22 de septiembre de 2013

1136- EN NIDOS DE ANTAÑO, NO HAY PÁJAROS HOGAÑO.

REEDICIÓN.
Uno está de vuelta de muchas cosas y no es noticia ni quiere serlo, pero tampoco es un desagradecido y quiere resaltar la gran labor que la Junta de la Asociación de Pensionistas y Jubilados L'Arc Romá desempeña en Cabanes. Cuando unos meses atrás Vicente Ibáñez, presidente de la Asociación, pidió mi colaboración para presentar un escrito sobre alguna anécdota local que les solicitaban desde la Diputación Provincial de Castellón, poco iba yo a imaginarme que se trataba de un concurso de redacción para que el colectivo de la Tercera Edad mantenga la cabeza en su sitio. Un programa del Departamento de Servicios Sociales de nuestra provincia para evitar que a los vejetes se nos oxide la "caja negra" y entremos en etapas de difícil recuerdo. 

Yo tengo en buen aprecio a este vecino y amigo, por lo que accedí gustoso y le presenté el escrito requerido. La historia de las dos primeras bicicletas que llegaron a nuestro querido pueblo de Cabanes. Algo que puede sonar bastante extraño para los tiempos que corren pero que, en su día, fue todo un acontecimiento. Esta historia llegó a mi conocimiento porque uno de aquellos agraciados ciclistas fue mi padre (Herminio Fabregat) entonces todavía soltero. La "efemérides" es del año 1.925 y quedaba unida, sentimentalmente, a la llegada del agua de la Fuente del Buensuceso a nuestra localidad y de la que también somos parte interesada. No yo directamente, pues faltaban 24 años para mi llegada a este mundo de muchas penas y pocas alegrías, pero sí mi familia. 

En este caso era mi bisabuelo materno, Manuel Bellés, propietario del llamado "Racó dels Pardos" en el "Barranc de Ritxer o de Les Santes", donde vivía en una reducida masía con su mujer y sus cinco hijos. Malcomiendo puesto que la mayor parte del terreno era monte y apenas media docena de pequeños bancales eran todo su patrimonio, en el que poder sembrar lo necesario para alimentar todas aquellas bocas. Tenía una gran ventaja, cual era el tener dentro de la finca un pequeño manantial que, convenientemente embalsado, le permitía regar y asegurar con ello la necesaria cosecha. Patatas, judías, tomates y hortalizas de todo tipo eran la gran riqueza que aquella pobre familia disfrutaba. 

En aquel y en todos los tiempos, llenar el plato es primordial y esa necesidad quedaba cubierta. Sin embargo en este mundo nada es para siempre y aquel idílico paraje y sus circunstancias tampoco lo fueron. 
Un buen día el alcalde de Cabanes y dos de sus concejales llegaron a la pequeña masía y tras los saludos de rigor expresaron a Manuel las necesidades de agua que tenía la población y su conocimiento de la pequeña fuente que había en el interior de su finca, en altura suficiente para poderla hacer llegar al pueblo de forma natural. 
Sin dudarlo un instante Manuel ofreció el agua de su escaso manantial para aliviar la sed de la población. Alcalde y concejales advirtieron al propietario que el Ayuntamiento carecía de fondos y no podía darle compensación alguna por el agua pero, por segunda vez y sin dudarlo, Manuel les dijo que estaba a su disposición. 
Ya nadie recuerda aquella desinteresada donación, de la que no sabemos que haya documentación alguna al respecto. 
Jamás, en ninguna de las celebraciones al respecto de la traída de aguas a Cabanes, se nombró al desinteresado vecino, pero aquí está su biznieto para recordarlo, tantas veces como tenga ocasión.

Tampoco nadie recordaba qué cabanenses compraron las primeras bicicletas de la localidad ni cuales fueron las circunstancias de la llegada de aquellas primeras "máquinas" al pueblo. Yo lo he contado en este Primer Concurso Provincial de Redacción. 
Escritura de viejos y para viejos, en el que no se necesita conocimiento gramatical alguno y que, por lo tanto, no tiene mérito alguno ganar. Hasta tal punto fue de insignificante que no ha merecido comentario alguno al respecto. Baste decir que el único titular que habla de esta reunión dice que se trataba de un Programa de Intercambio Provincial entre el pueblo de Cabanes y el de Tirig con fotos, eso sí, de las exposiciones realizadas con motivo del encuentro de pensionistas. Sin comentario del Concurso, que motivó la reunión.

Yo quiero aclarar para quien no lo sepa que, de acuerdo con las Bases del I Concurso Provincial de Redacción 2013 "Cuéntanos tu historia" organizado por el Departamento de Bienestar Social de la Diputación Provincial de Castellón, quedaba estipulado en la última de sus cláusulas que la entrega de premios del citado Concurso se realizaría en la Asociación y pueblo de procedencia del ganador del 1er. premio lo que, con tal motivo, fue programado por las autoridades pertinentes para el día 19 de Septiembre de 2.013 en 
Cabanes, por ser el pueblo ganador del Concurso. A tal efecto y para engrandecer el evento, la Junta organizó el Programa de Intercambio y las Exposiciones llevadas a cabo. Bien está, en épocas de crisis, lo de "matar varios pájaros de un solo tiro", pero resulta extraño que se oculte el motivo real que provocó la reunión... 

A criterio del jurado provincial, un vecino de Cabanes, probablemente el socio más antiguo de la Asociación de Pensionistas L'Arc Romà, ganó el primer premio y tal como marcaban las Bases del Concurso, la entrega de Diplomas, regalos y comida correspondiente se realizó en esta Asociación. 
Esa era la causa principal y obligada del encuentro. Lo demás son cosas que la Junta anexionó después para redondear la mañana. 
De hecho, ante lo reducido del presupuesto, para poder recibir a los pensionistas de Tirig y de la Ribera hubo de limitarse el acceso a los socios de L'Arc Romà de Cabanes. Algo que no todos pueden comprender, quizás por no haber sido explicado convenientemente.

Previo a la comida se mostraron a los forasteros algunas de las riquezas históricas de nuestro pueblo: Ayuntamiento, Iglesia, casco antiguo y nuestro querido Arco Romano, emblema y seña de identidad de Cabanes. Tras los saludos de rigor, visita a la exposición y foto de los asistentes nos sirvieron una comida fría de la que los "abueletes" dimos buena cuenta. No solo de recuerdos, sopas y purés viven los viejos... Entrantes sobre la mesa y extenso surtido de mini-bocadillos variados, regados con buenos vinos blancos y tintos. Para finalizar, tarta de manzana y pastas. Ignoro si nos cuidan tanto para que vivamos muchos años o quieren que nos dé un zamacuco por subida de tensión a fin de ahorrarse las pagas... (Es broma). Gracias por todo y hasta siempre.

RAFAEL FABREGAT

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