15 de agosto de 2020

3009- EL PRIMER FARAÓN.

En la antigüedad, tanto en Egipto como en el resto del mundo, había un reyezuelo en cada pueblo y posteriormente en cada región, todos ellos enfrentados entre sí por el poder, pero aquello fue evolucionando y los territorios dominados se ampliaron, formando reinos más o menos amplios que, no obstante, seguían luchando entre sí. No es fácil garantizar nada pero se cree que el primer faraón de Egipto fue Narmer, sucesor de los protodinásticos Horus, Horus Escorpión II y Horus Ka, todos ellos reinantes entre el 3100 y el 3050 a.C. en un Egipto diversificado. Seguidores de aquellos pequeños reyezuelos señalados anteriormente. Se considera que Narmer ó Menes, fue el unificador de Egipto y fundador de la I Dinastía. Los egiptólogos llegaron a esta conclusión gracias a la "paleta" que lleva su nombre (Paleta de Narmer) y que lo muestra como unificador del reino, así como los sellos encontrados en la necrópolis de Abidos que lo muestran como primer rey de la I Dinastía. 

Otra prueba apoya la tesis: la maza de Narmer, una cabeza de maza de ceremonia, tallada en piedra caliza y datada en el 3000 a.C. Lleva su nombre y fue encontrada en el siglo XIX, en una de aquellas primeras excavaciones que significaron el despertar del interés mundial por la civilización egipcia. Actualmente se conserva en el Ashmolean Museum de Oxford.
Fue a partir de esa fecha, unos 5000 años atrás, cuando los faraones lograron unificar el valle y delta del Nilo y es esa unificación la que se describe en la Paleta de Narmer. 
Es sin duda alguna uno de los documentos más antiguos que se conocen. Para los egiptólogos, la única duda es la de si Narmer y Menes son una misma persona o si son dos faraones distintos, aunque coinciden en que se trata de un mismo personaje.
La civilización egipcia fue una de las más poderosas y longevas que ha existido nunca. El país siempre estuvo formado por dos realidades geográficas: la mitad sur o Alto Egipto, formado por una estrecha franja fértil junto al Nilo y la mitad norte o Bajo Egipto, con un delta de vastas llanuras inundables y por ello extremadamente fértiles. 

Sus habitantes la llamaban "Kemet", que significaba "tierra negra", por el abundante limo que el río depositaba en cada una de sus crecidas y que aseguraba cosechas extraordinarias. Las etiquetas de marfil de la foto adjunta fueron halladas en las tumbas reales de Abydos, están datadas en el año 3200 a.C. y son la escritura jeroglífica más antigua que se conoce, más aún que la paleta y maza de Narmer. Eran una forma de identificar los diferentes elementos del ajuar funerario del faraón. Los primeros faraones eligieron para su descanso eterno una zona abrupta y desértica, en la parte occidental del Nilo. Se trata de Abydos, actualmente llamada Umm el Qaab. Era para ellos un lugar especialmente elegido. Solo los farones predinásticos y los de las Dinastías I y II ocuparon dicho lugar. Se trataba de los reyes que habían iniciado y completado la unificación de Egipto. 

Con ello, la unificación de las tumbas justificaba el poder real y les daba autenticidad. Lo de Abydos era claramente una antigua corte real bajo tierra. Primeramente las tumbas reales estaban excavadas en el suelo del desierto y constaban de una cámara real revestida de madera y otras secundarias. 
Esas cámaras secundarias estaban ocupadas por el ajuar funerario del rey y por sus acompañantes, ya que parte de la élite real y sus más fieles servidores solían acompañar al faraón en su viaje al más allá, en la creencia de que continuar a su servicio tras la muerte era un destino ideal y gratamente deseado. Todas se cubrían de tierra una vez recibido el material y los cuerpos de los difuntos. Se ignora, sin embargo, si todos los enterrados junto al faraón estaban de acuerdo con esta práctica o si se trataba de sacrificios rituales. 

Pirámide más antigua. Faraón Zoser. 2700 a.C.
A mediados de la I Dinastía, la cámara funeraria del faraón ya se revistió de piedra, apareciendo un nuevo elemento que era la escalera de piedra que permitía cubrir la sepultura antes de la muerte del rey para posteriormente meter los cuerpos, el tesoro y demás elementos para el "Viaje a la Eternidad". Para que aparecieran en escena las pirámides faltaba algún tiempo, no mucho, ya que la primera esta datada en el 2700 a.C., tres siglos después del inicio de esta historia. Antes se utilizaron las mastabas, una especie de losa que, de una o dos alturas, cubría toda la zona de enterramiento para conservarlo todo lo que había debajo adecuadamente. Las más suntuosas llegaron a tener hasta 20 metros de altura.

RAFAEL FABREGAT

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