El 7 de Julio empieza la fiesta grande de esa ciudad, en la que jóvenes y viejos se lanzan a la calle a disfrutar esta fiesta sin igual de los encierros pamplonicas. Cada cual en su lugar. Los jóvenes haciendo "su carrera" particular: Cuesta de Santo Domingo, Mercaderes, Estafeta, Telefónica... y los viejos, tras la barrera, en el bar, o viendo el encierro en el balcón de su casa. Allí de lo que se trata es de pasárselo lo mejor posible, sin meterse con nadie. ¡Allá cada cual con su vida!.
El día anterior el "chupinazo" y al siguiente el primer encierro. Cánticos al santo y salida de los toros bravos por el recorrido de costumbre. Cuesta de Santo Domingo, Ayuntamiento, calle Estafeta y directos hacia la plaza de toros. Después quedada en la Plaza del Castillo a tomar esos vinos que comentábamos o la fresca cerveza de barril.
Lo principal en esto, como en casi todas las cosas de la vida, es ser joven. Los jóvenes, han sido y serán los dueños de la fiesta y del mundo.
Los viejos poca cosa podemos hacer ya. Algunas tapas con poco alcohol y mucha siesta. El mundo es de los jóvenes y son ellos los que deben decidir que se hace y cuando se hace. Nuestros tropiezos no sirven para allanar su camino y son ellos los que, como nosotros antaño, deben tropezar para saber donde se esconde cada una de las piedras o zancadillas que los desalmados siempre ponen por en el camino, unas veces por simple envidia y otras por ambiciones malentendidas.
Pero volvamos al inicio de la entrada...
Por uno u otra motivo, hemos visitado varias veces Navarra y también naturalmente Pamplona.
Nuestro cuartel general es siempre el Hotel MAISON NAVE**** ubicado en el número 20 de la calle Nueva, a escasos 100 metros de la plaza del Ayuntamiento.
No es de superlujo pero lo tiene todo y lo tiene muy bien... con la ventaja de estar en el mismo centro de Pamplona, a dos pasos de cualquier lugar de interés.
El parking a 50 metros del hotel, la atención óptima, sus habitaciones perfectas y su restaurante, en la última planta del edificio, con unas vistas espectaculares de la ciudad y una comida excelente. También sus precios son razonables, pero hay un aspecto negativo...
Durante las fiestas de San Fermín este hotel y todos los céntricos de Pamplona, sufren un aumento de precios del 600/800%. Hay que disfrutarlos pues, fuera de esas fechas. De todas formas, si lo que se pretende es disfrutar la semana de San Fermín... ¡To-co-toc, a retratarse toca!.
Esta imagen es de las 16,45h. del día 6 de Julio de 2011, según la WebCam colocada en la Plaza del Castillo. Como se puede ver, la fiesta ya había empezado y a los jóvenes no les importaba demasiado el sol abrasador que estaba cayendo en la plaza a esas horas de la tarde. Algunos ya descansaban sobre el césped.
De madrugada, cuando el cansancio apretaba, los parterres de la plaza del Castillo y su parking público subterráneo acogieron a todos aquellos que lo necesitaron aunque, para que alguien se duerma en semejante lugar, hace falta algo más que sueño... ¡No pasa nada, allí hay de todo!.
RAFAEL FABREGAT
Lo principal en esto, como en casi todas las cosas de la vida, es ser joven. Los jóvenes, han sido y serán los dueños de la fiesta y del mundo.
Los viejos poca cosa podemos hacer ya. Algunas tapas con poco alcohol y mucha siesta. El mundo es de los jóvenes y son ellos los que deben decidir que se hace y cuando se hace. Nuestros tropiezos no sirven para allanar su camino y son ellos los que, como nosotros antaño, deben tropezar para saber donde se esconde cada una de las piedras o zancadillas que los desalmados siempre ponen por en el camino, unas veces por simple envidia y otras por ambiciones malentendidas.
Pero volvamos al inicio de la entrada...
Nuestro cuartel general es siempre el Hotel MAISON NAVE**** ubicado en el número 20 de la calle Nueva, a escasos 100 metros de la plaza del Ayuntamiento.
No es de superlujo pero lo tiene todo y lo tiene muy bien... con la ventaja de estar en el mismo centro de Pamplona, a dos pasos de cualquier lugar de interés.
El parking a 50 metros del hotel, la atención óptima, sus habitaciones perfectas y su restaurante, en la última planta del edificio, con unas vistas espectaculares de la ciudad y una comida excelente. También sus precios son razonables, pero hay un aspecto negativo...
Durante las fiestas de San Fermín este hotel y todos los céntricos de Pamplona, sufren un aumento de precios del 600/800%. Hay que disfrutarlos pues, fuera de esas fechas. De todas formas, si lo que se pretende es disfrutar la semana de San Fermín... ¡To-co-toc, a retratarse toca!.
De madrugada, cuando el cansancio apretaba, los parterres de la plaza del Castillo y su parking público subterráneo acogieron a todos aquellos que lo necesitaron aunque, para que alguien se duerma en semejante lugar, hace falta algo más que sueño... ¡No pasa nada, allí hay de todo!.
RAFAEL FABREGAT
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