25 de diciembre de 2025

3312- EL TIEMPO VUELA.


Los jóvenes piensan que el tiempo pasa despacio mientras que a los mayores nos parece que pasa volando. ¿Por qué es esto así?. La respuesta la saben todos. La juventud tiene ilusión y anhelos que ellos consideran (y lo son) especiales y la espera se les hace larga. Sin embargo a los viejos, si tienen buena salud y viven sin privaciones de ningún tipo, les parece que el tiempo vuela, con el desespero añadido de saber que cada día que pasa es uno menos que les queda de esa agradable sensación, que es vivir sin preocupaciones de ningún tipo. Claro que tanto en un caso como en otro, se trata del mismo tiempo y la misma duración. Los relojes de unos y otros van al mismo ritmo. Es una cuestión de deleite en ambos casos, unos esperan que llegue y otros que no se acabe pero, para bien o para mal, ninguno de los dos saben cuanto durará. 


El tiempo lo es todo. Trabajamos para ganar el dinero que nos permita obtener cosas que nos permitan vivir mejor, es decir: Disfrutar el tiempo que nos ha sobrado tras dedicarnos al trabajo, para disfrutar sin preocupaciones económicas. Hay muchas cosas, por no decir todas, que tienen que ver con el tiempo. No es lo mismo ver un partido de fútbol en directo que verlo grabado. ¿Cual es la diferencia?. Pues el tiempo. El saber que ya ha sucedido le quita toda emoción, aunque no sepas cual ha sido el resultado. El tiempo, esa cosa fugaz e inmaterial, marca el ritmo de todas las cosas. De ahí nuestra fascinación, aunque sea incontrolable. Nadie puede pararlo, ni aumentar su velocidad. Él va a su ritmo, segundo a segundo. Puedes parar el reloj, pero no el tiempo. Lo que todos sabemos, eso sí, es que el tiempo que pasa no vuelve jamás.


Siendo así, porque así es, no podemos perderlo. Cada minuto tiene que ser aprovechado y así sucede, cada cual a su manera. Cuando otra persona te dedica un tiempo de su vida, escuchando quizás tus inquietudes, te está haciendo el mayor de sus regalos. Es algo a lo que quizás no le prestamos la debida atención. Ese tiempo a ti dedicado, hubiera podido aprovecharlo en otra cosa más interesante para su vida o sus intereses y te lo ha cedido a ti. ¿No es eso de agradecer?. El tiempo es el mismo para todos, sin importar que vivas en el centro de Nueva York o en la más humilde choza de la sabana centroafricana. Claro que unos están sentados en una terraza tomándose un refresco y otros están buscando algo de agua para poder sobrevivir. Es el mismo tiempo pero no la misma vida, esa es la diferencia. 


Con todo lo anteriormente dicho, queda claro que el tiempo es algo subjetivo, dado que cada cual lo vive y lo interpreta a su manera. Para quienes se dedican a medirlo tiene una duración exacta, física e irrefutable, pero los demás lo vemos largo o corto, según si disfrutamos o padecemos. No hay por qué extrañarnos, siempre ha sido así. Para los animales el tiempo no existe y eso es lo que ganan o lo que se pierden pero, para los humanos, el tiempo es oro y con ello solo se pretende decir que hay que vivirlo de la mejor manera posible y no desperdiciarlo jamás. Sería de locos hacerlo, habida cuenta que es lo único que tenemos en este mundo y hay que exprimirlo al máximo. Solo se vive una vez y lo único que podemos hacer es aprovechar la vida disfrutando del ocio, pero también del trabajo. Si lo haces a gusto, no es trabajo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario