Sí, sí... Ya sé que alguno de vosotros dirá: Este tío está loco, pero... Nada más lejos de la realidad. Todavía sé lo que me digo. Ahora lo que falta es que me comprendáis. En la década de los años 80, una famosa socióloga investigó la supervivencia de las personas infartadas y constató que todos los primeros de la lista estaban en posesión de una mascota y la mayoría era un perrito, aunque la lista continuaba con gatos, pájaros, etc. que demostraron ser igualmente eficaces. Los caballos también se sumaron a la lista de animales terapéuticos. Y ahora viene la pregunta del millón... ¿Cómo curan los animales?. Bueno, naturalmente los animales no te curan, sino que eres tú quien alivias tus malestares al contacto con ellos.
Tratádose de un perrito, siempre cariñoso con su dueño, es la interacción con el animal lo que favorece tu estabilidad emocional. Para los psiquiatras la conducta de los animales hace que las personas se relajen y beneficien con ello la salud de sus dueños. Ellos, especialmente los perros, te ofrecen su cariño sin pedir nada a cambio. Para ellos no tiene importancia alguna que seas guapo o feo, rico o pobre. Solo buscan tu compañía. Eres tú quien busca y siempre encuentra, la grata respuesta de tu mascota. Para él no hay días buenos o malos, siempre te dará una respuesta agradable, lo cual hace que te sientas aceptado como persona. Sin duda alguna, no hay mejor amigo.
Esto no sucede con las personas, puesto que depende de como te encuentres ese día, para reaccionar de un modo u otro. Es desesperante que tu ofrezcas cariño y la otra persona no esté en condiciones de corresponderte de la misma manera. Eso jamás ocurre con tu mascota, a la que siempre encontrarás de la misma manera. Parece que la interacción entre animales y personas funciona mejor que con animales de la misma especie. No hay disputa entre el perro y su dueño, como puede suceder entre los de la misma especie. Esto quedó grabado en nuestra psique millones de años atrás y, aunque en el mundo de hoy hayan cambiado tantas cosas, sigue inalterable. No hay competencia entre nosotros y esa es la razón del amor que los animales nos regalan.
En un momento determinado puede haber un cierto rechazo a tu abrazo, porque no todos están como tú en ese momento. Tu puedes estar eufórico, mientras la otra persona esté sin ganas de nada. Eso no te pasará jamás con tu perrito, pues él siempre tiene ganas de jugar contigo. El perro sigue al dueño y si en un momento determinado el dueño lo castiga, a los cinco minutos puede llamarlo que volverá a buscar tu compañía, como si nada hubiera sucedido. El 45% de las familias españolas tiene perro, gato o ambas cosas y, como se ha dicho antes, quedó demostrado que estos animales, además de ser un miembro más de la familia, ofrecen a sus dueños una fuente de salud ya que rebajan el estrés y la hipertensión, reduciendo las visitas al centro de salud. Especialmente en el caso de viudas pues tienen las mismas virtudes o más, que la mejor de sus amigas.
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