31 de diciembre de 2025

3318- EL PELIGRO INVISIBLE.


En el mundo actual, líneas de alta tensión, antenas de telefonía móvil, emisoras de radio y televisión y un largo etcétera, emiten ondas electromagnéticas que, aunque desconocemos hasta donde llega su peligrosidad, emiten ondas de RadioFrecuencia que sin duda han de tener efectos peligrosos para nuestra salud. Nadie informa sobre estas cuestiones ya que estudios realizados sobre este asunto han dado resultados contradictorios. Lo que está claro es que la humanidad de hoy demanda estas utilidades y nadie se atreve a discutirlas y menos aún quienes se benefician económicamente de ello. Lo cierto es que ignoramos hasta que punto nos afectan todos estos adelantos del "primer mundo", pero nada bueno sin duda.

  
No es para nada imparcial, pero las compañías de telefonía móvil nos cuentan que las radiaciones magnéticas de las torres de telefonía son muy leves y, además, se emiten en horizontal, de tal manera que no afectan a la gente que hay debajo de ellas. Nosotros nada sabemos al respecto, pero sí sabemos que quienes realizan trabajos en dichas antenas se ponen trajes especiales para evitar esa radiación (?). Por algo será. Yo desde luego nunca permitiría que una antena de ese tipo se instalara en el tejado de mi casa. Lo que sucede que el dinero es muy goloso y se pagan importantes incentivos para colocar esas antenas en edificios estatales o no, pero casi nunca en propiedades particulares.


Ante cualquier duda, nuestros médicos te piden una radiografía, un scaner, una resonancia magnética, una ecografía, etc., etc. En cuanto a electricidad y telefonía, n
os cuentan que las radiaciones electromagnéticas existen pero, además de ser de baja intensidad, éstas desaparecen casi por completo a distancias superiores a los 50 metros. No vamos a decir que nos engañen pero, con la implantación masiva del 5G la telefonía ha aumentado notablemente el poder dañino del magnetismo emitido por esta nueva telefonía de superior alcance. A nadie le pasa nada por circular cerca de estas fuentes nocivas para nuestra salud, pero otra cosa es tenerlas sobre nuestra casa o en edificios públicos, sobre todo si se trata de colegios. Se sabe que la RadioFrecuencia afecta mucho más a niños que a mayores, lo que los hace especialmente vulnerables si dichas antenas están cerca de los centros escolares. 


Resulta lamentable comprobar que cada día son más los niños de corta edad (8-10 años) portadores de teléfonos móviles. Está claro que ellos insisten en que sin el teléfono quedan aislados de sus amigos, pero a esas edades deberían estar jugando a otras cosas y no estar todo el día con el móvil conectado. Independientemente de las radiaciones propias del aparato, el juego convencional al aire libre les aporta distracciones acordes a su edad y un progreso cognitivo necesario para un desarrollo social muy superior al del uso de la telefonía móvil. Eso sin contar lo dañino que puede ser la visión de determinados contenidos, para nada aconsejables a su edad. Dicho esto, cada cual es libre de hacer lo que crea conveniente. Faltaría más, pero...

Rafael Fabregat Condill

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