28 de junio de 2013

1059- LA DISCRIMINACIÓN RACIAL.

Excuso decir que el racismo es una actitud discriminatoria hacia gentes de aspecto o costumbres diferentes a las nuestras. 
Quienes discriminan consideran normalmente que hay una escala de categorias humanas diferentes y que éstas son fácilmente diferenciables, en base al aspecto o color de su piel y muy especialmente a sus costumbres y tradiciones. 
Naturalmente el diferente color de la piel de los indivíduos viene determinado por la adaptación climática que el cuerpo realiza, 

Esta adaptación se produce según la zona en la que esta raza se ha desarrollado milenios, por lo que este aspecto nada tiene que ver con el comportamiento que se adquiere posteriormente y que se produce según la cultura del entorno y enseñanzas recibidas en los años de desarrollo y educación. 
Por las condiciones de vida y subsistencia del ser humano a lo largo de la historia, éste tiene cierta tendencia natural a la xenofobia, que no es otra cosa que el miedo o rechazo a quien llega de fuera con aspecto o comportamientos diferentes. El sentido de autodefensa detecta que se está frente a un indivíduo extraño y que, como mínimo, debe de estarse alerta a cualquier comportamiento que pueda entrañar un riesgo. No tiene pues nada de malo o extraño, que el primer instinto natural sea de alarma. 

Sin embargo el sentido común es el que debe prevalecer a la hora de valorar si hay motivo o no de preocupación ya que, con demasiada frecuencia, el peligro es tan posible o más que nos llegue de las gentes que están en nuestro entorno más inmediato, que no de aquellas que vengan de fuera. 
Hay que considerar que estas personas que vienen de otros países también llegan a un entorno que pueden considerar hostil y no estando integrados, tienen muchos más motivos que nosotros para tener preocupación por su integridad. 
La diferencia, eso sí, es que para ellos es una situación buscada y por tanto aceptada de antemano, mientras que para el autóctono es nueva y desconocida. A la xenofobia se une también la aporofobia, que es el rechazo natural a la gente sin recursos. La mente asocia al rico como una posible fuente de ingresos y al pobre como alguien al que, de una u otra forma, tienes que ayudar a subsistir. 

Es natural pues que instintivamente se prefiera recibir a gente con posibilidades, puesto que su llegada puede generar beneficios. No es pues un comportamiento racial, como algunos entienden, sino una autodefensa inconsciente del indivíduo ante el peligro de merma en sus recursos. Otra cosa diferente es la discriminación racial, en la que se rehusa a asociarse con personas de etnia diferente, aunque también estamos hablando de una especie de escudo frente a ideas distintas a las nuestras. De todas formas esto no es nada nuevo. Ya en la antigüedad los textos de las diferentes religiones ya presentaban episodios de segregación. El racismo ha servido en múltiples ocasiones para justificar la esclavitud y crímenes contra la humanidad de proporciones gigantescas. Todavía en el siglo XIX se usó para legitimar las conquistas imperialistas de territorios extranjeros y los miles de muertes que sucedieron a estos episodios. 

Demasiada gente que se llama humana, son verdaderos diablos que no merecen llamarse personas. Gente para quienes la vida y el dolor de los demás no tiene valor alguno. 
Eso desde el punto de vista personal, ya que desde el institucional es una paradoja de una desvergüenza sin límites que, justamente los países que más han abusado de la esclavitud, del imperialismo y del colonialismo a lo largo de la historia, sean justamente quienes ahora pregonen su rechazo a toda forma de discriminación. 
Países que se han hecho ricos y grandes en extensión y que, ya dentro del siglo XXI, aún mantienen el dominio en decenas de países disfrazados de estados asociados u otras definiciones que no hacen otra cosa que disimular sus verdaderos intereses. ¿Acaso ignoran que todo está escrito y a disposición del conocimiento de generaciones presentes y futuras?. 

Prohibido vender cerveza a los indios.
Actualmente todos alardeamos de modernos y liberales pero en realidad, a nivel personal y más aún como países, queremos mantener nuestros privilegios y especialmente estos últimos, el dominio estratégico de determinadas zonas del planeta. 
Pura mascarada de unos y otros puesto que nadie quiere renunciar a nada en favor de aquellos que sufren por color, sexo o costumbres diferentes. Esta diferenciación viene dada especialmente por las creencias religiosas de unos y otros, ya que fueron las diferentes religiones las primeras que sembraron las prohibiciones a la mezcla de razas y del mestizaje consiguiente. 
Como en tantas cosas de la vida, el poder político y el religioso han sido desde siempre los causantes de episodios discriminatorios. Quienes ahora pregonan actitudes de libertad, han sido históricamente los que siempre propugnaron la xenofobia y comportamientos separatistas.

Fuente para gente de color.
¿Quién facilitó y utilizó la esclavitud en beneficio propio durante siglos?. No hace falta recordar que, en el país que dice tener las mayores libertades, hasta 1.965 miles de niños negros no podían estudiar en las mismas escuelas que los blancos y sus padres no podían entrar en determinados bares, acceder a servicios públicos y mucho menos votar. 
¡Por favor!. ¿Acaso creen algunos que el resto de la humanidad es ignorante y además imbécil?. Pues parece que sí. Eso creen. Tras prohibirse la esclavitud, en EEUU los negros todavía tardaron un siglo en ser libres de verdad. Me refiero naturalmente a tener los mismos derechos y libertades que disfrutaba la gente de raza blanca y, por supuesto, los mismos Derechos Civiles. Eso en el supuesto que ya lo hayan logrado, que no lo tengo muy claro. Negar esa realidad es el mayor gesto de discriminación racial que puede hacerse en estos momentos. Para avanzar el primer paso es reconocer los propios errores; el segundo enmendarlos...

RAFAEL FABREGAT

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