29 de junio de 2013

1060- EL ESPEJO.

Espejo sucio, imagen distorsionada.
REEDICION.
El espejo (der spiegel) es, con un millón de ejemplares semanales, la revista más importante de Alemania y de toda Europa. Pero los espejos empañados no reflejan una realidad clara y diáfana. Claro que eso no importa demasiado. Desde que vio la luz en 1947 no ha parado de crecer, apoyado en escándalos y sensacionalismo, que es la salsa preferida de sus lectores. Crear escándalos de todo tipo, caiga quien caiga, es el mar en el que se mueven quienes solo persiguen el aumento de beneficios. Sin embargo, basta la más mínima crítica a su editorial para que acusen a quien les contradiga de ataque a la libertad de prensa. La "ley del embudo", ya se sabe... Aquella en la que uno puede decir cuanto quiera y que los demás no puedan ni abrir la boca en su defensa. Todavía hay quien le parece comedida y dice que sus dirigentes se están relajando en demasía.

El Kaiser actual de Europa.
Siempre metidos en acusaciones y defensas a esa libertad que quienes caen en su punto de mira no tienen, el espejo es un medio que no busca la democracia y la libertad que dicen propugnar, sino el sensacionalismo más agresivo que no tiene otra meta que el lucro personal de sus dirigentes. Sin embargo dicen que "los nuevos tiempos" han hecho que dé un notable giro a la derecha, por ser el sol que más calienta en este momento. Con una edición media de 170 páginas la revista lleva de todo. Todo lo que sean críticas y burlas a lo que hacen los demás. Estos días le ha tocado (como no) a los países del sur de Europa en general y a España en particular. Puestos a pedir por esa "boquita de rape" y no satisfechos con marcar las directrices de la vida de los demás, se les ocurre ahora que los españoles deberíamos suprimir la "siesta" y aumentar la jornada laboral. Será para darles a ellos el fruto de nuestro trabajo, digo yo.

Nada sin la supervisión del Kaiser.
¿No habrá llegado el momento de mandarles "un poquito" a la mierda?. Tan encorsetados y obtusos como siempre han sido en ese país les ha dado ahora, que se constituyen en líderes europeos, por marcar el camino a seguir de todos nosotros. ¡Pues van listos!. Según asegura el semanario, a raíz del rescate bancario, la CE, el FMI y el BCE exigieron al gobierno español que se pusiera fin a esta práctica que tanta envidia les da. ¡Que se jodan!. Asegura incluso el espejo que hasta hace bien poco los trabajadores en general y especialmente los funcionarios (españoles) marchaban a sus casas al mediodía para echar la siesta. Efectivamente los trabajadores a jornada partida, funcionarios o no, cuando marchan a sus casas a mediodía ¡hacen lo que les da la real gana!. Comen, duermen y hasta se acuestan con la parienta porque, en su horario de descanso, ni alemanes ni polacos van a decirnos lo que tenemos que hacer. ¡Con un dictador ya tuvimos bastante!.

Hucha alemana en España.
Según este periódico "sabelotodo", en 2005 el presidente Zapatero suprimió la jornada partida y con ella la siesta de los españoles. ¡Ja, ja!. Desde entonces los funcionarios trabajan solo por la mañana y tienen toda la tarde libre (para lo que les da la gana, siesta incluida). Alemania es el principal acreedor de nuestro país y eso parece darles derecho a todo. Efectivamente pusieron aquí su dinero, pero no por caridad, sino porque en aquel momento el ladrillo español era el que les daba mayores beneficios. Ahora, con el reventón de la burbuja inmobiliaria, quieren recuperar el capital y los beneficios previstos a costa de matarnos a todos de hambre. ¡Ya les arreglaría yo a esos indeseables!. ¿Tan pocas noticias genera su país que han de meterse con el nuestro?. Si es que no tienen noticias de actualidad, que repasen la historia, que es larga y completa. Que los trabajadores españoles, con la que nos está cayendo ya tenemos bastante. 

Espejo empañado, noticia dudosa.
Según el espejo, muy lleno de vaho, la prohibición de que los españoles hagamos la siesta ha sido altamente beneficiosa para la economía puesto que ese tiempo, antes destinado a los placeres de la cama, lo dedicamos ahora a consumir en tiendas y restaurantes. 
Que se den una vuelta por aquí entre las 14-16 horas y verán lo llenas que están las calles. 
Me pregunto yo si los lectores alemanes creerán esas paparruchas. Ellos viajan bastante por nuestro país y saben que las "cosas de la siesta" no se tocan. 
O sea, que seguimos con la siesta y además nos llevamos el orinal a la cama. ¡Para una cosa buena, que tenemos gratis...! 
Los de la Troika que arreglen su casa y si quieren aventuras que se vayan a Moscú, que ya saben como se las gastan por allí. El espíritu prusiano ¡que se lo pongan donde les quepa...!

RAFAEL FABREGAT

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