Cardona es un municipio de la provincia de Barcelona (España). Todo allí es diferente y muy especial. Un imponente castillo, fortaleza medieval más importante de Cataluña; la Colegiata de Sant Vicenç, como tesoro de la cultura cinematográfica europea y la Montaña de la Sal, una excepcional mina que, lejos de disminuir, crece cada año que pasa.
Dominando la población, el valle salino y el río Cardener, se levanta una fortaleza medieval construida el año 886, por Wifredo el Velloso, de gran valor histórico y artístico. El castillo de Cardona alberga elementos románicos y góticos que rodean la Sala Dorada y la Sala dels Entresols. Los duques de Cardona, que llevaron a cabo restauraciones y ampliaciones, fueron en el siglo XV la familia más poderosa del Reino de Aragón después de la Casa Real, motivo por el cual les llamaban cariñosamente "reyes sin corona". Tanto era su poder, que dominaban grandes extensiones de tierra y palacios, tanto en Aragón, como en Cataluña y Valencia. En 1714, durante la Guerra de Sucesión, el asedio de las tropas reales de Felipe V destruyó buena parte de sus murallas. La joya principal de este castillo es la llamada Torre Miñona, de 15 metros de altura, y la Iglesia románica de San Vicente. Actualmente albergan un Parador de Turismo.
La Colegiata de Sant Vicenç fue impulsada por el abad Oliba y construida entre 1029 y 1040, se encuentra en perfecto estado de conservación y constituye uno de los mejores testimonios del primer románico catalán. Esta iglesia se mantuvo como abadía canónica hasta 1592, momento en que se transforma en colegiata secular. El dominio castrense del castillo en 1794, fuerza la marcha progresiva de los monjes hasta que finalmente el templo se convierte en almacén militar del ejército. Declarado este conjunto Monumento Nacional en 1931, es en 1949 cuando se lleva a cabo su total restauración para finalmente convertirlo en Parador de Turismo. La iglesia es eminentemente románica, con detalles lombardos y cimborrio octogonal. Es de planta de cruz latina con tres naves, transepto y tres ábsides semicirculares, con interesante cripta bajo el presbiterio y ábside central.
A poco más de un kilómetro de Cardona está la emblemática Montaña de Sal, una antigua mina explotada a cielo abierto desde el Neolítico. El descubrimiento de sales potásicas a principios del siglo XX hizo que se abrieran pozos subterráneos y se duplicara la población de la ciudad. Esta explotación minera cerró sus puertas el año 1990, momento en el que se habían extraído casi 38 millones de toneladas de mineral y se habían superado los 1.300 metros de profundidad.
Tras el cierre de la explotación se creó el Parque Cultural de la Montaña de la Sal que se inauguró en 2003. Visitas guiadas muestran al visitante las diferentes galerías hasta 86 metros de profundidad, así como la maquinaria de extracción y la historia de esta mina peculiar. Detalle interesante es que las sales no paran de brotar, motivo por el cual las herramientas abandonadas 25 años atrás ya están cubiertas de sal.
RAFAEL FABREGAT
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