía trabajó desde el primer momento con la hipótesis de que el hecho conllevaría la petición de un rescate pues sus familiares habían reunido una herencia de 25 millones de dólares. Con lo que no contaron los ladrones fue con el escaso interés de la viuda por recuperar el cadáver... Cuando éstos contactaron con Oona Ozneill, viuda de Charles Chaplín, pidiendo la cantidad de 600.000 dólares por sus restos, ella respondió que no pensaba pagar ni un solo céntimo por recuperar los restos de su marido. ¡Vaya chasco!, los ladrones quedaron sin saber qué responder...
En una segunda misiva, acompañada con fotos del féretro que demostraban la autenticidad del comunicado, los ladrones rebajaron sus pretensiones a los 500.000 dólares pero la respuesta fue la misma. Un NO rotundo a sus pretensiones de rescate. Los cacos se pusieron nerviosos y respondieron entonces con amenazas a la familia, lo cual hizo que la viuda de Chaplín extendiera la pertinente denuncia que llevaría a la solución del caso. El día 16 de Mayo Oona Ozneill comunicó a la policía que los secuestradores la llamarían para obtener su respuesta definitiva, por lo que todos los teléfonos públicos de la ciudad fueron pinchados y los ladrones apresados mientras llamaban desde una de las cabinas.
Tras las pertinentes declaraciones, en las que los ladrones contaron las peripecias sufridas en la extracción y traslado del citado ataúd de más de 120 kilos hasta un campo de maíz cercano a la localidad de Neville, el ataúd con el cuerpo del gran actor y director fue recuperado y trasladado nuevamente al lugar en que había sido enterrado originalmente.
De hecho ni siquiera se había colocado aún la correspondiente lápida. La policía trabajó desde el primer momento con la hipótesis de que el hecho conllevaría la petición de un rescate pues sus familiares habían reunido una herencia de 25 millones de dólares. Con lo que no contaron los ladrones fue con el escaso interés de la viuda por recuperar el cadáver... Cuando éstos contactaron con Oona Ozneill, viuda de Charles Chaplín, pidiendo la cantidad de 600.000 dólares por sus restos, ella respondió que no pensaba pagar ni un solo céntimo por recuperar los restos de su marido. ¡Vaya chasco!, los ladrones quedaron sin saber qué responder...
En una segunda misiva, acompañada con fotos del féretro que demostraban la autenticidad del comunicado, los ladrones rebajaron sus pretensiones a los 500.000 dólares pero la respuesta fue la misma. Un NO rotundo a sus pretensiones de rescate. Los cacos se pusieron nerviosos y respondieron entonces con amenazas a la familia, lo cual hizo que la viuda de Chaplín extendiera la pertinente denuncia que llevaría a la solución del caso. El día 16 de Mayo Oona Ozneill comunicó a la policía que los secuestradores la llamarían para obtener su respuesta definitiva, por lo que todos los teléfonos públicos de la ciudad fueron pinchados y los ladrones apresados mientras llamaban desde una de las cabinas.
Tras las pertinentes declaraciones, en las que los ladrones contaron las peripecias sufridas en la extracción y traslado del citado ataúd de más de 120 kilos hasta un campo de maíz cercano a la localidad de Neville, el ataúd con el cuerpo del gran actor y director fue recuperado y trasladado nuevamente al lugar en que había sido enterrado originalmente.
Por expreso deseo de la familia y para evitar otros casos de extorsión, el féretro fue enterrado bajo dos metros de hormigón armado y colocada al mismo tiempo la lápida correspondiente.
¡Veremos como se las apaña en el momento de la resurrección...! Tras aquella colosal aventura el genio del cine mudo descansa en paz y suponemos que para siempre. Aunque, claro, ¿Hay algo que sea para siempre...?
RAFAEL FABREGAT
RAFAEL FABREGAT
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