Como Presidente del Gobierno, el 20 de Noviembre de 1.975, D. Carlos Arias Navarro fue el encargado de anunciar a los españoles la muerte del Generalísimo Franco. Fue por medio de RTVE, única emisora en España y la noticia, ya por esperada, no sorprendió a nadie. "Españoles, Franco ha muerto". Claro que, tal como hemos comprobado hoy, no era para siempre. Esperamos que hoy sea la definitiva...
Una frase, la de Arias Navarro, dicha con voz entrecortada que transmitía claramente el dolor que para el Presidente del Gobierno significaba la pérdida del dictador.
Todos pensamos que con este sonado anuncio finalizaba una larga etapa en la que Francisco Franco Bahamonde dejaba la Jefatura del Estado en manos de Juan Carlos I, como rey de España y heredero al que se le habían inculcado similares prácticas para el futuro de España. Al menos eso es lo que pensó Franco al encomendarle esa misión y así lo pensaban también los miembros de aquel gobierno nombrado por el dictador. Sin embargo se equivocó Franco y nos equivocamos todos, incluidos los gobernantes que Franco dejó al mando en los últimos momentos de su vida.
En primer lugar, porque el Rey Juan Carlos I, tenía otras ideas y otros objetivos para España, cual eran convertir el país en una moderna Democracia en la que tuvieran cabida todas las ideas políticas.
Redactada la nueva Constitución y reunidos todos los líderes políticos del momento, cabe decir que la Transición fue un modelo a seguir por muchos otros países en parecidas circunstancias.
Solo un borrón que, por suceder en la fecha que se indica, se dio por llamar "el 23-F". Un intento de Golpe de Estado que se llevó a cabo el 23 de Febrero de 1981 y que finalmente no triunfó por no contar con el apoyo de todos los generales del ejército español y menos aún con el beneplácito real. Por suerte para unos y otros, tras una noche de miedos e inseguridades, todo quedó en un monumental susto. Al día siguiente el orden era nuevamente restablecido.
Ahí se despedía definitivamente España de Franco, o así lo creíamos todos, pero esta vez se equivocaba incluso el propio rey Juan Carlos I. Cuarenta y cuatro años después había de llegar un soplagaitas como Pedro Sánchez, actual Presidente del Gobierno por moción de censura, que no por los votos del pueblo y aficionado a la arqueología, para "resucitar" a Franco, removiendo nuevamente su cuerpo y las mentes de todos aquellos que le fueron fieles hasta la muerte. Con esta acción se revuelve Franco en su tumba y se revuelven las entrañas de todos aquellos que le serán fieles mientras vivan. También algunos de sus descendientes. ¿Qué gana Sánchez con esta actuación?: ¿Ser el nuevo Mesías?. ¡Indudablemente NO!.
Además de que Sánchez no lleva a cabo esta actuación por Motu Proprio, sino porque considera que con ella gana adeptos y votos que pueden irle muy bien para unas elecciones generales a celebrar en apenas tres semanas. ¡Vaya gentuza estos políticos que solo piensan en sí mismos!. Claro que, ¿los hay de otra calaña?. Pues bien. Sin que cupiese en ninguna cabeza bien pensante hoy, día 24 de Octubre de 2019, los socialistas de Pedro Sánchez, también dictadores, han "resucitado" a Franco durante unas horas y con todas las medidas pertinentes para evitar que escapase, lo han vuelto a "matar" al meterlo en una nueva tumba del cementerio de Mingorrubio (El Pardo - Madrid). ¡Y además junto a su mujer y sin llave para poder escapar!. Una inhumación electoralista, de la que esperamos que Sánchez y los suyos recojan todos los frutos que se merecen. ¿Será este destino para siempre?.
RAFAEL FABREGAT
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