24 de febrero de 2014

1275- SWINGERS, PAREJAS LIBERALES.

Ser contrario a estas prácticas, no es ser una hermanita de la caridad. Que no te guste el intercambio de parejas no es ser un carcamal. Yo diría más bien que es una cuestión de egoísmo. La mía para mí y las demás también. Personalmente me parece una aberración que, para que puedas acostarte con otra mujer, tengas que prestar la tuya. Ya sé que, ante estas palabras, más de cuatro me morderían la yugular, pero yo nunca presumí de ser un "moderno". Soy un carcamal y me enorgullezco de serlo ya que, desde mi punto de vista, lo "normal" es lo que yo digo y lo "anormal" es prestar a tu mujer para que otros te dejen la suya. ¡Que no, que no!. La mía es mía y solo mía, la de los demás... ¡Si se dejan...!. 

Al caer la noche y hasta incluso antes de llegar a ella, algunas parejas empiezan a moverse. En las grandes ciudades son muchos los locales que se han abierto para satisfacer esta demanda. La de ser putas y chulos sin que intervenga otro importe que el de acceso al local y las bebidas y otras cosas que suelen correr por allí. Normalmente son locales discretos, algunos sin rótulo exterior que anuncien las prácticas que allí tienen lugar pero a mí, que quieren que les diga, me parece una casa de putas. El antiguo "meuble" de prostitutas a lo grande, aunque sin que intervenga el tema crematístico. El placer por el placer, la promiscuidad elevada al infinito. El antiguo trueque. Tú me das, yo te doy. Los swingers comparten todo lo que tienen y tú, como tal, debes hacer lo mismo y con una sola regla de por medio: Que todo sea de forma voluntaria, sin presiones de ningún tipo. Tu coges todo cuanto quieras, si te dejan que lo cojas y a cambio de que también tú te dejes coger. 

Hay que decir en honor a la verdad que, aunque no lo parezca, allí reina el respeto más absolutoNo vale que para que uno se divierta el otro tenga que cargar con algo que no le guste. Cada uno puede ir y va por libre. Todo es de todos. Unos van a saco y otros buscan más la relación social más o menos estable. Como en todas partes, hay de todo. Cada cual busca en el mercado lo que más se le acomoda, aprovechando que el precio es cero... Algunos incluso se encuentran allí con gente conocida. Gente con la que incluso han tenido alguna fantasía y allí la llevan a la práctica. Realizado el deseo puede que incluso la fantasía desaparezca. Otros van en plan de ligue, recordando viejos tiempos discotequeros. En este caso la pareja va de caza, cada cual por su lado y cuando encuentra lo que busca se lanzan al ataque. 

En otras ocasiones se juntan dos o tres parejas, incluso más, y cada cual se agarra a quien mejor se le acomoda en ese momento. 
De vuelta a casa la conversación girará, más o menos, por estos derroteros...
- Oye Manolo, ¿has visto lo que tenía Juan?. Ufff, pensaba que no me cabría... Me he quedado muerta. Me ha hecho viajar a las estrellas...
- ¡Ay María...! Pues a mí la Pili me ha hecho lo que no te puedes ni imaginar. ¡Madre mía de mi vida, desde luego el cielo está aquí en la tierra... 
- Manolo, cariño, el próximo fin de semana volveremos ¿verdad?.
- Y tanto María y tanto... vamos a preguntar a qué hora abren.
¿De risa?. Pues no amigos, no. La cosa no es de risa, sino seria, muy seria y real. 

Naturalmente a eso yo no lo llamo amor, sino vicio insano y perverso practicado por gente aburrida y cansada de todo y de todos. ¿Qué esperan encontrar en esas prácticas?. Pues nada, el vacío más absoluto. Se dice que esta locura surrealista, que sustituye el amor por la más absoluta perversión sexual, la llevan a cabo un 5% de la población con posibilidades de acceder a estas prácticas pero, en realidad, sería más de un 10% el que lo haría si pudiera... ¿Algo que objetar?. Pues nada, nada... ¡solo faltaría!. Cada cual es muy libre de hacer lo que le venga en gana, siempre y cuando no moleste a los demás. Aunque hemos titulado la entrada como parejas liberales, lo cierto es que no hay necesidad alguna de que el asunto se lleve a cabo en pareja o entre parejas. Perfectamente pueden ser tríos o todo hombres o todo mujeres. 

Lo importante es darle gusto al cuerpo. ¡Dale que te pego, como los conejos y cuando ya no puedes más... 
- Uffff churri... ¿Nos vamos ya para casa?.
- Espera cinco minutos Manolo, que estoy aquí con Pepe. Me lleva un par de veces más al cielo y nos vamos. 
Porque allí no hay tiempo ni límites. Además del montón de camas y anchos sofás, en algunos de esos locales puede haber una piscina más o menos grande y allí se bañan desnudos y desnudas mientras otros observan y eligen. Cuando salen del agua una caricia es suficiente para iniciar una relación que no tiene por qué llegar a mayores. Allí no hay obligación alguna y el simple gesto de retirarte la mano es suficiente para que sepas que no debes insistir. 

Aunque para muchos sea una casa de putas en toda regla, el respeto es fundamental en esta clase de "negocios" que son 100% sexo pero sin que nadie cobre ni pague. Todo ha de ser voluntario y es regla que todos conocen y respetan. La primera visita a estos locales es sin duda vacilante, pero los dueños del local se encargan de que los novatos contacten rápidamente con el resto de clientes y pierdan la vergüenza presentándoles a otros novatos. Para todo hay una primera vez. Solo hay que tener claro que, a partir de ese momento y durante el resto de la velada, ya no eres la pareja de nadie. Tú serás un "tercero", para la tuya y para las demás. Claro que con opción a todo y a todas. Las que se dejen, claro, ¡las que se dejen...!

RAFAEL FABREGAT

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho el relato, siempre es algo que disfrutas haciendo en pareja, yo voy a repetir sin ninguna duda

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  2. Ya se ha dicho en la entrada. Libertad absoluta, siempre y cuando no molestes a los demás. Es el único límite...

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