
La nebulosa creadora de estrellas suele encontrarse en galaxias en espiral y en las irregulares, ya que las elípticas suelen ser cuna de estrellas viejas y tener escaso material de formación estelar.
Algunas veces se denomina nebulosa a lo que realmente son galaxias o cúmulos de estrellas puesto que, hasta la implantación de los importantes telescopios que existen actualmente, cualquier objeto celeste de contorno difuso tenía esta denominación. Ante las enormes distancias que nos separan, alguna de esas galaxias denominadas nebulosas, pueden tener millones de estrellas y tamaño superior al de nuestra Vía Láctea.

Las llamadas "nebulosas de emisión" son las que brillan como consecuencia de la intensa radiación ultravioleta de estrellas próximas gigantes y calientes. Esa radiación excita el gas de la nebulosa y hace brillar los diferentes elementos químicos que la componen. El color más visible es el rojo, aunque también son visibles otras líneas de emisión provocadas por el helio, nitrógeno, hierro, etc. Son regiones de formación estelar en las que se albergan multitud de jóvenes estrellas y algunas en proceso de formación. Una de las más famosas es la nebulosa del Águila, llamada popularmente "Los pilares de la creación".

Las "nebulosas de reflexión" son aquellas cuyos gases no llegan a excitarse, debido al escaso calor de las estrellas cercanas a ellas, incapaces de emitir la necesaria radiación ultravioleta. Normalmente se trata del gas sobrante de la creación de dichas estrellas y por lo tanto su potencial lumínico es el mismo que el de las estrellas que lo generan. El caso que explica gráficamente este fenómeno es el de la nebulosa que rodea a la estrella Mérope, en el cúmulo de "Las Pléyades".

Pero, en fin, vamos a dejarlo porque el tema es tan complejo que no acabaríamos nunca...
RAFAEL FABREGAT