9 de julio de 2011

0416- EL ESCARABAJO PELOTERO.

Con 375.001 especies de escarabajos que pueblan la tierra, tenía que hablar yo precisamente del escarabajo pelotero... pero, en fin, ¡alguna tenía que ser! Esta especie era muy común en mi niñez, o sea, en épocas remotas.

Aquello que hemos visto en más de una ocasión, en películas medievales, de asomar la cabeza por la ventana y gritar...
- ¡Agua va!, era el Padrenuestro de cada día.
Y lo peor, es que nunca era agua lo que por la ventana se lanzaba. Sin agua corriente ni desagües en las casas, los más pudientes y recatados lanzaban a la calle agua sucia de lavar los cacharros de la cocina, con algunos granos de arroz. 
Claro que la gente más ordinaria y falta de la más mínima educación, que eran la gran mayoría, echaba la de lavar los platos, las menores y (en algún caso) hasta las mayores. 

No todos, claro está, porque algunos tenían patio interior. Otros criaban dentro de la casa animales para el consumo, o guardaban las caballerías para las labores del campo y aguas menores y mayores se tiraban al estiércol de los animales.
Cuando en el establo el estiércol llegaba a una cierta altura, se procedía al vaciado. Se cargaba sobre el carro de labor y se sacaba a las afueras del pueblo en zonas destinadas al efecto. Invariablemente y sin tener derecho alguno sobre la zona ocupada, cada vecino siempre solía depositar su estiércol en la misma parcela extramuros, al borde de los caminos de acceso a la población.
Se le llamaba Soto, al lugar destinado a tal fin y muy especialmente cuando se encontraba vacío. Este trabajo se hacía siempre a primera hora de la mañana para que, cuando los vecinos preparaban sus pertrechos para marchar a sus labores agrícolas, la limpieza del corral y de la calle donde había sido cargado el carro, estuviera ya realizada a fin de evitar en lo posible los malos olores al vecindario. 

Me choca que esto fuera así, en unos tiempos en que (casi) todas las casas tenían parecidos olores a estiércol fermentado, con la única diferencia del tipo de animales de que se tratara. Sin traspasar el quicio de la puerta, sabías de inmediato si en la casa se criaban conejos, gallinas o cerdos. El estiércol de cada animal tiene su olor particular.

El carro agrícola, lleno de estiércol hasta más arriba de los varales, avanzaba lentamente al paso del mulo todavía medio adormecido por el cansancio diario. Si el carro era de dos ruedas la descarga era más fácil. El vecino desataba la correa "barriguera" y levantaba las barras a modo de volquete. La caja del carro se vaciaba por completo y allí donde no había nada, aparecía un buen montón de estiércol con el que adobar la tierra para la preparación de un posible campo de patatas u hortalizas. 

Antes de que el vecino terminara de atarle todos los correajes al mulo para volver a la casa, de todas direcciones acudían decenas de escarabajos peloteros. Trabajadores incansables escarbaban el montón como auténticas fieras a la búsqueda de los mejores bocados, que amontonaban con gran presteza y eficacia.

Ya con la cantidad necesaria hacían su camino de regreso con la pelota, mejor perfilada a cada paso que daban en dirección al lugar elegido. Allí las enterraban a modo de despensa y futuro nido de sus retoños. La operación de recolección y almacenaje no era baladí. La apestosa pelota tiene la importante función de ser cuna y despensa de las crías allí depositadas, por medio de los huevecillos que en el centro de la misma se insertan. Como podemos comprobar cada día, el instinto maternal de los animales supera muchas veces al de las personas. 

Todo gira alrededor de la procreación, la perpetuación de la especie y en las condiciones más favorables posibles para los hijos. El escarabajo pertenece a la familia de los coleópteros y en nuestra tierra tiene variedades y nombres comunes tan variopintos como Mariquita, Gorgojo, Barrenillo, etc.
Se diferencian de otros insectos voladores en que sus primeras dos alas son duras, a modo de escudo llamadas élitros. Les protege el tórax y el abdomen. 
Para poder volar tienen que levantarlas para dejar al descubierto a las alas voladoras que están debajo y atrás. Al posarse bajan otra vez la "cubierta" para protegerlo todo. 
Otra característica de los coleópteros es la completa metamorfosis que sufren para reproducirse. Huevo, Larva (gusano), pupa (capullo) y escarabajo adulto. 
Sea cual fuere la especie de que se trate, todos ellos depositan los huevos en lugares propicios para la alimentación de la prole recién salida del huevo. 
Los llamados necrófagos, buscan cadáveres de pequeños animales y tras enterrarlos hacen allí la puesta.

El escarabajo en uno de los invertebrados con mayor diversidad de especies y aunque pocos, algunos han conquistado incluso el medio acuático, especialmente agua dulce. También habitan las regiones polares y los más secos y calurosos desiertos del mundo.

Estos últimos, incapaces de volar y cuyos élitros hacen una especie de cámara que les permite retener la humedad presentando una cutícula más dura y rugosa, producen también una secreción a la que se adhieren partículas de arena que les sirven de camuflaje. También tienen bastante más largas las patas, a fin de que el vientre no esté en contacto con la ardiente arena del desierto. De todas formas, la mayor parte de las especies que viven en medio tan inhóspito permanencen enterradas durante el día y solo salen por la noche. ¡Como la juventud actual!. De todas formas, hay también una especie de escarabajo pelotero, llamado el "pelotero unidireccional o tempranillo". 

No es exactamente como el de la foto, puesto que solo tiene dos patas y es el más peligroso. Es pequeño, pero de visión unidireccional y con más veneno que la serpiente de cascabel. Solo es capaz de ver el objetivo que se ha marcado lo que hace que, si puede, acabe con todo aquel que se ponga por delante. ¡Cuidado con esta especie! Es un consejo de alguien que se cruzó por delante de uno de estos miserables bichos mal nacidos. De todas formas siempre queda la solución de aplastarlos con el pie, cosa para la que no todos estamos capacitados puesto que, algunos como yo, cuando vemos un camino de hormigas saltamos para no pisar ninguna. 
Para el resto de las especies del planeta, tanto en el reino animal como en el vegetal, se trata de nacer, crecer, reproducirse y morir. La vida es simple y elemental, complicada la hacemos nosotros, especialmente el "Escabajo pelotero unidireccional o Tempranillo"...

RAFAEL FABREGAT

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