Donde dije digo, digo Diego. Mejor que así sea, si es para bien. Hoy ha quedado demostrado que si el turismo nacional también falla en España, no será por miedo a la nueva expansión del Covid-19, sino porque no han un duro para gastar. Como ya comenté en mi entrada anterior, hasta ayer todo fue mediocridad por las playas castellonenses. Ante noticias tan aterradoras por el rebrote del virus (ayer mismo nos informaron de más de 1.500 infectados en las últimas 24 horas) todos pensábamos que la gente (mayor) tenía miedo y se habían quedado en sus casas, pero hoy ha quedado demostrado que no era ese el motivo de haber faltado este año a la cita vacacional. En años anteriores, apenas los niños acababan el periodo escolar, los abuelos ya se trasladaban a las zonas costeras para disfrutar de las playas y demás infraestructuras turísticas.
Este año no ha sido así y, tras los continuos rebrotes de la pandemia, muchos negocios ni siquiera habían abierto pensando que apenas nadie cogería vacaciones. Pues bien, nos equivocamos. No era cuestión de miedo, sino de falta de dinero. La prueba es que hoy, día 1 de Agosto, han llegado todos como si nada pasara. Si fuera cuestión de miedo al virus no habrían venido ni antes ni ahora, pero aquí están. Eufóricos, sí, pero con el dinero justo para unos días de Agosto y pare usted de contar. Gasto en el supermercados pero no en restaurantes y cafeterías. La lengua es un músculo fácil de mover a voluntad y conveniencia, pero la realidad es muy distinta. Aunque tarde, han venido y a su regreso podrán presumir de que, a pesar de los pesares, no han faltado a su cita con las vacaciones playeras de rigor. Que haya sido una semana, en lugar de 15 o 30 días, y que cuando pidan un refresco de cola pidan dos o tres pajitas, es harina de otro costal.
¿Tan difícil es quedarse en casa, donde a mi modesto entender estarían mejor que aquí?. Pues sí es difícil porque, quien presume de lo que no tiene, queda obligado a dar explicaciones a quien no tendría el por qué. La gente somos así. Se ve que no podemos evitarlo. Cuando tenemos porque tenemos, pero cuando el dinero se acaba y se da la vuelta a la tortilla, hemos de seguir presumiendo para evitar que se rían de nosotros. Eso a quien le importe claro, porque todos no somos así. Para algunas personas, la mejor satisfacción de las vacaciones es el hecho de poder presumir de ellas.
- Buenos días señora Paca... ¿Ya han regresado de vacaciones?.
- ¡Ay sí chica!. Hemos estado en la Costa de Azahar, en Marina d'Or. ¡Lo hemos pasado genial!.
No hay que entrar en más detalles porque, claro, no vamos a decir que hemos estado solo unos días y hemos compartido las bebidas, porque no teníamos dinero para más.
- El que quiera saber, que estudie -piensan los que quieren y no pueden.
RAFAEL FABREGAT
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