1 de junio de 2017

2425- LAS CATACUMBAS DE DOMITILA.

Se ha escrito mucho sobre las catacumbas que hay bajo la milenaria ciudad de Roma, pero no por ello deja de haber novedades al respecto. En este momento son dos los cubículos de la Vía Ardeatina que han sido restaurados por el Vaticano con tecnología láser. Domitila es el nombre de la familia que da nombre a este cementerio paleocristiano. Se trataba de un miembro de la familia de Los Flavios y emparentada también con el emperador Domiciano, al parecer su sobrina. Los lazos de sangre con el emperador no la libraron de la persecución que entonces se libraba contra los cristianos del siglo I por lo que, a causa de sus contactos con los discípulos de Jesús, fue condenada al exilio. Sin embargo no falta la duda puesto que había dos mujeres con ese nombre y las dos eran parientes del emperador y vivieron en el mismo siglo I.


Las dos mujeres fueron exiliadas, la una a Ponza y la otra a Ventotene. En la parte superior de las catacumbas existen inscripciones de que esos terrenos eran propiedad de Flavia Domitila, pero es imposible saber de cual de ellas se trataba. La cuestión es que con motivo de su exilio Domitila puso a disposición de la comunidad cristiana aquellos terrenos para que sirvieran como último lugar de reposo de los seguidores del cristianismo. Primeramente se trató de pequeños núcleos de tumbas pero la creciente expansión del cristianismo hizo que se tuvieran que perforar hasta 12 Km. de galerías en cuatro plantas superpuestas. Además de los 150.000 nichos excavados en sus paredes, existen también algunas estancias especialmente elaboradas y destinadas sin duda a personajes más importantes. 

Los mausoleos que nos ocupan en el día de hoy están decorados con frescos, uno de los cuales perteneció a una familia aristocrática que en el siglo IV controlaba la Annona, institución que se ocupaba de la compra y distribución del trigo que llegaba a Roma a través del puerto de Ostia. La tumba presenta a Jesús con sus doce apóstoles pero también su dueño aparece retratado con la báscula que usaba para pesar el grano. En el techo está representada su actividad mercantil, la molienda del trigo y su conversión en pan. Los arqueólogos han estado más de dos años trabajando en la recuperación de estos mausoleos, a fin de eliminar la mugre y el humo que las cubrían desde hace 1700 años. La técnica de limpieza con láser ha resultado altamente beneficiosa puesto que distingue la escala cromática y respeta por tanto los colores originales.


En una estancia más pequeña llamada "de introducción", unos frescos presentan a los dos difuntos que acceden al Paraíso y llevados frente a Jesucristo. En la misma escena hay dos santos que se cree representan a Nereo y Aquileo, dos soldados romanos que se negaron a matar cristianos y por ello fueron martirizados y posteriomente muertos y enterrados en estas catacumbas. La escena resulta novedosa puesto que intenta que visualicemos el contacto de los difuntos con Jesús y con los santos. También hay escenas de Adán y Eva en el Paraíso, la del sacrificio de Abraham con su hijo Isaac y la de Noé con su Arca. Tal como decía Tertuliano en el siglo II, los cristianos vivían como el resto de los ciudadanos, siendo la única diferencia que ellos confiaban y esperaban otro mundo mejor, que llegaría tras la muerte para las personas de bien.

RAFAEL FABREGAT

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