22 de septiembre de 2014

1522- SETAS, SETAS Y SETAS. (2014)

Decía yo (vaya castaña) que el 2.014 no sería un buen año... pero ya no sé donde ponerlas. Todos tienen, nadie quiere... Menos mal que la pasada fase lunar los agusanó. 
(Pero, ¿qué dice este tío?). 
Con lo cual muchos se quedan en el monte y otros van a la basura. Pues bien, ahora que nadie los quiere es cuando yo más disfruto. ¿Por qué?. Pues por la variedad. Ayer mismo robellón, boletos, níscalo, llanega negra, champiñón blanco, champiñón negro, llanega blanca, seta de cardo, pinatell de calceta, negrilla, macrolepiotas, barbudas, pie azul... A la hora de comerlas me gustan todas, pero no hago caso especial de ninguna de ellas. 


Sin embargo lo que me encanta es la variedad. Todas las setas me parecen riquísimas, pero la excelencia es que haya diferentes variedades en un mismo guiso, en un mismo revuelto. No hay ninguna seta que pueda compararse a la mezcla de varias. Cuantas más variedades le metas a un revuelto, mejor sabe. Y si además de variedad, pones setas de calidad excelente... ¡Mmmmmm!. La seta de cardo silvestre es una de las mejores para revuelto, pero si se suman cuatro trompetas amarillas, dos rebozuelos y una macrolepiota... Mmmmmm. Porque si queremos que salga fino, los ingredientes han de ser finos.


¿Y si ponemos también una llanega?. ¿Y si añadimos una lengua de vaca?. Claro que si vamos a señalar todas las setas excelentes no acabaremos nunca. Lo que si hemos de tener claro es el resultado que pretendemos. Comida contundente, setas contundentes. Comida refinada, setas de sabor refinado. No vamos a preparar un guiso de ternera con senderuelas... ¿Complicado organizar una buena comida?. Calla, calla. Todo tan sencillo como encender un buen fuego y poner a freír unas patatas nuevas. En los pueblos de montaña, es ahora el tiempo de la cosecha de la patata de secano.


Patata blanca, de tierra pobre, pero adobada con estiércol de oveja y bien drenada. Esa es la buena. Un mortero de alioli casero, unas chuletas de cordero lechal, un revuelto de setas y unas ensaladas mixtas aderezadas con unas láminas de boletus. Como el que no quiere la cosa pondremos en la brasa unos rovellones que siempre tienen aceptación... Sobre el sombrero unos ajos machacados, perejil y aceite de oliva... Pan de pueblo... El vino, nada especial, un clarete de la zona, con gaseosa o sin ella. De postre cualquier cosa. Eso sí, café y copita que no falten. Por mí, ya puede empezar la música...

RAFAEL FABREGAT

1521- LOS NÓMADAS ESTEPARIOS.

Entre los bosques ubicados al sur de la tundra siberiana y los fértiles valles que surgen en las regiones próximas al Índico, Asía es fundamentalmente tierra de estepas y desiertos. Sin embargo lo que a los occidentales pueda parecernos un territorio inhóspito siempre tuvo sus adeptos. Con una antigüedad no inferior a 5.000 años estas tribus esteparias nos dejaron una muestra de su historia y de su lucha diaria por sobrevivir. Lamentablemente, siendo sociedades nómadas, no nos dejaron evidencias físicas de ciudades, templos o monumentos, pero sí dejaron joyas labradas en toda clase de metales que demuestran su gusto por el arte.


La Historia les engloba fundamentalmente como "pueblos bárbaros" por el impacto que causaron entre las gentes sedentarias, dedicados a la agricultura y ganadería, de las regiones por las que pasaban. Las tribus nómadas, movilizadoras de grandes rebaños a lo largo de las estepas asiáticas, eran enemigos naturales de las comunidades sedentarias. Mientras agricultores y granjeros podían acumular recursos de un año para otro, las gentes nómadas no tienen otros bienes que aquellos de los que son portadores. La tentación de estos últimos por el pillaje pocas veces se veía frenada y el pastor itinerante se convertía a menudo en corsario de las estepas, hasta el punto de que podía segar la vida de sus opositores.


Estos movimientos migratorios fueron factor básico en el desarrollo de las comunidades asiáticas de Rusia, Asia Central y del Este. La historia de estas tribus nómadas es larga y compleja, pero de sus guerras y sus alianzas se crearon y destruyeron imperios que despues se llamaron Rusia, Mongolia o China, entre muchos otros. Claro que la fortaleza y determinación de aquellas gentes quedó frenada ante la aparición de cañones y mosquetes, contra los que las flechas de los arqueros montados a caballo poco tenían que hacer. Difícil es imaginar aquellas hordas de jinetes, ya no dedicados al pastoreo errante, sino a la conquista de mejores tierras y pastos a costa de desplazar a sus históricos dueños.



Vidas cortas pero fuertemente atadas a una lealtad que les brindaba la ilusión de ser premiados con el poder y una vida mejor para los suyos. La conformidad con la que sus ancestros habían vivido durante generaciones se vio de pronto truncada por la aventura de encontrar un mundo mejor, solo posible con el derramamiento de sangre propia y ajena. Indoeuropeos, mongoles y turcos se lanzaron a la conquista de otros pueblos, cuando no a la defensa de sus propias tierras. Turcos y Macedonios hacia las tierras de los Sakas y éstos, tras detener la expansión de Alejandro, hacia la Bactriana griega. La semilla de la guerra estaba sembrada y tendrían que pasar milenios hasta que los ánimos se calmaran. 


Los nómadas esteparios se habían desvanecido. Viejos, mujeres y niños quedaron cuidando el ganado, moviéndolo de un lado para otro en busca del mejor pasto posible, pero hasta allí llegaron los guerreros liderados por los kanes de Mongolia y Manchuria. La paz no estaba garantizada en ningún lugar del viejo continente. Fueron tiempos convulsos, donde la paz era una regalo efímero de los dioses, tan efímero como lo fue su legado para la Historia. En esos confines del mundo asiático, apenas quedan estructuras de aquellos tiempos. Tan apresurada carrera por ampliar las fronteras, no dejaba tiempo para construir templos ni ciudades. Era el peregrinaje de la guerra. 


Los nómadas eran gente de cultura muy básica. No eran pueblos, sino clanes, que medían su riqueza y posición aristocrática por las cabezas de ganado que poseían. La tierra era de de propiedad colectiva, de todos y de nadie. Era obligatorio tener un marcado carácter guerrero puesto que era legítimo robar las propiedades del enemigo. Para comer y evitar ser comido era necesario manejar perfectamente la espada y especialmente el arco y el caballo. La lucha se aprendía antes que el pastoreo y quien así no lo hacía no tenía el más mínimo futuro. Esta forma de vida les convirtió en grandes luchadores y en los mejores jinetes del mundo. El porqué de sus incursiones hacia Europa hay que buscarlo en la propia geografía. 


Como sucede con muchos negocios, el hecho de agrandase los asfixia. Más animales necesitaban más territorio. Al norte la taiga y la tundra; al sur los desiertos; al este las montañas Altai... Solo hacia el oeste podían dirigirse, en busca de las ricas praderas de Europa Oriental. La única forma de seguir creciendo era encaminarse hacia occidente. Pero su sistema de conquista, sin administración posterior, no era viable en un territorio tan poblado y acabaron siendo rechazados por las poblaciones sometidas, mucho más numerosas y de costumbres arraigadas. Su llegada, además de no aportar nada, significó un atraso para los países a los que llegaron.


Eran conquistadores parásitos. Absorbían la riqueza encontrada si aportar nada nuevo a los pueblos sometidos. Finalmente muchos de los atacantes acabaron integrados en aquellas civilizaciones occidentales de vida mucho más rica y completa. Otros volvieron a encontrarse con sus familias, en la tierra de sus antepasados. Demasiado divididos para compartir intereses comunes el empuje nómada acabó disolviéndose. El ciclo expansivo de los pueblos nómadas asiáticos había llegado a su fin. Nada aportaron a los lugares conquistados y finalmente la propia estructura de su mediocre forma de vida, acabó con ellos. Las aguas volvieron a sus cauces, al lugar del que nunca debieron haber salido.

RAFAEL FABREGAT

19 de septiembre de 2014

1520- ROMA ANTES DE CRISTO.

Según la leyenda Roma fue fundada por Rómulo, pero vayamos por partes... 
La mitología nos dice que la fundación de Roma está vinculada a Eneas, héroe troyano que huyendo de la destrucción de su ciudad llegó a las tierras del Lacio. Eneas era hijo del príncipe Anquises y de Afrodita; sobrino segundo del rey de Troya. Casado con Creúsa, en su huida de Troya su esposa murió al quedarse atrás y posteriormente se le apareció para decirle que su destino era ser el padre de una gran nación. Tenían un hijo (Ascanio) que sería fundador y rey de Alba Longa. El segundo hijo de Ascanio (Emulio) hizo desterrar a su hermano primogénito y matar a sus sobrinos, a excepción de Rhea Silvia que fue convertida en Virgen Vestal, con un celibato mínimo de 30 años. 

Sin embargo el dios Marte la secuestró violándola, a consecuencia de lo cual nacieron Rómulo y RemoEstá claro que los fundadores de Roma estuvieron de todo punto vinculados con los dioses (?) ya que si el primero de ellos (Eneas) ya fue hijo de la diosa Afrodita también sus descendientes (Rómulo y Remo) lo fueron del dios Marte. Curiosa forma que tenían aquellas gentes para entrelazar lo divino con lo humano... Autores clásicos como Tito Livio, Plutarco, Virgilio, etc. nos cuentan que hubo siete reyes a partir de Rómulo, pero no hay registros históricos y el tiempo total que transcurre entre en primero y el último suma 243 años, un número impensable de 35 años de media, imposible para la época de que se trata, pero los galos saquearon Roma tras la batalla de Alia, en el 390 a.C. y todos los registros históricos fueron destruidos.

La romana podría llamarse primera civilización democrática del mundo puesto que, a excepción de Rómulo su fundador, todos los reyes que le sucedieron fueron elegidos por el pueblo. Ninguno de ellos usó de la fuerza militar para acceder al trono. Aunque no hay documentación de los cuatro primeros, se sabe que a partir del quinto el rey era elegido por su capacidad y sus virtudes y no por la sangre que corría por sus venas. Una vez en el trono, eso sí, su poder era absoluto y vitalicio, actuando el Senado y la Curia como simples consejeros del rey cuando éste lo requería. El voto del Senado solo era imprescindible en caso de declaración de guerra a una potencia extranjera. A la muerte del rey, el Senado estaba obligado a nombrar sucesor en el plazo máximo de un año.


Como se ha dicho anteriormente solo siete reyes se citan en la monarquía romana:
- RÓMULO (753-717 a.C.)
- NUMA POMPILIO (717-674 a.C.)
- TULIO HOSTILIO (674-642 a.C.)
- ANCO MARCIO (642-617 a.C.)
- TARQUINIO PRISCO (617-578 a.C.
- SERVIO TULIO (578-534 a.C.)
- TARQUINIO EL SOBERBIO (534-509 a.C.)
Tras la expulsión de Tarquinio, en el año 509 a.C. el Senado abolió la monarquía y convirtió a Roma en República, forma de gobierno que duraría casi cinco siglos, hasta la ascensión al poder de César Augusto que se autoproclamaría emperador del Imperio Romano. Gobernaría entre el año 27 a.C. y el 14 d.C.

RAFAEL FABREGAT

1519- EL CEREZO ORNAMENTAL.

En el resto del mundo, quizás porque el dinero no sobra, somos más prácticos y cuando plantamos un cerezo es para poder degustar o vender tan preciado fruto, a la mayor brevedad posible. Sin embargo no sucede esto en otras partes del mundo asiático y muy especialmente en Japón, donde el cerezo es árbol ornamental por excelencia. Tanto es así que estos árboles no dan fruto alguno y solo se plantan por el deleite de verlos floridos durante el corto lapso de tiempo de un par de semanas como mucho. ¿Por qué extrañarnos?. También en todas partes del planeta plantamos flores de corte que se pasan en cuatro días y hasta se pagan fortunas por ellas.


Intenso pero corto placer el de la flor del cerezo, de apenas 10/15 días de duración, que bien podríamos comparar con el clímax del acto amoroso. Debemos pues entender que, al igual que en éste, la preparación y preliminares valen la pena tanto o más que el momento culminante y cenit de todo el esfuerzo realizado. A eso es a lo que llamamos amor. Por cierto, también en el cerezo los hay llorones. Tanto en los cuidados empleados al cerezo ornamental, como en el símil amoroso de las relaciones de pareja, se supone que la mayor satisfacción es que al final del camino uno pueda recibir la aprobación de quienes disfrutan del trabajo bien hecho.


- Oh, ¡sencillamente maravilloso!. ¡Qué vigor, qué potencia! -exclaman las féminas japonesas refiriéndose, claro está, al cerezo. Y deshaciéndose en elogios de parecida índole marchan del jardín encantadas, como flotando sobre una nube, mientras ellos caminan patizambos y dando tropezones sin saber muy bien qué ha pasado. Para recobrar la normalidad, unos y otras habrán de fumarse un cigarrillo y tomar una taza de saque. En fin, esto es lo que pasa en muchos países asiáticos en relación con el amor... y con el cerezo. Maravilla de las maravillas que, por desgracia, es demasiado efímero. Claro que, si durara más tal vez no gustaría tanto. ¡O tal vez sí, no lo sé...!


Al cerezo ornamental japonés, de la familia de las rosáceas, se le llama "prunus serrulata", que vaya también con el nombrecito... pero, claro, allí es emblema nacional y forma parte del patrimonio legendario del país. En fin, allá cada cual. Menos mal que no precisa poda y acepta todo tipo de suelos, porque si tanto hubiera que esforzarse uno...
Dicho todo lo anterior pido perdón, sobre todo a los japoneses, por haber escrito en clave de humor sobre este árbol para ellos emblemático. Su gran atractivo floral y comodidad de cultivo han hecho que podamos encontrarlo en cualquier país del mundo, lo cual dice mucho a su favor y no seré yo quien discuta sus valores...


La "sakura" o flor del cerezo, es símbolo predominante de la cultura japonesa. Con motivo de su floración se lleva a cabo el Festival Hanami durante el cual familiares y amigos se reúnen en los parques, bajo la sombra de las tupidas flores, compartiendo la comida que llevan entre todos. Las hojas de este árbol ornamental no salen hasta después de la florarión, quedando a partir de ese momento y hasta el invierno, con el verde intenso de éstas. Esta celebración es en Japón símbolo de la vida y la muerte, algo que la naturaleza nos brinda cada año en todas las especies vegetales de hoja caduca. Sin embargo en China, la flor del cerezo se asocia a la belleza y dominio femeninos, simbolizando fortaleza y poder. 
¡ Hay que ver cuanto saben estos chinos...!

RAFAEL FABREGAT