6 de febrero de 2014

1254- LOS SECRETOS DE YUCATÁN.

En la Riviera Maya, no todo son Hoteles Resort. Yucatán es tierra de historia, pero también de mitos y leyendas. Eso sin contar la riqueza subterránea que alberga, traducida en grandes ríos subterráneos de los que ya se hizo eco este Blog en fechas recientes. Don Cleofás, un viejo descendiente de los antiguos mayas, tiene uno de estos ríos bajo su parcela y lo muestra con orgullo a cambio de unas monedas. Lo que por su esplendor y magnificencia en otras partes del mundo sería algo fácilmente convertible en riqueza sin límites, en tierras de Yucatán es algo común. Maravilloso, pero abundante y por lo tanto no todo lo rentable que debería de ser.

Sin embargo esta entrada no pretende hablar de estas riquezas subterráneas, ya desarrolladas en otra ocasión como se ha dicho antes, sino de su Historia. Son muchos los turistas que visitan pirámides y ruinas de antiguos templos mayas, pero no todos logran trasladarse con la imaginación a aquellos tiempos lejanos. El resultado es que mientras unos miran boquiabiertos, ensimismados ante la presencia imaginaria de aquellos pueblos del pasado, otros solo ven viejas piedras y matorrales. Mi recomendación es que tales visitantes a los que llamaremos "turistas" se abstengan de sufrir el ardiente sol y las muchas incomodidades de un viaje que nada nuevo les aporta. Mejor quedarse en el hotel disfrutando de las playas paradisíacas y de los frescos combinados.

CHICHEN ITZÁ. Pirámide del castillo.
Para quienes sí gustan de trasladarse a tiempos remotos, los diferentes circuitos que salen de Quintana Roo en la península de Yucatán, llevan al viajero a la ciudad amurallada de Tulum y lo combinan también con la visita a inmensas playas caribeñas de color esmeralda, donde enormes iguanas permiten que se las fotografíe a cambio de un pedazo de fruta. Cuarenta kilómetros más al norte otra ciudad maya (Cobá) ofrece encantos mucho más antiguos. Ya ciudad 2000 años atrás, Cobá fue decayendo hacia el año 1000 al tiempo que Chichen Itzá ganaba en esplendor. La importancia de Cobá, con una población próxima a los 50.000 habitantes, se cree debida a la abundancia de agua potable que le ofrecían los lagos próximos de Macanxoc y Cobá.

COBÁ. Pirámide de Nohoch Mul.
La especial virginidad en la que se mantiene este sitio arqueológico es debida a que, para llevar a cabo el recorrido arqueológico, hay que hacerlo a pie o en bicicleta puesto que las excavaciones realizadas han sido muy superficiales y no está todavía dentro de los circuitos turísticos. Son pues dos horas de caminata que no todos quieren hacer. El monumento más importante es la pirámide de Nohoch Mul. Sin vigilantes que lo impidan, pueden ascenderse fácilmente los 120 escalones que llevan a la cima, situada a 42 metros sobre el nivel del suelo. Un verde tapiz lo inunda todo a su alrededor. Parece ser que Nohoch Mul es la pirámide maya más alta que se conoce, superando incluso all famoso Castillo de Chichen Itzá. Hay otras pirámides menores, cancha de pelota y estelas con dibujos de calaveras enigmáticas.

COBÁ. Observatorio astronómico maya.
Claro que, como se ha dicho antes, para disfrutar de tales bellezas hay que saber mirar en el pasado y poder imaginar lo que debieron ser estas construcciones en su tiempo. Largas carreteras de entonces, hoy casi desaparecidas entre la tupida selva, partían desde esta gran ciudad en dirección a otros enclaves menores, a distancias superiores a los 100 Km. Cobá debió ser ciudad principal en un momento en que Chichen Itzá, situada a unos 90 Km., era ciudad secundaria. Como se ha dicho antes el motivo bien pudiera ser la abundancia de agua potable en una zona sin apenas fuentes de agua dulce. De todas formas, no me canso de decirlo, nada es para siempre y las tornas cambiaron por completo.

Allá por el siglo IX, Cobá entró en lucha con Chichén Itzá y esta última resultó vencedora. A partir de ese momento la primera, juntamente con otros enclaves de la región, perdieron toda su importancia política y también la ritual. Poco a poco las ciudades conquistadas se abandonan en la misma proporción que la ganadora de la disputa territorial va aumentando de importancia y tamaño. Un par de siglos después y hasta finales del siglo XIV, las aguas volvieron a su cauce y Cobá recuperó una parte de su anterior jerarquía. Nuevos edificios se levantaron, aunque ya con estilos distintos. Cuando los españoles consolidaron el control de la península de Yucatán (1550) Cobá ya estaba totalmente deshabitada. Después... el olvido. No será hasta el siglo XIX cuando los célebres viajeros John Lloyd Stephens y Frederick Catherwood la redescubren. (Y hasta hoy...)

RAFAEL FABREGAT

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