25 de octubre de 2019

2892- EL TRABAJO ENTRETIENE...

Está claro que a todos nos falta un hervor... Todos lo hemos escuchado decenas de veces a amigos y conocidos: "El trabajo entretiene y te hace ganar dinero". También es muy socorrido aquello de... "No hay nada mejor que el almuerzo entre los compañeros del trabajo... Es la mejor comida del día. Lástima tener que hacerlo con prisas".

Pero llega el viernes y todos se marchan para casa a todo trapo. Y no solo eso, sino que si son de ciudad marchan al pueblo y si son de pueblo marchan a la ciudad. ¡Ala, como si no hubiera un mañana!.
- A mi la regularidad es lo que mejor me sienta -dicen unos y otros- Ni un problema estomacal y me siento fuerte y sano como un toro. Mi bocadillo por la mañana, comida caliente a medio día y por la noche cualquier cosa y a la cama. 
Nada tan sano como el trabajo y comer con orden y concierto... ¡Sin abusar de nada!.
Ya, ya, muy bien. Todo muy ordenadito pero el viernes, apenas llegados al pueblo, os hincháis a comer tajadas de frito en aceite de la perola de vuestra madre, cocido de tres vuelcos y paella "a tutiplen". Y si quedáis a cenar con vuestros amigos, os arreáis medio cordero a la brasa con morcillas y longanizas y un mortero de alioli, con media hogaza de pan de pueblo cada uno. Y si es un chuletón con pimientos asados y patatas fritas no pasa nada, que todos somos muy sufridos... Naturalmente regado todo ello con una garrafa de vino del tonel del rincón, ese que vuestro padre guarda para las ocasiones especiales. Carajillo también, claro, no faltaba más... ¡Mañana Dios dirá!. Pero ¡ay!, después de las comilonas viene la modorra y el resultado siempre es el mismo...

Acidez de estómago, eructos avinagrados y un cierto dolor de cabeza que no se va del todo, a pesar de dormir toda la noche de un tirón. A la mañana siguiente la consiguiente resaca, la boca reseca y pegajosa. Y todo por una falta de memoria que nada tiene que ver con el alzheimer. ¿Quien se acuerda que el fin de semana anterior nos pasó lo mismo?. Pues nadie. Es que... ¡como la comida del pueblo no hay nada!. Y si la hace tu madre, ya ni te cuento. Hasta a las gachas les ponemos un diez. En fin, a mi que no me digan que "el trabajo entretiene", porque no es verdad. Lo que entretiene son los fines de semana, con libertad de comidas y horarios. La caza, la pesca, levantarse a la hora que uno quiera, la siesta sexual de dos horas, el fútbol, el cine... ¿Quien dijo que "el trabajo entretiene?.  ¡Bah, bah, paparruchas...!

RAFAEL FABREGAT

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